Tortura y abuso de autoridad en Veracruz por elementos de la fuerza civil

Siguen los atropellos por parte de elementos de la Fuerza Civil en la zona sur del estado veracruzano, en esta ocasión un joven denunció un caso de tortura y abuso de autoridad.

Mediante una entrevista con el joven, de nombre Arnold, quien se dedica a descargar los autobuses que realizan viajes a los comerciantes y cargador de costales de maíz, sufrió una terrible experiencia.

Ante ello, se decidió denunciar a los elementos de la Fuerza Civil por secuestro, abuso de autoridad y tortura. El abuso se registró en la entrada principal de Juan Rodríguez Clara donde el joven fue interceptado por los elementos de la Fuerza Civil cuando se dirigía a cargar un tráiler de maíz.

Posteriormente fue subido a una patrulla y llevado por un camino de terracería, donde lo acusaron de “malandro”, le quitaron su celular, y fue cuestionado con preguntas sobre armas, drogas, casa de seguridad e hidrocarburo robado, a lo cual él respondía que solo se dedicaba a cargar la mercancía de los comerciantes.

La tortura no terminó ahí, luego fue golpeado en la nuca, esposado, asfixiado y le cortaron parte de un dedo, y le advirtieron que, si hablaba, lo iban a descuartizar, solo porque ellos necesitaban saber esa información.

Al joven los dejaron libre después de 3 horas de tortura. Lo bajaron de la patrulla, sin antes decir “bájalo y pégale un tiro”, lo hicieron caminar de rodilla en un zarcero (maleza cortante).

Ante esta situación Arnold teme por su vida, pues se quedaron con su celular y le tomaron fotografías, además teme que haya represalias ante la denuncia pública. Por ello, pide al gobierno de Veracruz y secretario de seguridad que tome cartas en el asunto, para que se investiguen estos actos de intimidación y abuso de autoridad.

La presente denuncia es una más relacionadas a las acciones de la fuerza Civil, y que hasta el momento no surten efecto sobre la autoridad mayor, ni se investigan. Parecería que no hay poder superior que los corrija ante su proceder, saltándose los protocolos y los derechos humanos del ciudadano.