Un paso enorme da Durazo por la Secretaría de Seguridad
“El principio es la mitad del todo”. – Pitágoras de Samos
“El fracaso es la oportunidad de comenzar de nuevo con más inteligencia”. – Henry Ford
“Cómo podrías renacer sin antes haber quedado reducido a ceniza.” – Nietzsche
Ante el asesinato de Jessy en las inmediaciones de la presa La Boquilla en Chihuahua en septiembre pasado, las voces se tornaron urgentes para exigir justicia. Con toda razón.
Lamentablemente no es la primera vez que alguien muere injustamente en México a manos de las fuerzas del orden, pero tiendo a pensar que poco a poco sí nos acercamos a que sea la última.
El martes, la FGR giró seis órdenes de aprehensión contra miembros de la Guardia Nacional por su presunta responsabilidad en este hecho y en las heridas de gravedad infringidas a su marido. La Fiscalía sin duda ha sido expedita. Y la SSyPC, de quien depende la Guardia Nacional, exigió realizar una investigación a fondo de lo ocurrido y ha procurando dar transparencia y contribuir a castigar tan lamentable hecho.
Resulta urgente, ahora, que el proceso continúe conforme a Derecho y se sancione a los implicados de confirmarse alguna culpabilidad. Y es que se debe ante todo dar ejemplo en la materia y en este caso en particular.
Llegar a un balance del paso de Alfonso Durazo por tan complicada dependencia, frente a inconmensurables retos y responsabilidades, en un escenario de violencia que arrasa al país desde hace ya algunos años, es sumamente difícil.
Sin duda presentó un desafío muy importante: procurar un trabajo coordinador entre las autoridades civiles y militares; el de desmantelar una corporación entera, también. Y se hizo adecuadamente.
Estimo que a ello se refiere cuando, al renunciar a la Secretaría de Seguridad para buscar la gubernatura de Sonora, Alfonso Durazo mencionó que el modelo llevado estos dos años es bueno y marca el rumbo más adecuado. Y si bien “aún no se puede cantar victoria… sí hay un debilitamiento general de las organizaciones criminales”.
Al despedirse de la dependencia mencionó que: “se acabó todo dominio del narco en zonas del país”, lo cual no es sinónimo de que ya no hay narcotráfico en el país, solo que la administración de la violencia (facultad que monopoliza el Estado, al menos teóricamente) por parte de grupos de delincuencia organizada en el país, está menguando. Se ha roto el control de estos grupos en los distintos territorios.
Tiene razón Durazo, falta mucho por hacer en términos de seguridad; pero el saber que si la autoridad (como al parecer sucedió con los seis elementos de la Guardia Nacional) comete un delito será castigada con prontitud, disuadiendo así futuras violaciones a sus responsabilidades, sí muestra un cambio en la manera que se desarrolla la política de seguridad en el país.
La cooperación entre los cuerpos de seguridad es necesaria para poder integrar esfuerzos en una espiral de violencia que debe tener fin. Por difícil que sea, se puede y se debe lograr.
Creo que el paso de Durazo por la mencionada dependencia sembró precisamente las semillas de ese cambio. Hay esperanza.
sdpnoticias