Una revuelta democrática contra el gobierno de la Cuarta Transformación va más que en serio. Y hoy -en el día de la conmemoración de la Revolución Mexicana- podría consolidarse esa resistencia.

A diferencia de lo que sucedió en 1910, el levantamiento no será armado, sino en las urnas, con los votos. Con el principio de la creación de un frente partidista contra Morena.

Y si el epicentro de hace 110 años lo marcó el Plan de San Luis, el quiebre del 2020 se estaría gestando en el Pacto de Nuevo León.

Y si la revolución de 1910 fue incitada por las ideas progresistas de un hombre de clase acomodada -como lo era Francisco I. Madero- en el movimiento del 2020 algunos personajes de las clases más acomodadas de Monterrey y de México se están ubicando abiertamente al frente de la revuelta.

Tomen como ejemplo el tweet que envió Gustavo de Hoyos, el presidente de la Coparmex, ayer jueves por la tarde.

“Paisanos Neoleoneses. Si no queremos que las decisiones mas importantes para #NuevoLeón se tomen en #LaChingada (Chiapas) apoyemos la consolidación de la alianza electoral que están impulsando @Acción Nacional, @PRI_Nacional y PRDMexico. #No Pasarán#SiPorNuevoLeón”.

El duro mensaje de Gustavo de Hoyos no se fue en solitario. Álvaro Fernández Garza Sada, el CEO del Grupo Alfa, fijó también en un tweet su posición anti-Morena.

“No entiendo por qué no puede haber una alianza PRD, PAN y PRI… ¿Qué esperan para una gran alianza que le gane a Morena? Habría muchos apoyando”

Los pronunciamientos de De Hoyos y de Fernández se daban en los momentos en que se vivía en Monterrey un largo cónclave de las cúpulas del PAN con los jerarcas del PRI.

Alejandro “Alito” Moreno se trasladó tres días a la Sultana del Norte para entablar mesas de negociación no solo entre sus partidarios tricolores, sino con las altas cúpulas albiazules.

La fuerza de los posibles rivales por los otros partidos –Clara Luz Flores por Morena y Luis Donaldo Colosio o Samuel García por Movimiento Ciudadano- obligaron a entrar en negociación permanente, que está obligada, para bien o para mal, a concluir hoy.

Lo que se espera, si se alcanza el acuerdo o si no se cae a última hora, es que el bloque PRI, PAN, PRD, más los que se sumen, registren oficialmente su intención de contender en Alianza.

Y la decisión de los candidatos para la gubernatura, las alcaldías, las diputaciones federales y las locales, vendrán unos 30 días después.

Sobre la mesa del debate están por ahora cuatro nombres que de una forma o de otra podrían cumplir las demandas de todos los partidos convocados. Aunque no serían los únicos.

Uno es el de César Garza. El alcalde de Apodaca transita muy bien no solo entre los distintos grupos priistas, sino también entre los panistas. Es pragmático, conciliador, da resultados y el posicionamiento de su administración habla por sí mismo. Apodaca puntea en inversión, creación de empleo y seguridad en todo México. Tiene fuerza como candidato y cuenta con bases electorales.

Otro es el de Ildefonso Guajardo. El que fuera el secretario de Economía en el sexenio de Enrique Peña Nieto es visto como un priista light entre los panistas. Le admiran su capacidad negociadora demostrada al sacar adelante el nuevo Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Ya ocupó distintas posiciones en anteriores gobierno estatales, como el de Natividad González Parás.

Uno más es Carlos Salazar Lomelín. El todavía presidente del Consejo Coordinador Empresarial concluye su mandato en enero, justo cuando hay que definir candidatos. Nunca ocultó su vena por el servicio público y sería el rostro más empresarial y que ya tuvo sus roces –para bien y para mal- con el gobierno de la Cuarta Transformación.

Y un cuarto, muy despegado, es el panista Homero Niño de Rivera. Impulsado por la familia Fernández-Garza Sada. Sus antecedentes se remontan a ser pupilo de Felipe Calderón, con quien sirvió como jefe de prensa en Pemex, en la Secretaría de Energía, en el PAN nacional y en Gobernación. Fue también enlace legislativo de Acción Nacional con PEMEX.

Hasta ayer jueves por la noche solo el PRI había votado entre su consejo el sacar adelante la alianza con el PAN y el PRD. El PAN, empero, solo con el PRD. Aunque todavía quedan algunas horas.

Aún si se acordara la alianza, hoy no sabríamos quien será el posible candidato de la tan esperado frente anti- Morena. Pero sus promotores esperan que sea el comienzo de una revolución política, en pleno 20 de noviembre, que podría emularse en media docena de estados de la República en rebelión y que esperan la batalla decisiva del próximo 6 de junio.
msn.