Sinaloa busca regularizar la escuela que los hijos de “El Chapo” abrieron
Unos 90 infantes toman clases en la escuela abierta por los hijos de “el Chapo”; el gobierno de Sinaloa busca incorporarla al sistema estatal
México.- El gobierno de Sinaloa busca regularizar una escuela que equiparon los hijos del líder de un cártel, Joaquín Guzmán Loera, alias “el Chapo”.
De acuerdo con los reportes, desde el inicio de la primera semana de noviembre del 2020, unos 90 niñas y niños toman clases presenciales en el inmueble que el gobierno de Sinaloa busca incorporar al sistema educativo estatal.
La escuela está ubicada en Ampliación Bicentenario, un asentamiento irregular al sur de Culiacán. Este asentamiento está marcado como una de las zonas de mayor marginación en la capital de Sinaloa.
De acuerdo con la agencia Europa Press, con base en información de Milenio, junto a la entrada de la escuela y en las cajas de las computadoras donados se observan las siglas ‘JGL’, en alusión a “el Chapo”.
Los niños que acuden al plantel, se señala, en su mayoría hijos de personas que se dedican a la recolección y venta de basura.
A parte de donar material informático y mobiliario, los promotores del centro, identificados como los hijos de Guzmán Loera, también han entregado uniformes y calzado a los alumnos.
Esmeralda, una de las profesoras de la escuela cuenta que habían reclamado a las autoridades de Sinaloa apoyo para el centro, pero hasta ahora estaban “batallando”.
Explicó que tanto los recursos del Gobierno como los de la sociedad civil estaban centrados ahora en combatir la pandemia, lo que ha dado vía libre a la intervención de los hijos de ‘El Chapo’.
Al respecto, Juan Alfonso Mejía López, secretario de Educación de Sinaloa, dijo a Milenio que la intención del Gobierno es regularizar esta escuela para que la educación recibida en ella tenga también validez oficial.
EP hace notar que la intervención social en zonas empobrecidas ha sido una de las tácticas habituales de los narcotraficantes en América Latina para granjearse el apoyo de la población, como ya ocurrió en Colombia con el caso de Pablo Escobar.
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