El show de los “espías” taiwaneses que confiesan en la televisión estatal china

Supuestos agentes infiltrados de Taipei reconocen sus “crímenes” en el programa ‘Entrevistas de enfoque’ de la cadena CCTV, en plena escalada de la tensión entre ambos países en el Mar del Sur de China

El show comienza a la hora habitual de cenar en China, es decir, a media tarde. La televisión estatal CCTV abre el espacio con una música que es similar a la que acompaña las escenas de las populares películas patrias de guerra entre chinos y japoneses, en las que siempre ganan los primeros. Antes de dar paso al plato fuerte del programa, llega un breve noticiero: “La Agencia de Seguridad Nacional del Partido Comunista de China ha destruido la red de inteligencia de espías de Taiwan desplegada en el continente”.

Después de la introducción, llegan las presentaciones: Li Mengju, Cheng Yu-chin, Cai Jinshu y Shi Zhengping. Ellos son algunos de los protagonistas de un formato titulado ‘Entrevistas de enfoque’, aunque podríamos llamarlo ‘Confesiones TV’, el programa de la televisión china donde supuestos espías taiwaneses reconocen que son agentes infiltrados de Taipei. Por si le queda alguna duda al espectador, los rótulos añaden que son “independentistas” y que van a “confesar todos sus crímenes”. Aunque durante años las organizaciones de derechos humanos han denunciado que en China es común que se obligue a los detenidos a confesar ante un tribunal sujeto a las directrices del Partido Comunista Chino (PCCh)

Si uno baja 130 kilómetros al sur de la costa de China continental, y pregunta en la isla que Pekín considera una más de sus provincias, qué es lo que piensa del nuevo programa de confesiones, le dirán que se trata de una campaña de las autoridades chinas para atrapar a los ciudadanos taiwaneses y fabricar crímenes contra ellos. Según Su Tseng-chang, primer ministro taiwanés: “China está difundiendo calumnias y creando terror”.

Pero vayamos con los protagonistas. Por ejemplo, Li Mengju, un tipo que sale con ropa de prisión diciendo a cámara durante 13 minutos que “he hecho muchas cosas malas en el pasado que pueden haber perjudicado al país”. En el programa lo presentan como un “hombre de negocios con motivos ocultos”. También dicen que es el director de la Asociación de las Naciones Unidas de Taiwan, responsable de promover la entrada de la isla en la ONU.

El supuesto crimen de Li fue filmar ejercicios militares chinos con vehículos blindados en Shenzhen, una ciudad fronteriza con Hong Kong, durante las protestas del año pasado en la ex colonia británica. Los familiares de Li habían denunciado su desaparición el 19 de agosto de 2019. El Consejo de Asuntos del Continente (MAC) de Taiwan calificó el programa como “sensacionalismo político malicioso” y acusó al PCCh de violar los derechos legales individuales al obligar a Li a confesar sus crímenes en su emisora oficial.

“Después de participar en las protestas de Hong Kong, fue a Shenzhen, grabó 16 vídeos y tomó 48 fotos de las maniobras de nuestros militares. Tras ello, fue arrestado cuando trataba de salir del país”, dice el informe del programa. “Las autoridades de Taiwan y las fuerzas externas anti-China han intensificado sus lazos y agregaciones, argumentando y promoviendo una serie de actividades de independencia, desafiando constantemente el resultado final de una sola China”, continúan.

Otro de los supuestos espías que aparece en el programa es Cheng Yu-chin, al que presentan como asesor del ex presidente Cho Jung-tai, del Partido Democrático Progresista, el partido que gobierna en Taiwan. Cho, en un comunicado en su página de Facebook, dijo que ni siquiera conocía a Cheng, al que acusan de utilizar un instituto de investigación que estableció en Praga como una tapadera para obtener información perjudicial sobre China y dañar las relaciones entre el gigante asiático y la República Checa. Hay que recordar que esas relaciones se tambalearon cuando Milos Vystrcil, presidente del Senado checo, viajó a Taiwan en agosto, algo que cabreó mucho a Pekín. En el programa, Chen reconoció que tenía conocimiento de que sus acciones “eran dañinas para China” y se disculpó por sus “actividades secesionistas y separatistas”.

El discurso de los sistemas de propaganda del PCCh ha calado en el pueblo chino: Taiwan siempre será parte de China. No hay debate que cuestione ese principio dentro de las fronteras del gigante asiático. Hace un año, el presidente Xi Jinping aseguró que la “unificación de Taiwan era inevitable” y que “Pekín se reservaba el derecho a usar la fuerza militar para lograrlo”. Además, estos meses, la sombra de Estados Unidos apoyando a la isla del sur de China para meter el dedo en el ojo a Pekín, ha tensado aún más la vieja confrontación que cada semana protagoniza un nuevo episodio militar.

El país liderado por un Xi Jinping cada vez más nacionalista ha multiplicado desde verano sus incursiones militares en el espacio aéreo de la isla. Según dijo Joseph Wu, ministro de Exteriores de Taiwan: “Al menos en 46 ocasiones los cazas chinos han sobrevolado nuestro territorio”. Wu pidió a la comunidad internacional la creación de una “coalición global” para defender a su país de las “agresiones” de China, advirtiendo que “hay una posibilidad real de guerra”.