El Supremo de EEUU gira a la derecha con tres casos sobre el recuento de votos para decidir antes de las elecciones
Barrett fue confirmada con 52 votos a favor -todos de senadores republicanos- y 48 en contra -todos los demócratas y la conservadora Susan Collins-
Amy Comey Barrett ya es juez del Tribunal Supremo. Así, a falta de ocho días para las elecciones, esta juez católica de 48 años, le ha dado una mayoría sólida que podría durar décadas a los conservadores en la instancia judicial más alta de Estados Unidos, un órgano que tiene una influencia mucho mayor que la de, por ejemplo, los Tribunales Supremo y Constitucional de España. El balance de fuerzas en el Supremo queda ahora en seis jueces conservadores – aunque uno de ellos, el presidente John Roberts, a veces vota con la izquierda – y tres de izquierda.
El nombramiento de Barrett no ha estado exento de polémica. El hecho de que el Senado la haya confirmado a falta de una semana para las elecciones, y que haya dado prioridad a su ratificación sobre, por ejemplo, la aprobación de un nuevo paquete de estímulo económico de 2,2 billones de dólares (1,9 billones de euros) para combatir el impacto del Covid-19 ilustra la importancia de lo que está en juego. El Supremo de Estados Unidos tiene, debido a la estructura institucional del país, un poder inmenso. Cuestiones como la discriminación racial, el aborto, la pena de muerte, o la tortura en Guantánamo, han sido decididas y reguladas por el Tribunal.
Por de pronto, Barrett va a tener que decidir en cuestiones de la máxima importancia para la democracia de Estados Unidos. Esta misma semana, el Supremo debe decidir tres casos que afectan directamente a las elecciones. El primero es una demanda interpuesta por el Partido Republicano del estado de Pennsylvania, que puede elegir los comicios, para prohibir la regulación de ese territorio, que hace que los votos enviados por correo sean válidos siempre que lleguen al colegio electoral hasta tres días después de las elecciones.
El segundo es del Partido Demócrata de Wisconsin, otro estado clave, pidiendo que los votos por correo sean aceptados aunque lleguen a los colegios hasta un máximo de 9 días después de los comicios. El tercero es una petición del Partido Republicano del estado de Carolina del Norte – que también está entre los que pueden decidir quién será presidente – acerca del tiempo que las autoridades contarán para contar los votos. En la actualidad, Carolina del Norte tiene 9 días para esa tarea, pero los republicanos quieren reducir ese plazo a tres. Finalmente, el viernes, el Supremo deberá decidir si acepta a trámite un caso sobre la limitación del aborto en el estado de Mississippi.
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