Autodefensas ganan terreno; la lucha por sobrevivir

Miles de mexicanos están organizados en al menos 12 estados del país ante el embate de la delincuencia y la falta de respuestas claras por parte de autoridades; armados de palos, silbatos, cámara de vigilancia, grupos de Whats-App, escopetas e incluso armas de grueso calibre buscan tener algo que todavía nadie les puede dar: la tranquilidad.

El topil tiene la responsabilidad de poner el orden y procurar la tranquilidad en la comunidad; es un cargo honorífico no remunerado vigente en la mayoría de los 417 municipios gobernados por el principio del sistema normativo interno (usos y costumbres) del estado de Oaxaca.

Es el primer escalón de obligaciones que debe realizar un varón al cumplir la mayoría de edad —aunque también están incluidas las mujeres, sobre todo en poblaciones migrantes como ocurre en Ayutla o Yucuhiti, en la Sierra Norte y Mixteca—, ya que al tener sus derechos también debe cumplir con sus obligaciones.

El topil, topilillo, auxiliar de policía o policía comunitario es el escalafón más bajo de un sistema de cargos al que le seguirán niveles más altos designados por la colectividad, como el de presidente municipal”, explicó Hugo Aguilar Ortiz, coordinador General de Derechos Indígenas del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI).

En su origen, los topiles fungieron como mensajeros de la autoridad municipal, con la entrega de cartas y avisos; caminaban durante horas por las montañas. De igual manera, cumplen la responsabilidad de policías, y no lo pueden rechazar; en caso de estar fuera de la comunidad o del país, deberán contratar a un tercero”.

Los topiles se quedan a dormir en el palacio municipal: salen a dar sus rondines, cuidan el orden y la limpieza y tienen autoridad para detener al infractor cuando se trata de una falta administrativa”.

El funcionario federal originario de la región mixteca subrayó que el cargo de topil o policía comunitario es honorífico, por lo tanto, no recibe ninguna remuneración económica, “es la contribución (tequio) que te corresponde cubrir como integrante de la comunidad, donde vale más lo colectivo que lo individual”.

Por otra parte, Jorge Alberto Guillén Alcalá, director jurídico de la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Oaxaca (SSPO), resaltó la figura del topil a partir del conocimiento y respeto que de él tiene su comunidad.

Comentó que a lo largo del año los municipios de sistemas normativos internos le requieren a la dependencia capacitación como manejo de equipo, defensa personal, derechos humanos, además de uso gradual de la fuerza, entre otras áreas que contribuyen a cumplir su desempeño; son coadyuvantes de las fuerzas estatales y federales en materia de seguridad.

Existe coordinación entre los cuerpos de topiles y la SSPO a favor de realizar tareas preventivas”, dijo. A través de su mando superior, como es el presidente municipal y el Mayor de Vara, que es el jefe de los topiles, exponen sus necesidades, a partir de la demanda del pueblo.

La demanda recurrente es la capacitación y actualización en el uso del bastón policial (PR24), su herramienta de trabajo, una arma defensiva y ofensiva, por lo que debe de ser usada conforme a los protocolos, atendiendo al uso correcto de la fuerza.

El topil es un servidor público preventivo, también cumple tareas extraordinarias como cuidado de los bosques, auxiliar en el desfogue de las presas para evitar el desborde de los ríos, resguardo de los retenes sanitarios, sanitización de los espacios públicos, vigilar la portación correcta del cubrebocas, entre otras obligaciones surgidas por la pandemia.

Los topiles son parte del sistema de cargos, normas y prácticas comunitarias, del sistema normativo indígena de Oaxaca, reconocidos en la Constitución del estado a partir del 30 de agosto de 1995, asentó Isidoro Yescas Martínez, maestro en Sociología por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

Es un cargo que se debe de cumplir en lo individual, no es una organización colectiva. Se acepta voluntariamente

Los grupos de autodefensas operan fuera de la legalidad, ante la incapacidad del Estado para darles seguridad, su lucha es frontal con grupos delincuenciales. Nada que ver con los topiles de las comunidades indígenas de Oaxaca ”, subrayó.