La Revocación de Mandato una Necesidad Democrática
Crónicas Ausentes
Lenin Torres Antonio
La raza mexicana entraña una identidad que parece que no termina de definirse, que tiene que ver con ese mestizaje que refiere a una entidad humana que a la vez comporta una impronta hispánica e indígena, dos cosmovisiones opuestas y yuxtapuestas, y más que apostar como resultado de esa apropiación, como lo hizo Samuel Ramos, a un sentimiento de inferioridad, creo que el mexicano representa un esquizofrenia de significantes, que le dan esa identidad contradictoria y oscura, atrevida y silenciosa, y que nos hizo, en esa homologación del proceso civilizatorio que la historia nos ha puesto a todas las culturas, resistirnos a una literalidad que implica los saltos cualitativos que han definido la historia de la humanidad, y siempre nos vemos envueltos en una contradicción, en un intento de transgredir el origen o cuando menos intervenir para marcarlo con nuestra propia identidad. Y lo digo, porque asumimos el evangelio conjugándolo con nuestra cosmovisión mística y totémica, porque asumimos la modernidad ilustrada con nuestra visión vertical tlatoanica (referido al tlatoani).
Esa cultura de la simulación en el sentido de ser y no ser en un mismo tiempo y en un mismo espacio, más que una contradicción, representaba para el mexicano la normalidad, por eso fue que asumimos los preceptos ilustrados, en cuanto al uso del poder público, armonizando con los contenidos identitarios de la mexicanidad. Los ideales ilustrados fueron asumidos con una gran resistencia, y el periodo pos revolucionario se vivió como un proceso para armonizar y calmar a los señores de la guerra (los bandos revolucionarios) a través de “un proyecto ilustrado” que permitiera, por una parte, responder al espíritu de los tiempos modernos, y, por otra parte, repartir los espacios de poder a través de una pirámide del poder y una sola clase política y económica, hoy evidenciados como “los mismos”, el prianismo. Lamentablemente hay que decirlo, el asesinato de Madero desdibujó la consecución de los verdaderos ideales de la Revolución Mexicana, principalmente, la justicia social, y en cierta forma, la 4ª Transformación pacífica que encabeza el presidente Obrador asume, aparte de restituir la funcionalidad perdida del estado mexicano y sus instituciones, y acabar con el anterior sistema de simulación y corrupción, la reivindicación de los ideales de justicia social de la Revolución Mexicana.
No es ocioso buscar las respuestas a esa manera sui géneris en que el mexicano ha organizado el ejercicio del poder público, y cómo éste se convirtió en una estructura vertical a través de una figura mítica-terrenal que es el presidente-tlatoani, y cómo la democracia se usó para legitimar la asunción del gran tlatoani, y lo más interesante, cómo la sociedad mexicano lo vivió como normal, y darnos cuenta que las expectativas de re significar, re educar, y re culturizar pasan por darnos cuenta de esa identidad del mexicano, de esa psicología del mexicano, estudios e investigaciones pospuestos por los intelectuales y académicos desde hace mucho tiempo, quizás porque estos mismos fueron arrastrados inconscientemente por esa cultura vertical del poder.
Volver a pensar lo que somos, y entrar de lleno en una re significación filogenética representa un punto de inflexión para dar el salto cualitativo que tanto esperamos, por lo que he de decir que algunos signos positivos se presentan, y como lo comenté en el anterior texto (1), podemos con esto construir “otro México”, más coherente, más definido, menos contradictorio, y con memoria histórica.
México vive una recomposición cultural, que tiene que ver salir de ese sincretismo y la necesidad de construir su identidad social y política desde las nuevas exigencias de una sociedad víctima de la degeneración del poder público y la clase política, por lo que volver a la literalidad de las ideas ilustradas se vuelve una exigencia necesaria.
