Las tormentas que traerá la vacunación
Si hay algo que va a desatar tormentas en México este año es el proceso de vacunación.
Entre otras cosas, va a coincidir con las campañas electorales correspondientes a los comicios más grandes que se hayan organizado en la historia del país, por la concurrencia de elecciones locales y la elección federal de medio término.
Pero, además existirán múltiples presiones y conflictos porque es probable que tanto la pandemia como la vacunación se extiendan todavía por muchos meses hacia adelante.
Tendremos elecciones en pandemia y eso va a sacar chispas, como ya hemos podido ver.
Permítame argumentar porque creo que la pandemia se va a extender a lo largo de todo este año.
El doctor Thomas Frieden dirigió entre 2009 y 2017 el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades de Atlanta (CDC), que es una de las instituciones más importantes del mundo en materia de enfermedades contagiosas.
Frieden explicó el día de ayer a través de sus redes sociales que la mejor expectativa para Estados Unidos sería que para marzo bajaran de manera importante las defunciones por Covid-19, mientras que los contagios podrían bajar de manera visible hacia junio y el control relativo de la pandemia podría visualizarse para finales de septiembre.
Sin embargo, el experto también señaló que lo más probable es que, por lo menos durante todo este periodo deba seguirse manteniendo como norma el uso del cubrebocas, las medidas sanitarias básicas y el distanciamiento social.
Señaló que es probable que en la medida que avance la inmunización pueda haber un proceso de selección de las variantes del virus favoreciendo a las que tengan más resistencia a la inmunidad. Anticipa que las pruebas, el aislamiento de sospechosos, el mapeo de contactos y la cuarentena de contagiados, deberán extenderse al menos por un año.
Estados Unidos no es un país que vaya a tener restricciones económicas para la adquisición de las vacunas, pero el complejo proceso de su aplicación alargará el plazo para obtener la inmunidad colectiva hasta bien entrado este año.
Si ese es el mejor de los escenarios para Estados Unidos, no es difícil anticipar que en un país como México será muy difícil lograr esa inmunidad colectiva antes de que termine este año, y lo más probable es que se alcance hasta 2022.
En este contexto, Frieden también ha hecho la propuesta de desarrollar los llamados ‘pasaportes de inmunidad’, que permitirían un proceso gradual de retorno a la actividad económica relativamente normal.
Si alguien hizo el cálculo de que hacia la mitad de este año la situación en México tendería a normalizarse, creo que es tiempo de ir revisando esa expectativa.
Y debemos pensar en cómo conciliar la aplicación de medidas sanitarias básicas al tiempo que se alienta la actividad económica.
Se supone que el día de hoy, la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, va a dar a conocer un programa de reactivación productiva.
Va a ser imposible que dicho programa pueda ser viable si no va de la mano con el proceso de vacunación.
La dimensión que éste requiere es tan grande que, como el Consejo Coordinador Empresarial ha expresado, sería absurdo excluir al sector privado del esfuerzo requerido.
En este momento sería indispensable que se convocara al Consejo de Salubridad General, presuntamente la máxima autoridad del país en materia sanitaria, para que fuera dicha instancia la que definiera cómo afrontar el proceso de vacunación.
Si fallamos en este esfuerzo, por conflictos políticos o por decisiones incorrectas, nos vamos a enfrentar a una crisis que va a ser más profunda y más prolongada de lo que la mayoría imagina.