Cómo mantener la unidad de los opositores

Lo primero es que haya voluntad política, es decir, que los partidos realmente estén en disposición de respaldar a un candidato único para 2024.

El resultado de la votación en la Cámara de Diputados respecto a la reforma constitucional en materia eléctrica muestra que si la oposición se une, tiene capacidad para frenar las pretensiones del presidente López Obrador.

La lección es sumamente poderosa en la perspectiva del 2024.

Como aquí le hemos comentado desde hace muchos meses, la única posibilidad de que exista una candidata o candidato competitivo frente a Morena es si se logra articular una candidatura única de los partidos que están en desacuerdo con el gobierno actual.

Si dicha unidad se fractura y hay dos o tres candidatos opositores, crecerán de manera significativa las posibilidades de que Morena gane, con independencia de quién sea la persona que aspire a suceder a AMLO.

¿Qué se necesita para conseguir esa candidatura única de la oposición?

Desde luego que lo primero es que haya voluntad política, es decir, que los partidos realmente estén en disposición de respaldar a un candidato único.

En la medida que hoy no existe una figura indiscutible que sea capaz de obtener ese respaldo generalizado, la clave será la definición del proceso para identificar a esa persona.

Esto ofrece riesgos para los opositores, pues abre demasiado el abanico de aquellos que se sienten con el derecho o con las capacidades para convertirse en candidatos presidenciales.

Por lo mismo, crea condiciones para que sea más fácil fracturar una hipotética alianza.

Además de la persona, se requiere encontrar los comunes denominadores.

Es obvio que el PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano tienen serias diferencias.

Pero también es cierto que en el contrapunto frente al gobierno actual han encontrado igualmente muchas coincidencias.

Será necesario que se establezca un proceso para consolidar las coincidencias y poner a un lado las discrepancias.

Eso sólo se va a lograr si se consigue que las ambiciones personales se pospongan en aras de conseguir el beneficio conjunto, es decir, el triunfo en la elección presidencial y la búsqueda de la mayoría en el Congreso.

Quizás una primera gran prueba para explorar si existe esa circunstancia política sea la elección en el Estado de México.

En esa entidad, la más importante del país en cuanto al número de electores, tanto el PRI como el PAN pueden considerar que tienen la fuerza suficiente para contender.

Incluso, Movimiento Ciudadano puede querer convertirse en una opción competitiva como lo ha hecho en otras entidades.

Si no se logra un acuerdo para contar con un candidato único, eso puede ser un indicador de las dificultades que habrá cuando se intente lo mismo a escala nacional.

Debe recordarse que la candidata de Morena en la elección pasada, la maestra Delfina Gómez, obtuvo más votos que los que recibió el PRI.

El triunfo de Del Mazo se debió a la suma de los sufragios hacia el Partido Verde, el PES y Nueva Alianza.

No será sólo lo que ocurra en el Estado de México lo determinante. Pero sí se convertirá en un muy buen indicador, sobre todo porque la búsqueda de esa candidatura única deberá darse ya en el segundo semestre de este año, muy pronto.

No podrá tampoco demorarse mucho la búsqueda de un candidato único de la oposición, si se quiere construirle una imagen y presencia suficientes para convertirse realmente en aspirante al triunfo.