José Guadalupe Robledo Guerrero.

Hace algunos meses, recién iniciaba la pandemia del Coronavirus, Alfredo Jalife Rahme, considerado por muchos como el analista geopolítico más importante de México, señaló que con la aparición del virus en el mundo, las potencias económicas entrarían en una guerra sin cuartel, para encontrar las vacunas que anularán los males producidos. Incluso, Jalife afirmó que el primer país que produjera la vacuna llevaría la delantera en esta nueva realidad.

La guerra de las vacunas contra el Covid 19 se inició cuando hace días el Ministerio de Sanidad de Rusia anunció que “Ha sido producida la primera partida de la vacuna elaborada por el Centro de Microbiología y Epidemiología Gamaleya”.

Inmediatamente, el gobierno mexicano y argentino comunicó, que el empresario más rico de México y América Latina, Carlos Slim, a través de su Fundación se había echado a cuestas producir la vacuna con la farmacéutica británica AstraZeneca y la Universidad de Oxford, lo cual fue festejado por el presidente López Obrador, al declarar que la vacuna sería universal y gratuita para todos los mexicanos.

Luego aparecerían notas advirtiendo que la vacuna rusa no figuraba entre las señaladas por la Organización Mundial de la Salud que estaban más avanzadas, como es el caso de las vacunas chinas, las estadounidenses y la de AstraZeneca. También el bocón de Donald Trump le entró a la guerra de las vacunas, diciendo que la vacuna rusa “se ha saltado ciertos ensayos” a la hora de desarrollar la vacuna, prometiendo que su país no haría lo mismo.

Todos los informes sobre las vacunas prometen lo mismo, señalando que estará lista para principios del 2021, lo cual ha despertado en el mundo muchas expectativas, para salir de la crisis sanitaria, volver a la realidad, salir de la cuarentena e iniciar la reactivación económica que resuelva la crisis económica que comienza a presentar sus estragos con la pérdida de empleos y el crecimiento de la pobreza.

Es obvio que si Carlos Slim consigue poner en circulación la vacuna, su riqueza se incrementará, pues será un gran negocio lograr vacunar a todos los ciudadanos de la América de habla hispana, porque debemos señalar que Carlos Slim simplemente ve la oportunidad del negocio.

Pero sea como fuere, la vacuna es lo que espera el mundo, y no importa de dónde venga, tampoco interesa si es negocio su producción, más aún cuando en nuestro país, parece ser que se encuentran sin control los contagios y las muertes. En México se intuye que las autoridades ya no saben qué hacer con la pandemia, y su tabla de salvación es la vacuna prometida.

También es cierto que la vacuna será el principio para remontar los daños causados por el Coronavirus, el resto será reactivar la economía, recuperar los empleos perdidos y encontrar la forma de contrarrestar la difícil situación de los millones de ciudadanos que se incorporaron a la pobreza, endémica en México.