Linchamientos en México: entre el hartazgo de la impunidad y la ausencia de autoridad

14 de Junio 2024

De acuerdo con las declaraciones del Secretario de Gobernación de Puebla, Javier Aquino Limón, en el estado se han registrado 13 intentos de linchamiento en lo que va de 2024. Solamente uno de ellos se concretó el 11 de junio en Atlixco.

Cuatro hombres muertos y una mujer severamente lesionada fue el saldo que dejó un tumulto que se registró la tarde del 11 de junio en la comunidad de San Jerónimo Coyula en Atlixco, Puebla.

Los primeros reportes apuntaron a que el caso se trató de un linchamiento que habitantes de la comunidad realizaron en contra de un grupo de personas que fueron señaladas de presuntamente haber robado un automóvil en Tochimilo, un municipio que se encuentra a aproximadamente 11 kilómetros de distancia de donde se registraron los hechos.

En conferencia de prensa el Secretario de Gobernación de Puebla, Javier Aquino Limón, relató que tras desatarse el disturbio fueron los mismos habitantes de San Jerónimo Coyula quienes impidieron la intervención tanto de la Guardia Nacional como de la Policía Estatal y Municipal.

“La forma de llegar a la comunidad es mediante un acceso que fue bloqueado por los propios pobladores, ellos estaban hasta el fondo de la localidad, por un jagüey fue donde se concretó el tema y no pudo llegar la policía a tiempo”, declaró el titular de la Secretaría de Gobernación de Puebla.
Pese a que Javier Aquino Limón aseguró que la Fiscalía General del Estado (FGE) será la encargada de investigar y esclarecer el caso, el linchamiento de los cuatro hombres volvió a encender las alertas sobre la creciente práctica a la que parte de la ciudadanía a recurrido para “hacer justicia por su propia mano”.

Causa en Común define como linchamiento a una agresión física cometida por un grupo, turba o multitud en contra de una persona que provoca su muerte.

De acuerdo con información que la organización civil plasmó en su informe Galería del horror: atrocidades y eventos de alto impacto, de enero a diciembre de 2023 se registraron en México al menos 19 linchamientos en Campeche (2), Chiapas (1), Ciudad de México (1), Durango (1), Jalisco (1), Morelos (2), Oaxaca (2), Puebla (2), Querétaro (1), Quintana Roo (1), Tlaxcala (4) y Yucatán (1).

Si bien dichos casos no encabezan el listado de los eventos de alto impacto ocurridos en México durante 2023, Causa en Común también contabilizó 179 casos de intentos de linchamiento, una cifra que enciende las alertas sobre la posibilidad de que aumente la frecuencia con la que dicha atrocidad ocurre en el país.

Respecto a intentos de linchamiento, las cifras recabadas por la organización civil ubican a los siguientes estados con el mayor número de incidencia: Puebla (27), Tlaxcala (24), Hidalgo (23), Estado de México (16), Chiapas (15), Campeche (10), Guerrero (10), Oaxaca (7), Chihuahua (7), Morelos (6) y Tabasco (6).

Tras el reciente linchamiento de cuatro hombres ocurrido en Atlixco, el Secretario de Gobernación del estado, Javier Aquino Limón, detalló que, en lo que va de 2024, Puebla ha registrado 13 intentos de linchamientos por lo que, tomando en cuenta el conteo de Causa en Común, la entidad podría ubicarse como la que mayor incidencia acumula.

“Linchar no es un acto de justicia; es un acto deshumanizante. Se despoja violentamente del derecho a la vida, a un juicio justo y a la presunción de inocencia”, se lee en el mensaje con el que la Oficina del Alto Comisionado para la Defensa y promoción de los Derechos Humanos (ONU-DH) en México condenó los hechos ocurridos en Atlixco, Puebla.
Organizaciones civiles han condenado en más de una ocasión aquella práctica que se ha adoptado como mecanismo para buscar justicia por sus propios medios, una premisa que tiene su origen en el hartazgo que la misma sociedad tiene frente a la autoridad que no actúa o que lo hace de forma incorrecta.

“Son las ejecuciones, los enfrentamientos entre bandas organizadas y policías o militares y los linchamientos, las expresiones de violencia en las que podemos tener un referente del grado de erosión de las instituciones y de los niveles de corrupción de las personas que tienen como función hacer respetar la ley y el orden social y político”, expone un artículo Raúl Rodríguez Guillén, investigador del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La investigación del académico apunta a que la violencia intrínseca de los linchamientos es la expresión de una crisis de autoridad en la que una o varias personas desean expresar su inconformidad con un orden que ha dejado de ser referente de su actuar, es decir, la falta de un poder común o bien la ausencia de una autoridad son la causa de la violencia.

“Donde no hay poder común, la ley no existe, y donde no hay ley, no hay justicia”, explica el también profesor de la UAM en el artículo Crisis de autoridad y violencia social: los linchamientos en México.
Aquella ausencia de autoridad suele acompañarse de un sentimiento de indignación compartido por individuos y grupos pobladores de comunidades que, ante la falta de respuesta de las autoridades, estallan ante el menor pretexto y se expresa como una violencia incontenible.

Y es que, los linchamientos figuran también como un referente del deterioro que se vive tanto en la autoridad administrativa, política y religiosa como al interior de la familia, las comunidades, barrios y colonias de las diferentes entidades del país.

“Los linchamientos pueden ser explicados desde diferentes enfoques o bien a partir de una sola perspectiva en la que existe variedad de matices. Pero es ante la ausencia de un poder reconocido capaz de contener la conflictividad social, o a falta de un juez imparcial y leyes que expresen las necesidades sociales o ante el incumplimiento de su función por parte de uno o varios miembros de la autoridad, que la sociedad queda en situación de manifestarse por medio de la violencia”, profundiza en su análisis el investigador del Departamento de Sociología de la UAM.

Pese a que los linchamientos pueden generar cierta simpatía entre aquellas personas que comparten el mismo sentimiento de indignación o hartazgo ante la ausencia de autoridad en sus comunidades, dichos factores no justifican la violencia que se ejerce al arrebatarle la vida a un presunto criminal.

Es así como la rabia acumulada y la negligencia de las autoridades mantienen una relación causa y efecto en la que los linchamientos se ubican como una forma de señalar que los límites han sido rotos y que es necesario reestablecerlos, es decir, expresan la ruptura de los códigos morales que vinculan a la sociedad y la autoridad.

Los linchamientos se han consolidado en México como una expresión del rechazo a la corrupción y la impunidad, factor que se traduce en un crecimiento de la última instancia de la violencia en donde no solo se linchan a presuntos criminales, sino también al símbolo de la autoridad.