Donald Trump sobrevive a Ucrania mientras mantiene sus opciones a la Casa Blanca

El 62% de los estadounidenses piensan que Putin no habría atacado a Ucrania si Trump fuera presidente

“Aunque no ha dicho nada, y probablemente no haya decidido nada, todas sus acciones indican que lo quiere hacer”. Así respondía el 7 de febrero el coronel retirado del Ejército de Tierra de Estados Unidos Douglas Macgregor a la pregunta de si Donald Trump se va a presentar a las elecciones de 2024.

Tres días más tarde, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, mandaba un email a sus seguidores con las palabras “Estoy harta” en el ‘Asunto’. La primera frase del cuerpo del mensaje no dejaba dudas sobre la razón: “Déjenme dejar muy clara una cosa: He visto a Donald Trump contratar oficialmente a personal para su próxima campaña presidencial”.

Han pasado casi dos meses y la guerra de Ucrania ha copado las noticias en Estados Unidos. Donald Trump, fiel a su estilo político, ha lanzado mensajes contradictorios respecto al conflicto. En los preámbulos de la invasión rusa, dijo que la estrategia de Vladimir Putin le parecía “una genialidad”. De ahí, pasó a decir que, si él hubiera estado en la Casa Blanca, Rusia no habría atacado a su vecino del sur.

Los votantes están de acuerdo con esa idea. Un sondeo de la Universidad de Harvard y de la empresa de estudios de la opinión pública Harris realizado justo la víspera de la invasión, mostraba que el 62% de los estadounidenses piensan que Putin no habría atacado a Ucrania si Trump fuera presidente. La reacción del Gobierno de EEUU al ataque parece haber moderado ese clima de opinión, pero solo hasta cierto punto. El 7 de marzo, el 40% de los estadounidenses culpaban a Biden de la invasión, frente al 26% que atribuían esa responsabilidad a Trump.

Esas cifras cuestionan de plano lo que muchos analistas y expertos de Washington consideran un hecho irrefutable: la guerra es el final de Donald Trump. Según esa tesis, la admiración del ex presidente por Vladimir Putin, su decisión en 2019 de suspender la ayuda militar a Ucrania durante 56 días para obligar al Gobierno de ese país a que le ayudara en la campaña electoral, y la atención dada en las noticias a políticos demócratas y republicanos que no desprecian las alianzas internacionales de EEUU debería ser suficiente para quitar el apoyo popular al ex presidente.

Según esa teoría, la guerra abría la puerta a la carrera hacia la Casa Blanca a una serie de republicanos como el senador Tom Cotton, el gobernador Larry Hogan, o el ex vicepresidente Mike Pence que, de lo contrario, no durarían un cuarto de hora en unas primarias contra Trump. La manifiesta animadversión a Trump del líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, se sumaba a esa ofensiva. La invasión de Ucrania, decían, iba a ser el final de la carrera política de Donald Trump, decían los expertos.

Una vez más, los expertos se han equivocado con Trump. Por un lado, muchos seguidores del ex presidente siguen la línea de pensamiento de la ‘estrella’ de la cadena televisión Fox News o la congresista Marjorie Taylor Greene, que han mantenido una posición ambivalente en la guerra, incluyendo conceder credibilidad a la propaganda rusa sobre los laboratorios de armas biológicas en Ucrania. Por otro, está la respuesta de Biden a la guerra. El 56% de los estadounidenses creen que la reacción de Washington a la invasión rusa “no ha sido lo suficientemente fuerte”, según una encuesta de la Universidad de Chicago y la agencia de noticias Associated Press. El repunte en popularidad de Biden tras la invasión se ha esfumado, a medida que la subida de los precios sigue devorando la capacidad de compra de las familias estadounidenses.

Y Trump ha vuelto a copar los titulares. El ex presidente sigue dando mítines. Y, en una muestra de que la guerra de Ucrania no le afecta, ha pedido a Vladimir Putin que dé información acerca de la familia de Joe Biden acerca de un supuesto escándalo del hijo del presidente, Hunter, que se ha inventado. Sus declaraciones han provocado una enorme controversia. “¿Qué clase de estadounidense, y menos aún un ex presidente, cree que éste es un buen momento para confabularse con Vladimir Putin?”, se preguntó La viceportavoz de la Casa Blanca, Kate Bedingfield, el miércoles.

Trump, así pues, sigue. Fox News ya no retransmite sus mítines. Su red social, Truth, no tiene audiencia. Los antitrumpistas han logrado ganar terreno en la guerra civil republicana. Pero el ex presidente continúa teniendo de su público un respaldo tan sólido como una roca. De hecho, y pese al email de Pelosi tratando de movilizar el voto demócrata, no hay pruebas de que Trump haya contratado recientemente a nadie para ninguna campaña… en parte porque empezó a hacerlo hace seis meses. Macgregor, que conoce bien los usos políticos de Donald Trump, concluye su análisis con un “seamos francos: en la política de Estados Unidos, la distancia entre hoy y el día de las elecciones de 2024 equivale a décadas. Quién sabe lo que puede suceder de aquí a entonces”. De lo que no cabe duda es que, aunque la guerra de Ucrania le haya alejado de los titulares, Trump sigue.