Sin visibilizarse causas de la violencia

La sociedad debe revisar cómo conduce sus normas y por qué cada vez su población se vuelve más violenta, revela investigadores de la UAEM en el libro “Las fronteras del sentido. Filosofía y crítica de la violencia”

Guadalupe Rosas Suárez/Toluca

Detrás de la violencia existe toda una estructura social que no se concibe; hay un agresor que “cosifica” y deshumaniza a la víctima, pero que no actúa por sí solo, porque forma parte de un contexto en el que las creencias, hábitos y prácticas comunes lo han conducido a ello, tal planteamiento está contenido en libro “Las fronteras del sentido. Filosofía y crítica de la violencia”, coordinado por la investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Agata Bąk.

Así quedó de manifiesto, durante la presentación de esta obra que se desarrolló en el marco de la Feria Internacional del Libro del Estado de México (FILEM), donde los investigadores Isabel Gamero, Teresa Álvarez Mateos e Ignacio Quepons, moderados por Patricia Vega Villavicencio, disertaron sobre las causas de la violencia.

En la exposición plantearon que el agresor no es consciente de que deshumaniza a la víctima,al hacerlo la cosifica y la reduce a un objeto, lo que provoca que sea más grave la violencia. Tampoco se da cuenta que detrás de esa agresión existe una estructura social que lo ha construido.

Con ello, los autores no pretenden reducir la responsabilidad de un agresor, sino que desde esta investigación buscan comprender las causas de la violencia y una de las conclusiones, que dejaron entrever es que, ésta, es resultado de un conglomerado de acciones que derivan en una agresión.

Este libro forma parte de la colección editorial Medea, donde se coordinan investigaciones para la promoción de una cultura de paz, equidad de género y combate a la violencia. Es el tercero de los cuatro volúmenes que ha editado la Dirección de Difusión y Promoción de la Investigación y los Estudios Avanzados, de la UAEM.

El libro coordinado por Agata Bąk contiene reflexiones filosóficas que no pretenden “ser un recetario” para la solución de la violencia, pero sí se plantean hipótesis de la violencia que ocurre contra el cuerpo, no específicamente contra la mujer; ya que se hace un análisis que invita a la reflexión de por qué sucede, pues al conocer las causas, se toman decisiones y de ser posible se salva una vida.

Para los participantes, es fundamental conocer las causas, porque al hacerlo se deja de dilapidar, se comprende el problema y se trata de solucionar, para que no se reduzca sólo a castigar, reprender o enviar a la cárcel o al manicomio. Cuando esto ocurre, se entiende que su actuar fue solo y único, entonces tiene que cargar con su responsabilidad, sin embargo, la sociedad también debe analizar cómo está conduciendo sus normas y por qué cada vez su población se vuelve más violenta.

El agresor es resultado de un contexto en el que las creencias, hábitos y prácticas comunes lo han conducido a ejercer la violencia.