Hierba ¿mala? Nunca muere
Falta la opinión de López-Gatell. Controla Cofepris, órgano responsable de regular la marihuana. Lo que toca Gatell, se vuelve negocio y grilla.
“Marihuana ya no puedo
ni levantar la cabeza
Con los ojos rete colorados
Y la boca reseca reseca”.
– Oscar Chávez
Con la legalización del uso recreativo de la marihuana se abrirá un mercado novedoso que permitirá la comercialización formal, pagará impuestos y abrirá fuentes de empleo, así mismo se inhibirá el consumo de drogas sintéticas y con precursores químicos que arruinan la salud, principalmente de la población más joven de la nación.
En México, la tardanza la legalización de esta droga, ha dejado violencia, injusticias y, de paso, hemos perdido la oportunidad de crear nuestras marcas y patentes.
Beneficios e implicaciones
Podemos afirmar que la medida será benéfica para el país, pese a las críticas que se han dejado venir sobre lo que le falta a esta legislación. En mi opinión se trata de un avance muy importante, con implicaciones directas y positivas en la economía, en la salud, en la parte científica y, desde luego, la parte lúdica, y en otro aspecto también muy importante, la seguridad.
Indiscutiblemente la legalización es un paso muy importante para la disminución del narcotráfico.
Al convertir la marihuana en un producto legal, el consumidor podrá tener la información necesaria sobre el tipo, presentación, forma de consumo e incluso, los efectos secundarios y, en su caso, reacciones adversas, así, el usuario también asumiría su responsabilidad como consumidor al poseer la información necesaria para decidir o no su consumo.
La aprobación del Senado viene de un largo y tortuoso camino, recientemente se había publicado el Reglamento en Materia de Control Sanitario para la Producción, Investigación y Uso Medicinal de la Cannabis y Derivados Farmacológicos, paso fundamental para uso de los derivados del cáñamo, cannabinoides, CBD, en la elaboración de productos medicinales, que abre un mercado estimado en más de 50 mil millones de dólares para los próximos años.
Entre las implicaciones legales que tendrá esta nueva ley, se encuentra la regulación de los cultivos de marihuana en beneficio directo de productores del campo que dejarán de ser víctimas de los narcotraficantes. Se habla de que 115 mil hectáreas cultivadas con la planta dejarán de ser clandestinas. En cuanto al consumo, uno de los primeros impactos que podrá traer esta ley es la liberación de al menos 12 mil 562 personas encarceladas por posesión menor, a quienes se les quitará ese antecedente penal.
Se podrán portar hasta 28 gramos de marihuana para consumo personal, pero, al exceder esa cantidad y hasta 200 gramos, se impondrá una multa equivalente a 11 mil pesos; si rebasan los 200 gramos, la sanción será prisión de hasta diez años
Aunque este asunto se aprobó en el Senado por amplio margen, falta aún la revisión y aprobación en la Cámara de Diputados donde la mayoría morenista mantiene la línea que dicta el más grande de los conservadores de esta nación, el compañero presidente y camarada Andrés Manuel López Obrador, quien, de mantener su conservadurismo como en el matrimonio igualitario y el aborto, hace esperar que al debate sobre la marihuana le falte aún mucho camino que recorrer.
La mano de López-Gatell
Otro aspecto es la opinión del Dr. Hugo López-Gatell quien hoy ya controla a la Cofepris, órgano responsable de regular el uso de la marihuana y ya sabemos que lo que toca Gatell, se vuelve negocio y grilla.
Existen interrogantes acerca de que la autoridad sea capaz de implementar adecuadamente esta ley y si el gobierno actual realmente quiere quitar un negocio a los carteles de la droga.
La marihuana
Desde los clásicos porros hasta las presentaciones más sofisticadas como el cramble o el wax, tienen concentraciones de THC (componente psicoactivo de la marihuana) que van de un 15% a un 80%, por tanto, el nivel de neurotoxicidad es muy variable dependiendo del tipo de marihuana que se consuma.
Existe también la marihuana sintética o “Fake Weed” de aspecto muy similar a la tradicional, pero altamente peligrosa e incierta en sus efectos.
Esto deja en claro la dificultad para la regulación de cada producto, independientemente del gramaje que marca esta ley, habría que valerse de laboratorios certificados para realizar un monitoreo minucioso de los productos una vez que comience su comercialización.
La ley indica también que, a partir de los 18 años, los jóvenes pueden consumir cierta cantidad, con restricciones de los lugares públicos o educativos que menciona, lo que puede provocar un impacto en nivel universitario.
Otro aspecto a considerar es el impacto en adolescentes donde la tendencia de consumo ha aumentado significativamente, entre 2011 al 2016 prácticamente al doble según el último reporte de la ENCODAT (de 1.3% a 2.6%) sin dejar de lado que en este sector de población el consumo de marihuana es ilegal, pero que al igual que el alcohol, existe una realidad paralela de su consumo.
Por último y quizá la mejor área de oportunidad de esta nueva ley, sería la de invertir en los recursos para el desarrollo e implementación de programas preventivos bien fundamentados, actualizados, eficaces y viables a todos los sectores de la población, y ciertamente como lo mencionan, con énfasis en niños y adolescentes, sin embargo, lo lógico sería que estos programas ya estuvieran en marcha incluso antes de que la ley entre en vigor para poder hablar de programas preventivos oportunos.
Con la aprobación del Senado, México ha dado un paso importante y necesario, mas no suficiente.
sdpnoticias