El Tribunal Constitucional de Polonia falla a favor de endurecer la legislación sobre el aborto
Declara inconstitucional la interrupción del embarazo por malformación del feto. Los colectivos de defensa de los derechos de la mujer denuncian una decisión “inhumana” e “injustificable”.
Las mujeres en Polonia son desde este jueves menos dueñas de su cuerpo. El Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucional la interrupción del embarazo por malformación del feto, reduciendo así los supuestos legales para el aborto a la violación, el incesto y riesgo grave para la salud de la madre.
La sentencia, que ha desatado un aluvión de reacciones en contra, incluida la de la Fundación Helsinki para los Derechos Humanos, condena a las polacas al aborto clandestino o poner fin a la gestación fuera del país. Los datos hablan por sí solos. En Polonia, con una de las leyes más restrictivas de la Unión Europea en esta materia, se practicaron el pasado año 1.110 abortos legales, según el Ministerio de Sanidad. En el 98% de los casos fue por malformación del feto.
Los colectivos para los derechos de la mujer y una salud reproductiva sostienen sin embargo que eso es sólo la punta del iceberg. Al margen de los abortos clandestinos, que siempre suponen un riesgo para la mujer, se calcula que entre 80.000 y 120.000 polacas viajan cada año al extranjero para interrumpir la gestación.
“Es inhumano obligar a una mujer a completar un embarazo cuando hay malformación del feto”, afirma la abogada de la Fundación Helsinki, Malgorzata Szulecka, para quien la sentencia es “absolutamente injustificable” y condena a la mujer a una “tortura de por vida”.
También desde la oposición ha habido críticas al fallo. “Ya no habrá abortos en Polonia, pero sí madres con hijos con anencefalia, espina bífida, sin corazón,… y niños que morirán en agonía”, lamentó la diputada del izquierdista Razem Marcelina Zawisza.
El ex primer ministro y ex presidente del Consejo Europeo Donald Tusk, habló de “villanía política” y a través de Twitter señaló que “lanzar el tema del aborto y fallar en un pseudo-tribunal en medio de una pandemia furiosa es más que cinismo”.
Para el PiS, el fallo del alto tribunal es, sin embargo, una gran victoria. El salvoconducto que necesitaba para modificar la norma que miles mujeres vestidas de negro defendieron cada lunes y durante semanas con concentraciones ante la sede del Parlamento.
En aquella ocasión, y ante la magnitud de las manifestaciones, con réplicas por todo el país, el líder del PiS y actual viceministro, Jaroslaw Kaczynski retiró el proyecto, pero acostumbrado como está a no dar su brazo a torcer, dejó que un grupo de parlamentarios hiciera lo que debían hacer. Por la puerta de atrás y a su debido tiempo.
Interpusieron una querella al TC hace un año, prácticamente el tiempo que lleva la magistrada Julia Przylebska al frente del tribunal. Przylebska accedió al cargo por nominación del PiS en el marco de una reforma del sistema judicial denunciada por la Comisión Europea.
Con el aval del TC, el PiS volverá a someter a las mujeres a la ley del aborto de 1993, que solo contemplaba tres supuestos. Los artífices de ese retroceso se congratulan. “¡La vida ha ganado! ¡La vida es lo más importante!”, aseguró en Twitter el diputado Artur Dziambor.
La muy conservadora e influyente Iglesia Católica polaca, que apoyó el primer intento anti-aborto del PiS, aunque luego se lo retiró porque el proyecto preveía penas de cárcel a mujeres y médicos abortistas, no se ha pronunciado sobre el fallo del TC al cierre de esta edición. Puede que aún esté rumiando las declaraciones del Papa Francisco sobre las parejas homosexuales.
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