Tres meses deben a transportistas en Dos Bocas

Agarrar a Franco de bandera para precampaña.
Por eso se fue la directora del DIF.
Que está parejo entre Morena y PAN en Veracruz.
Que en SSP parece que no sueltan la escuela de los obvios bots para inflar contenidos. Patético.

—Chopenjawer

Desde hace por lo menos tres meses no les han pagado a los transportistas que se encargan de trasladar al personal de la construcción de la futura refinería de Dos Bocas.

El asunto es el coyotaje.

Resulta que el Sindicato Estatal de la Construcción afiliado a la Confederación de Trabajadores de México (la otrora poderosa CTM) es la que tiene el contrato colectivo con ICA y el gobierno federal para las plazas de trabajo en la construcción de la refinería.

Es decir, no se trabaja en Dos Bocas si no hay autorización de la CTM. Si ven un camión extraño, de inmediato es detenido, pues también controlan la Dirección de Tránsito del municipio de Paraíso, donde el hijo del líder del sindicato es el subdirector.

Con esta situación, hay por lo menos 50 transportistas independientes a los que no les han depositado desde hace tres meses (enero, febrero y posiblemente marzo) y cuando preguntan con el enlace del sindicato, éste les dice que no ha depositado ICA –la constructora encargada– y que a su vez a ICA no le ha depositado el gobierno federal.

Resulta sospechoso porque se sabe que el sindicato que controla la obra pasó de tener una humilde oficina en una palapa bajo un almendro en la colonia Los Cocos, ahí en Paraíso, a comprar un terreno gigantesco frente a la construcción, con capacidad para guardar a 500 camiones de transporte de personal. Aparte, se sabe que están construyendo un edificio de tres pisos para el Comité Ejecutivo de dicho sindicato.

El modus operandi es muy sencillo: el sindicato es quien controla el paso de los camiones que supuestamente contrata, pero en realidad la operación la hace a través un tercero (un coyote) que hace contacto con operadores/dueños de camiones de transporte que necesitan trabajo, sobre todo los que se dedican al transporte de turismo, sector que ha sido muy afectado en la pandemia del Covid19.

Por cada camión que ingresa diariamente, se sabe que son alrededor de 52 mil pesos mensuales de pago, de los cuales una parte se queda el sindicato y otra parte el coyote, y supuestamente el resto (alrededor de 40 mil pesos) debería ir a parar a los transportistas, pero desde hace tres meses no ven el dinero.

Cabe mencionar que muchos de los afectados no están dados de alta porque así le ha convenido al sindicato dicha operación: al no estar registrados como proveedores de la obra, no tendrían estos amparo legal para reclamar, además de que cada camión es un sólo dueño, lo que todavía le restaría fuerza a una posible protesta, pues nadie quiere perder lo que consideran una fuente de trabajo ante la crisis.

Aquí la pregunta clave es quién protege al sindicato que controla toda la obra de Dos Bocas, pues se duda que un organismo de esta naturaleza –de esos que se supone ya no deberían existir en la Cuarta Transformeishion– opere por sí solo sin protección política.

Y lo anterior es clave: se trata una de las obras magnas del sexenio, equiparable con el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya, ambos con todo el power de la nueva constructora del sexenio: el Ejército Mexicano.

¿O a poco todavía siguen esas prácticas del sindicalismo charro y beneficiado por gobierno en tiempos de la 4T? Sean serios, porfa, es pregunta.