FEMSA Coca-Cola directo contra la salud

La perversidad de estas empresas no queda en la negación del daño de su producto solamente, también está en el uso de ANPRAC para llevar a cabo ataques personales en comunicados oficiales contra académicos de institutos nacionales de salud y contra miembros de organizaciones de la sociedad civil que proponen políticas de salud pública que afectan sus ganancias. Foto: Cuartoscuro.

¿Puede la ANPRAC (Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Bebidas Carbonatadas) atacar públicamente en comunicados oficiales a investigadores de los institutos de salud y a miembros de organizaciones sociales sin la anuencia de FEMSA Coca-Cola, empresa que representa más del 70 por ciento de las ventas de este sector?. O, más bien, la pregunta correcta debe ser: ¿No son acaso las actuaciones de ANPRAC dictadas por FEMSA Coca-Cola?

Partamos de que las acciones y comunicados de ANPRAC deben leerse como comunicados de FEMSA Coca-Cola, que utiliza a esa asociación para no decir directamente lo que quiere decir y asumir la responsabilidad de hacerlo. ¿Qué ha dicho FEMSA Coca-Cola a través de ANPRAC que se cuida de no decirlo directamente?

Lo primero que hay que destacar son las afirmaciones de que el consumo de bebidas azucaradas no es causa de daños a la salud, que no causa obesidad ni diabetes. Estas declaraciones dichas directamente por la empresa FEMSA Coca-Cola puede significar responsabilidades legales. La industria refresquera ha hecho este tipo de declaraciones en el pasado, pero ante la abrumante evidencia del daño que significa tomarse una botella de refresco con 10 o 12 cucharadas cafeteras de azúcar, como lo hacen una gran parte de los mexicanos, cada vez tienen más cuidado en hacer estas afirmaciones. Entonces que las haga ANPRAC se diluye un poco más su responsabilidad sobre un acto que significa negar al consumidor el posible daño de su producto. Una de las principales revistas médicas del mundo, el British Medical Journal, publicó una investigación que demuestra, a través de documentos internos de la compañía cómo ha financiado y creado grupos científicos para desviar la atención de los daños que generan sus productos y poner la responsabilidad de esos daños en la falta de actividad física.

La perversidad de estas empresas no queda en la negación del daño de su producto solamente, también está en el uso de ANPRAC para llevar a cabo ataques personales en comunicados oficiales contra académicos de institutos nacionales de salud y contra miembros de organizaciones de la sociedad civil que proponen políticas de salud pública que afectan sus ganancias. El ataque de ANPRAC, en un comunicado oficial, contra el doctor Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Salud y Nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública, ¿no fue consultado con FEMSA Coca-Cola?, ¿no fue ordenado por FEMSA Coca-Cola?. El ataque, un par de semanas antes de la misma ANPRAC, en otro comunicado oficial, contra mi persona ¿fue ocurrencia del director de ANPRAC?, ¿no es acaso una de las prácticas promovidas por estas empresas a través de sus agencias de relaciones públicas para atacar personalmente a expertos y activistas a través de diversos columnistas y conductores en medios de comunicación?, ¿no es esta una práctica ya común de estas empresas en otras naciones? Lo que sorprende es que ahora lo haga directamente la asociación que directamente las representa y que no podría realizar estas acciones sin consultarles.

En la documentación internacional de las prácticas de Coca-Cola, y en este caso de FEMSA Coca-Cola, quedará el registro del comunicado que envío a los medios de comunicación ANPRAC en reacción a la presentación del documental El Susto de Karen Atkins y, en especial, a la participación del doctor Simón Barquera del INSP en su presentación. El doctor Barquera fue invitado a un panel a comentar el documental que se enfoca en la epidemia de diabetes en el país y el alto consumo de bebidas azucaradas, de manera especial, de Coca-Cola.

