¿Es mucho pedir?
Héctor Serrano
Hoy concluye el registro de candidatos para competir por una diputación federal el próximo 6 de junio, con ello, terminó el armado de los partidos políticos para enfrentar la batalla que se avecina. Será a través de los votos como se obtendrá el triunfo, pero no dejará de ser una lucha encarnizada por ganar posiciones.
El periodo de campañas inicia el 4 de abril. Le anticipo que los siguientes dos meses habrá de todo; golpes por debajo de la mesa, descalificaciones, mentiras, difamaciones y hasta fuego amigo. De forma lamentable, ese es el nivel que tienen desde hace muchos años los procesos electorales en nuestro país, cada tres años la política se convierte en un gran circo de dimes y diretes.
Estamos tan acostumbrados a la falta de propuestas, que hemos llegado a normalizar las agresiones entre candidatos como parte de un proceso democrático, por eso no siempre ganan las personas más capacitadas, gran parte de la sociedad está dispuesta a otorgar su voto, al personaje que lance el ataque más osado o esgrima la mentira más convincente.
Eso no solo es culpa de los partidos políticos, ellos bailan al son que toca el electorado, y si a final de cuentas siguen siendo exitosas esa clase de propuestas, seguirán postulándolos para obtener más votos; es una fórmula siniestra de la cual muchos se quejan, pero no hacen nada para remediarlo, los ciudadanos invierten muy poco de su tiempo en conocer a sus candidatos y sus propuestas.
No faltará quien logre la victoria sin una sola propuesta, pero si con mucha estridencia, esos políticos entienden bien cómo llegar a las masas, tienen su mérito, se han dado el tiempo para conocer a sus votantes, saben de sus deseos y lo que quieren escuchar, están dispuestos a dar el mejor show para ganar votos, y si para ello es necesario atacar al adversario, lo harán.
Se librarán cientos de batallas en el territorio nacional, cada una con sus peculiaridades, pero con un elemento general: las ansias por obtener el poder, y cuando eso es lo que está en juego, son pocos a los que les importan las normas o los principios, muchos están dispuestos a hacer cualquier cosa para ganar, justificarán sus acciones diciendo que las mañas de sus adversarios son peores.
El límite que no debemos permitimos sobrepasar es el de la violencia, hay que estar muy atentos a la actuación de nuestros candidatos y rechazarlos cuando hagan uso de la misma, aquí no importa el partido al que pertenezcan o la ideología que pregonen, los partidos están formados por mujeres y hombres, en todos están los buenos y también los pendencieros.
Faltan pocos días para que inicie formalmente un nuevo episodio de la guerra electoral, se juega mucho, el futuro de nuestro país, espero que haya sensatez y prudencia en todas y todos aquellos que participan para ganar un puesto de elección popular, pero estoy consciente……. a lo mejor es mucho pedir.