El escenario político polarizado que vive México se debe a la negación de la clase política opositora a entender los nuevos tiempos que vive México, presentado constantemente obstáculos mayúsculos hacia la emancipación y empoderamiento de la nueva cultura política que necesita México, así vemos como los despropósitos sean el pan de cada día, las resistencias y “lo viejo” se intenta metamorfosearse con “lo nuevo”, intentando parecer lo que nunca se ha sido, una oposición monstruosa queriendo cambiar de piel en plena lucha por el poder, pero, ¿quién les cree su reconversión?, cuando sus actos se contradicen con lo que hicieron en el pasado, como lo hace el senador panista veracruzano Julen Rementeria, que se presenta en un acto de protesta contra los “excesos” del delito “ultraje a la autoridad” en Xalapa Veracruz, con su corta memoria, se olvida que fue él mismo quien siendo diputado local en Veracruz aprobó esa modificación del código penal de Veracruz para incluir el delito “ultraje a la autoridad”, así mismo, quien puede creer a “las autoridades autonómicas” del INE, quienes no hace mucho tiempo estaban sometidos al poder presidencial prianista y no dudaban en autorizar y legitimar procesos electorales por encima de la ley, y que ahora se presentan purísimos y resistentes a responder a los nuevos tiempos democráticos, quien ahora lo erige la oposición como el único baluarte institucional opositor que tienen, en fin, que esta oposición al presidente Obrador debe pensar dos veces antes de abrir la boca, y entender que la coherencia democrática es una exigencia para hacer política y construir “lo nuevo”.
Con el escándalo purísimo y sacrosanto en que está situado la oposición, haciendo alarde de su corta memoria, el presidente Obrador cumple se parte para esa re-culturización política y re-significación de nuestra identidad, y propone cambios estructurales fundamentales para acotar el omnipoder presidencialista, como la Revocación de Mandato, entiende que desmitificar la figura presidencialista no es banalizarla sino ubicarla en la humanización responsable para la que fue construido, en este caso, para servir a la gente, y principalmente a los más necesitado y olvidados por los pasados regímenes prianistas.
Por lo que hay que entender que el poder no se restringe, no se debe restringir; es decir, “el buen uso del poder”, el buen ejercicio del poder no debe de restringirse, al contrario, se debe ampliar todas las posibilidades para que ese poder se ejercite en beneficio de la sociedad. Lo que debe restringirse es “el mal poder”, el uso indebido del poder, el sello personal que se le daba al poder y que hizo que México viviera como normal la corrupción, y esta sea la característica del uso que le dieran los gobiernos neoliberales conservadores prianistas al poder público.
Por eso la propuesta obradorista de la Revocación de Mandato al final de cuenta es una manera de limitar “el mal uso del poder”, y por eso es importante aprobar estas figuras constitucionales que van a permitir que ese omnipoder que servía para encubrir la corrupción que gangrena el estado y la vida pública, ahora tengamos la posibilidad de que un poder que sea ejercido de forma equivocada, la sociedad pueda revocar el mandato del mal gobernante, es en suma, un juicio popular sobre un uso indebido del poder público.
Ahora bien, no nos debemos asustar, y además no debe de ser como una pérdida de tiempo como lo está planteando la simplista y banal oposición, obviando lo que nunca hicieron, aunque la realidad le escupa a la cara una y otra vez.
Debe entenderse que cuando estamos hablando de limpiar la política, estamos hablando de reconstruir no tan solo la política, sino también el sistema político mexicano; esto implica hacer las reformas constitucionales necesarias que permitan un mandato de 6 años. No es ocioso como la oposición trata de hacer ver las reformas constitucionales emprendidas por el presidente Obrador, como la Revocación de Mandato, la Reforma Eléctrica, entre otras, diciendo que hay otras prioridades.
