Yucatán y sus maravillas
Hablar de Yucatán evoca los sabores de la cochinita pibil, maravillarse con las ruinas de Chichen Itzá, remontarse a los años del henequén del siglo XIX, disfrutar del atardecer en un recorrido en las famosas calesas o calandrias de Paseo Montejo, pero también, es hablar de sus aguas cristalinas color esmeralda rodeadas de palmeras y una tranquilidad placentera que sólo la Rivera Yucateca ofrece.
Con una extensión de 378 km de longitud, la Rivera Yucateca es uno de los lugares con más variedad de ecosistemas y esconde verdaderas joyas para disfrutar entre el Mar Caribe y el Golfo mexicano.
Si eres de los viajeros que disfruta explorar lugares poco conocidos, contarles a amigos y familiares de experiencias únicas y de capturar fotografías dignas de una postal, no puedes dejar de conocer las siguientes playas:
Celestún se encuentra a 95 km de la ciudad de Mérida y su ecosistema es único debido a la combinación del agua dulce proveniente de la Ría Celestún y el agua salada del Golfo de México.
Sus playas blancas y aguas color verde esmeralda sin grandes construcciones hacen que puedas disfrutar de una estancia tranquila y de descanso.
Uno de los grandes atractivos de Celestún es el avistamiento de aves* donde se han identificado más de 400 especies migratorias, entre las más populares se encuentra el flamenco rosa que anida, se alimenta y reproduce en esta playa; pelicanos, garzas y gaviotas también son otras de las especies de las que podrás disfrutar.
El manantial Baldiosera es uno de los lugares imperdibles, para llegar a él atravesarás túneles naturales que se forman con las ramas del mangle y es uno de los ojos de agua dulce donde podrás nadar y refrescarte en sus aguas cristalinas.
El “Bosque Petrificado” es un lugar extraordinario, el contraste que encuentras después de cruzar tanta vegetación y vida es simplemente impresionante. En la zona podrás encontrar grandes troncos grises, como vestigio de un enorme bosque que desapareció. El suelo es un poco inestable debido a la gran materia orgánica que lo compone y esto hace que las arenas sean un poco movedizas donde abundan almejas y camarones miniatura.
Playa el Cuyo es sin duda uno de los secretos mejor guardados de la Península, la tranquilidad de sus playas vírgenes, hacen que sea uno de los lugares más tranquilos del caribe y, si eres de los que buscan desconectarse por completo de la vida urbana, este es el lugar ideal.
Al llegar, verás una combinación de casas de madera y construcciones típicas pintadas de colores vivos y cálidos, divisarás el faro de la ciudad que fue construido sobre los restos de antiguas ruinas mayas y, si tienes suerte de subir en él, podrás tener una vista panorámica del pueblo.
Además, el Cuyo es de esos lugares que son románticos por naturaleza, podrás ver bellos atardeceres, amaneceres y cielos estrellados en tu estancia.
Los deportes acuáticos están a lo orden del día y recientemente el kitesurfing** ha tomado fuerza en el lugar debido a las perfectas condiciones climatológicas con las que cuenta la mayor parte del año, asimismo podrás encontrar paddleboarding y practicar kayak, por lo que tendrás un asiento en primera fila para ver a los deportistas durante el día o aventurarte a tomar una clase.
El Parque Nacional Arrecife Alacranes es el lugar ideal si eres de los que te encanta hacer ecoturismo y practicar deportes acuáticos; pesca de arrecife, observación de flora y fauna, paseos en barco y lancha son algunas de las actividades que podrás realizar en este conjunto de islas considerada la estructura coralina más grande del Golfo de México.
El buceo y esnórquel son de las actividades favoritas, al sumergirte entre sus aguas de tonalidades azul turquesa apreciaras la majestuosidad de los corales “cuerno de alce”, inmensas estructuras redondas y acanaladas mejor conocidas como “cerebros”, gran variedad de flora y fauna marítima como tortugas, tiburones, peces como el arlequín, el cardenal, mariposa, pez papagay y, con un poco de suerte, delfines y mantarrayas te acompañarán en tu visita; al bucear más a fondo, podrás descubrir restos de barcos del siglo XV pues se cree que el arrecife fue utilizado como refugio en tormentas tanto para leales a la corona española como piratas.
La planeación para esta visita será clave, pues no hay hoteles, restaurantes, agua dulce, electricidad y demás servicios a los que estamos acostumbrados en la ciudad, sin embargo, la experiencia que te ofrece será inolvidable.
El archipiélago está conformado por 5 islotes: Isla Blanca o Chica, Isla Muertos o Desertora, Isla Pájaros, e Isla Desterrada y por último Isla Pérez que es la única habilitada para acampar y donde solamente se permiten 111 visitantes al día. El acceso al arrecife es únicamente por vía marítima y está ubicado a unas cuantas horas de Progreso.