La Codhem comunico que prisiones mexiquenses tienen instalaciones insuficientes para albergar mujeres

De acuerdo con la Codhem, el Estado de México cuenta con la población más grande de personas privadas de su libertad con 31 mil 500 recluidos.

Sobrepoblación y hacinamiento; falta de instalaciones y servicios para una estancia digna; poco personal penitenciario y nulas condiciones para atender necesidades básicas de mujeres embarazadas y de niñas y niños que están con sus madres en reclusión, fueron las anomalías halladas y evidenciadas por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM), en el Cuarto Informe Especial sobre el Sistema Penitenciario Mexiquense, enfocado en esta ocasión a la población femenil privada de su libertad. De acuerdo con la Codhem, el Estado de México cuenta con la población más grande de personas privadas de su libertad con 31 mil 500 recluidos; sin embargo, el sistema penitenciario fue diseñado para albergar a población masculina y aunque se ha modificado para alojar mujeres, la infraestructura es insuficiente, tomando en cuenta que la única prisión exclusiva para el sector femenino es la Penitenciaría Femenil de Nezahualcóyotl.

En los centros penitenciarios de la entidad hay mil 975 mujeres internas, de las cuales mil 204 tienen sentencias por diversos delitos, lo que representa el 61 por ciento de la población femenil en prisión; en tanto, el 31 por ciento (771) sigue bajo proceso, entre jóvenes, madres, adultas mayores, embarazadas, en periodo de lactancia, con discapacidad, indígenas, con alguna enfermedad o integrantes de la comunidad LGBTTTIQ+. El problema detectado por la comisión es que las mujeres sentenciadas y procesadas conviven en un mismo espacio, lo cual puede afectar el desarrollo de reinserción social de ambas poblaciones. De acuerdo con el informe, los penales de Chalco, Ecatepec, Ixtlahuaca, Jilotepec, Neza Bordo, Temascaltepec, Tenancingo Centro, Texoco y Tlalnepantla se encuentran rebasados por la sobrepoblación femenil; además, el 95 por ciento de lugares destinados a ellas carecen de diseño ex profeso para atender sus necesidades prioritarias, lo cual se interpreta como situación permanente de discriminación. En los centros penitenciarios del Estado de México hacen falta instalaciones y servicios de acceso a las actividades personales, deportivas, educativas, laborales, espacios destinados para personas con medidas de protección, talleres de capacitación, aulas de clases, y lugares para visita familiar; además, también carecen de servicios médicos especializados en obstetricia y pediatría, así como personal técnico profesional en trabajo social, psicología, educación, industria penitenciaria, criminología y psiquiatría, tomando en cuenta que hay mujeres en prisión que no tienen visitas familiares, ni íntimas, ni contacto con amistades del exterior.

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