Lucha libre en una nueva dimensión creativa en figuras de cartón

Jonathan Puga plasma en cada pieza lo más representativo de la cultura popular mexicana en forma de títeres o muñecos únicos.

Desde 2014, Jonathan Puga se ha dedicado a la cartonería y en cada pieza plasma lo más representativo de la cultura popular mexicana.

Vecino de la colonia Parques Nacionales en Toluca, por inquietud propia inició con su negocio Hidea24, el cual que le ha dejado muchas satisfacciones, pues a diferencia de muchos artistas no es heredero de esta tradición, pero sí un creativo con mucho talento.

El Santo, Blue Demon, Le Monito, Octagón, Tinieblas o el desaparecido Rey Misterio, son solo algunas de las piezas que más reproduce, ya sea en forma de títere o como muñecos, pues es asiduo fanático de la lucha libre, aunque también aprovecha las celebraciones como Día de Muertos, el 16 de septiembre y Navidad para dar vida a piezas de cartón únicas.

Según el tamaño y tipo de pieza, así como el decorado que lleve, Jonathan puede tardar desde una semana hasta un mes en su elaboración.

Una mesa dentro de su casa es lo único que necesita para poner manos a la obra y echar a volar su imaginación.

Su esposa es quién lo respalda en sus proyectos y lo apoya a confeccionar las piezas; por el momento sus hijos tienen 8 y 2 años, aunque en ocasiones el mayor le ayuda a decorar. “Todavía no tienen mucha noción, pero sí se interesan en lo que hago”, plática.

La materia prima para sus obras es de reuso y generalmente sale del periódico que religiosamente comprar su papá todos los días, lo mismo que los cuadernos que su hijo ya no utiliza o las cosas que compran y traen cartón.

“Lo único que compramos es la pintura”.

Gran variedad de artículos

Libretas con pasta dura y lápices decorados, lo mismo que calendarios, alebrijes y corazones son solo algunas piezas de su inventario, las cuales ofrece a través de su página de Facebook Hidea24.

Sus artículos más baratos van desde los 30 hasta los 70 pesos o más, sin embargo, los alebrijes pueden alcanzar los 400 o 500 pesos, según sus dimensiones.

“Las libretas tienen un proceso de encuadernación artesanal, se cose el block y las hojas, y aparte se empastan. Nada se corta con máquina, todo se hace a mano, lo único que se compran son las hojas centrales”.

A raíz de la pandemia, al igual que otros artesanos, se vio en la necesidad de parar sus actividades creativas y se dedicó a la serigrafía. Con el cambio de año aprovechó para ofrecer calendarios decorados con cartonería.

“Hice algunos por pedido y otros para venta al público en general”.

Maestro artesano acreditado

El año pasado participó en el Quinto Concurso Artesana y Artesano Mexiquense “Vida y Obra 2021” que organizó el Instituto de Investigación y Fomento a las Artesanías del Estado de México (IIFAEM), y aunque su diablo de 35 centímetros, articulado y con hermosos detalles en el pecho no ganó, está a la venta en la tienda de Casart ubicada en Paseo Tollocan.

“En la tienda cada periodo cambiamos las piezas o cuando nos solicitan”.

Hace cuatro años realizó un alebrije monumental para el tradicional desfile de la Ciudad de México.

“La pieza salió de un taller que tomé y allá se quedó”.

Comparte su conocimiento

En cada feria o evento al que asiste monta un taller para niños, en el que entrega una pieza de cartón en blanco, explica cómo decorarlo y da conocer el proceso de elaboración de la pieza.

Para una pequeña se requiere de un tubo de papel de baño, engrudo, periódico y pintura.

“Hace poco trabajé en la delegación de San Buenaventura, donde se generó un espacio recreativo y artesanal con los niños. Fue un taller con un costo de recuperación.

También estuve dando un taller de alebrijes y cartonería en general en el local de ropa de un amigo, lo mismo que en escuelas”.

El pasado Día de Reyes tuvo buenas ventas y, contrario a lo que se piensa, todavía hay niños interesados en los juguetes artesanales.

“En los talleres muchos se van muy contentos por las piezas que generan, sin importar que sean de cartón o plástico, el valor está en lo que les cuesta realizar la pieza, aunque hay niños con gustos muy exigentes que prefieren la tecnología”.

Busca mayores espacios

En la pasada administración tuvieron la oportunidad de comercializar su trabajo en la tienda del edificio B que se ubica en la Plaza Fray Andrés de Castro, frente a las Alacenas, sin embargo, con el cambio de gobierno espera que lo dejen trabajar, junto con otros artesanos, en la plaza Carlos Gómez, que se ubica en la esquina de Quintana Roo y Plutarco González, a un lado de la Alameda Central.

Confía en que el nuevo gobierno municipal siga apoyando a su sector y les otorgue un lugar o corredor donde ofrecer su trabajo, pues fuera de las tiendas Casart no hay otro lugar donde los artesanos toluqueños comercialicen en forma sus piezas.

“Este fin de semana tenemos programado ubicarnos en la plaza, pero al final todo dependerá de la visión y proyectos del nuevo gobierno municipal”.

milenio