Hombre de 101 años es condenado a prisión por crímenes nazis

martes, 28 de junio de 2022

El acusado supuestamente fue cómplice de asesinatos en masa.
Josef Schütz, de 101 años, es ahora la persona más anciana en ser acusada por crímenes nazis por su supuesta complicidad en el asesinado de tres mil 518 prisioneros en un campo de concentración durante el holocausto.

Schütz, sub oficial de la Waffen SS (cuerpo de combate nazi) fue condenado a cinco años de prisión por su complicidad en el asesinato de cientos de personas entre 1942 y 1945 en el campo de Sachsenhausen, al norte de Berlín.

“Señor Schütz usted tuvo un papel activo durante tres años en el campo de concentración de Sachsenhausen donde fue cómplice de asesinatos en masa”, declaró el presidente del tribunal, Udo Lechtermann.
El magistrado afirmó que por su presencia en el lugar, el acusado apoyó las acciones cometidas en el campo de concentración. Cuando se leyó la sentencia, que es superior a los tres años que contempla el derecho alemán en casos de complicidad con un asesinato, el acusado permaneció estoico.

“Estoy listo”, indicó Schütz más temprano cuando fue trasladado a la sala de la audiencia, vestido con una camisa gris y un pantalón de pijama, sentado en una silla de rueda.

Su abogado ya había anunciado que en caso de recibir una pena muy dura iba a recurrir a una apelación, lo que retrasaría el cumplimiento de la sentencia hasta inicios de 2023. Dada la avanzada edad y frágil salud del acusado, que comparece en libertad, es poco probable que sea encarcelado.

Durante ninguna de las cerca de treinta audiencias del caso, el procesado expresó el más mínimo arrepentimiento. El lunes, antes del final del juicio, volvió a negar su responsabilidad.

“No sé por qué estoy aquí. Digo la verdad. No tengo nada que ver con la policía o el ejército, todo lo que se dijo es falso”, se limitó a decir el acusado, con la voz temblorosa.
Josef Schütz presentó varios relatos sobre su pasado, a veces contradictorios. Recientemente, afirmó haber salido de Lituania al comienzo de la Segunda Guerra Mundial para unirse a Alemania, donde habría trabajado como empleado agrícola durante todo el conflicto.

Una versión impugnada por varios documentos históricos que mencionan, entre otros, su nombre, fecha y lugar de nacimiento, lo que demuestra que efectivamente había sido destinado de finales de 1942 a principios de 1945 a la división Totenkopf (Calavera) de las Waffen-SS.

Después de la guerra, fue trasladado a un campo de prisioneros en Rusia y luego se trasladó a Brandeburgo, región vecina de Berlín.