Un hombre acusado del asesinato de un manifestante negro se suicida en Portland
Jake Gardner, un veterano de guerra y dueño de un bar en Omaha (Nebraska, EEUU), encausado por la muerte de un manifestante negro en las protestas raciales que estallaron en Estados Unidos a finales de mayo, fue hallado muerto en un aparente suicidio en Portland (Oregón), informaron las autoridades.
Gardner, de 38 años, fue acusado la semana pasada por un jurado investigador en el Condado Douglas, de Nebraska, por el uso de un arma de fuego en la comisión de un delito grave, intento de agresión en primer grado y amenazas terroristas.
Los cargos derivaron de la muerte el 30 de mayo de James Scurlock, de 22 años, frente al bar de Gardner en Omaha, durante las manifestaciones que siguieron a la muerte bajo custodia policial cinco días antes, en Mineápolis (Minesota) del afroamericano George Floyd.
Según el diario Journal Star, de Lincoln, el fiscal especial Fred Franlkin, quien formuló los cargos formales contra Gardner, fue luego visto hablando con el abogado del encausado, Stu Dornan, aparentemente procurando un arreglo para que el sospechoso se entregara a las autoridades.
La familia de Scurlock había cuestionado por qué razón el sospechoso permanecía libre.
Los hechos del incidente
Los videos del incidente el 30 de mayo muestran que el padre de Gardner empujó a un manifestante después de pedir a varios que se alejaran del bar y posteriormente uno de éstos lo empujó a él al suelo. En la disputa que siguió, Gardner intervino mostrando un arma de fuego, según el fiscal del Condado Douglas, Don Kleine.
Dos de los manifestantes atacaron a Gardner por la espalda y éste disparó dos veces, y fue entonces cuando Scurlock, que no había estado involucrado en la refriega, entró en escena, según Kleine.
Gardner declaró que los atacantes lo tenían sujeto por el cuello y que él rogó que lo dejaran libre antes de disparar, alcanzando a Scurlock en la clavícula.
Dornan dijo que su cliente, quien estuvo destinado en la guerra de Irak y sufrió dos lesiones traumáticas en el cerebro, había cooperado con las autoridades tras el incidente fatal, y había dicho que se sintió “en una zona de guerra esa noche, con la violencia en el bar, el gas lacrimógeno y la confusión”.
Según las autoridades de Hillsboro (Oregón), Gardner, quien encaraba una posible sentencia de 95 años de prisión si era declarado culpable, utilizó un arma de fuego para quitarse la vida.