ANPRAC, de manera inmediata, lanzó un comunicado público en el que estableció: “Queremos enfatizar el conflicto de interés que existe de un funcionario de gobierno, como el del Dr. Simón Barquera, por utilizar espacios publicitarios de la industria de los medios y el entretenimiento, para hacer campañas de comunicación con un enfoque en contra del sustento económico de más de 5 millones de familias…”. ¿Conflicto de interés por participar en un panel para comentar un documental sobre la diabetes y el consumo de bebidas azucaradas?, ¿conflicto de interés porque el panel se transmitió por Zoom y Facebook? ¿En verdad? No hay manera de tratar de entender la argumentación de esta asociación que representa a una industria que invirtió en 2012 más de 5 mil millones de pesos en publicidad y argumenta que un investigador no puede comentar un documental a través de Zoom y Facebook. ¿A este grado llega la industria de bebidas en nuestro país?

Unas semanas antes, la ANPRAC había enviado otro comunicado en relación a una postura que habíamos presentado desde la Alianza por la Salud Alimentaria en un foro sobre el daño de las bebidas azucaradas en el que participaron expertos internacionales. En el comunicado señaló la ANPRAC: “ante los reiterados actos de disuasión y confusión que la organización El Poder del Consumidor, Alianza por la Salud Alimentaria y organismos manipulados por Alejandro Calvillo, solicitamos a los medios informativos y la opinión pública, promover un debate sin estigmas, respeto y transparencia por el bienestar de México”.

¿Respeto?, ¿transparencia?, ¿quién da las órdenes a ANPRAC para emitir boletines de prensa lanzando estos ataques directamente a personas?

¿De qué respeto y transparencia habla una industria que niega los daños de sus productos a la salud? En todos los casos, nuestros planteamientos han tenido sustento en evidencia científica. Puede rastrearse en la página de la Alianza por la Salud Alimentaria y en la de El Poder del Consumidor los numerosos foros que hemos realizado con expertos internacionales, nuestros vínculos con organismos de Naciones Unidas, nuestra evidencia basada en ciencia. Y se puede comparar con la página de ANPRAC. Dejo aquí parte de esta evidencia, un botón como muestra, para que se juzgue quien respeta y es transparente:

Efectos de las bebidas azucaradas en obesidad:

Niños: Por cada refresco adicional que un niño bebe al día, la probabilidad de ser obeso aumenta en 60 por ciento.

Ludwig et al. Lancet. 2001 Feb 17;357(9255):505-8.

Adultos: Individuos quienes consumen más de un refresco al día tuvieron 70% más probabilidad de presentar sobrepeso y 32 por ciento más probabilidad de presentar obesidad.

Liebman et al. Int. J Obes Relat Metab Disorder. 2003: 27:684-92

Efectos de las bebidas azucaradas en diabetes y síndrome metabólico

Individuos con mayor consumo (1-2 porciones al día) de bebidas azucaradas tuvieron 26 por ciento más riesgo de desarrollar diabetes que individuos de menor consumo (menos de 1 porción al mes) (Malik et al. 2010-metaanálisis).

Individuos con mayor consumo (1-2 porciones al día) de bebidas azucaradas tuvieron 20 por ciento más riesgo de desarrollar síndrome metabólico que los participantes de menor consumo (Malik et al. 2010-metaanálisis).

Efectos de las bebidas azucaradas en enfermedades cardiovasculares

Mujeres que consumen bebidas azucaradas tienen 40 por ciento más riesgo de enfermedades de corazón que ellas que no las consumen (Fung et al. 2009).

El consumo de una lata diaria de bebida azucarada durante dos semanas altera los indicadores de enfermedades cardiovasculares (Standhope, K. 2015)

Frente a la evidencia científica de los daños de las bebidas azucaradas que ha llevado a todos los organismos internacionales a recomendar bajar o anular su consumo, la industria pasa a atacar a los mensajeros.

Como señalamos en un principio, los comunicados de ANPRAC, deben leerse como comunicados de FEMSA Coca-Cola, comunicados que ya han pasado a formar parte de los anales de estas empresas en los que se muestran las estrategias que siguen para proteger sus intereses por encima y en contra de la salud pública.