Hay un perspectiva limitada de la oposición que tiene que ver con su visión de la política y su reduccionismo a una clase social privilegiada, olvidando que la política es un asunto de todos los actores de la vida pública, y es tan prioritario su regeneración en estos momentos como seguir trabajando y gobernando, como prioritario es seguir generando políticas públicas en materia sanitaria para evitar que esta pandemia nos golpee de manera excesiva, como refundar el estado mexicano, como fortalecer ahora si la autonomía de los poderes públicos, no de algunas instituciones como intenta la oposición, particularmente al INE, aunque los únicos poderes reales sean el ejecutivo, el legislativo y el judicial, como también construir un sistema de partidos alejados del poder económico y mediático, porque nos cuesta entender que un empresario sea el líder de los partidos políticos de oposición PAN, PRI, y PRD, quien convoca a “las cabezas de esos partidos políticos” para darles ordenes, financiarlos, y enseñarles las estrategias mediáticas fascistoides para “volver al pinche poder”, esto les debería dar vergüenza, pero no es así, porque nunca fueron el PRIAN partidos políticos independientes del poder económico y mediático, y lo peor, que nunca lo serán.
El problema de la clase política mexicana opositora es que tienen un concepto muy limitado de lo que implica la política. Y esto me recuerda lo que les hace falta comprender, lo que podríamos llamar el referente más importante que tenemos en el mundo occidental que es el pensamiento griego, donde la política era una cuestión cotidiana y ordinaria, como algo tan vital como ir a comprar los alimentos de la casa, educar, trabajar, su visión tenía que ver que para ellos las leyes naturales tanto como las leyes sociales y la política eran tan inexorables, y tan importantes que permitían que la política fuera parte de la naturaleza humana, su normalidad por así llamarlo.
La oposición ha intentado hacer ver que la política es una cuestión de una única clase social, ellos, y que sus criticas son las correctas, como es el caso de las que vierten sobre la Revocación de Mandato, la Reforma Eléctrica, sin darse cuenta que es la normalidad de otras sociedades, que incluso México está atrasado en construir eso candados al omnipoder de los gobernantes, y que fueron ellos quienes pospusieron la auténtica democracia, así vemos que países con menor influencia gozan de una democracia más plena, con figuras similares a la revocación de mandato, segunda vuelta electoral, reelección de sus gobernantes, pues así como la Revocación de Mandato es una manera de juzgar al mal gobernantes, la reelección en muchísimos países es una derecho para beneficiar al buen gobernantes, por lo que si vemos esas sociedades, nos daremos cuenta que esa Revocación de Mandato no es nada nuevo, y que muchos países mucho antes que nosotros fueron acotando el poder a los gobernantes.
Ahí tenemos la Moción de Censura (una especie de revocación de mandato indirecta) en las democracias constitucionalistas parlamentarias como España. Donde en el parlamento, en su momento, los partidos opositores al partido (s) gobernante puede someter a una Moción de Censura al Jefe de Gobierno (presidente), y provocar que se convoquen a nuevas elecciones, en el caso de España la Moción de Censura (Revocación de Mandato) es un ejercicio democrático indirecto, porque no hay una consulta directa al pueblo, sino a los diputados del parlamento.
En México se intenta retroceder, detener las reformas constitucionales necesarias para la regeneración del poder político y el fortalecimiento de la democracia, con una campaña permanente de terror encabezada por los hombres del dinero a través de sus achichicles, sus sirvientes, los dirigentes de los partidos prianistas y los nefastos e impresentables ex presidentes, principalmente los innombrables Vicente Fox y Felipe Calderón, que tratan que se mantenga su maquinaria piramidal del poder intacta para cuando “ellos regresen a gobernar”, tratando de evitar instrumentos que delimiten el poder omnipresente del presidente, como la campaña que han hecho de hacer de menos algo vital e importante como lo es la Revocación del Mandato, que forma parte de esos instrumentos necesarios para la regeneración democrática y así delimitar el uso del poder del mal gobernante. Ingenuamente subestiman y menosprecian al pueblo mexicano, pensando que seguimos ciegos y mudos, pero no, el pueblo mexicano ha hablado y muy alto, y estoy segurísimo que no los dejará pasar, y la historia de México los seguirá ubicando en el lado equivocado e incorrecto.
Un exhorto a participar en la convocatoria hecha a regañadientes por el INE para el proceso de Revocación de Mandato del presidente de la república electo para el periodo constitucional 2018-2024, el domingo 10 de abril de 2022.
Febrero de 2022