Sin organización en Seguridad Pública

Autodefensas denotan desmantelamiento de la autoridad y del estado de Derecho.

La proclamación de grupos de autodefensa en una comunidad deja de manifiesto la incapacidad del Estado para ofrecer las condiciones mínimas de seguridad pública y de justicia; situación que se vive en diversos lugares del país y ahora en el valle de Toluca, porque se observa un desmantelamiento de las autoridades y del propio estado de Derecho, consideró el sociólogo e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México, José Antonio Trejo Sánchez.

El catedrático universitario explicó que no se ha dado una verdadera reorganización de la seguridad pública en los tres órdenes de gobierno, toda vez que se sigue concentrando en las ciudades y faltan elementos para tener cobertura en las zonas rurales. Desafortunadamente, en lugar de trabajar con las poblaciones, “la autoridad ha sido omisa en comprender realmente las necesidades de la gente”.

Ante ello, la población cuando está organizada o tiene un mínimo orden comunitario, puede realizar este tipo de asambleas e inclusive proponer “autodefensas”; como ha ocurrido en Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Michoacán, pues a pesar de ser entidades pobres tienen un alto nivel de organización social.

El investigador explicó que el fenómeno de las autodefensas tiene su origen en la sierra de Guerrero, cuando los pobladores se organizaron para realizar rondines de vigilancia en sus propias comunidades, porque se conocen y saben perfectamente quiénes son, entonces, es fácil que identifiquen a los delincuentes. La cuestión, es que los rondines, después pueden evolucionar a grupos civiles que realicen funciones de policía y, en el último nivel, se pueden armar, aunque no de manera sofisticada, sino con pequeños rifles y escopetas.

“No hay que asustarnos cuando se habla de autodefensas, porque ha sido normal en la historia del país”, subrayó Trejo Sánchez, pues la preocupación central debe enfocara cuáles son las verdaderas necesidades de un pueblo que vive un crecimiento exponencial de los crímenes de alto impacto.

Detalló que, aunque suceda un crimen al año, con el solo hecho que sea de alto impacto, que involucre a los hijos de una comunidad y responda a situaciones terribles como las fosas clandestinas, es suficiente para alertar, no debería permitirse. “Es ahí, donde está fallando el Estado al no ofrecer las condiciones mínimas de seguridad y es de esperar que la gente reaccione así”, enfatizó.

Insistió en que, para una comunidad, la autodefensa representa un orden disuasivo contra los delincuentes, pero no porque planeen dedicarse a cometer injusticias. De ahí, la importancia que tiene que la autoridad comience a trabajar en los cómo, “no sólo en decir que ofrecerá seguridad o que se requiere restituir el tejido social, sino qué va a hacer para conseguirlo”, independientemente, del nivel de gobierno del que se trate.