Von der Leyen pide a los países europeos buscar una solución para la inmigración dejando atrás “batallas del pasado”
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha llamado este jueves a los gobiernos europeos a dejar atrás “batallas del pasado” para superar las fuertes divergencias que les alejan del consenso en materia migratoria, con el objetivo de lograr con urgencia un acuerdo que permita reformar la política común de migración y asilo.
“Dada la urgencia en algunos Estados miembro, no tiene sentido seguir con las batallas del pasado, necesitamos una solución y la necesitamos ahora”, ha advertido Von der Leyen, en un discurso durante la apertura de una conferencia interparlamentaria de alto nivel sobre migración organizada por el Parlamento europeo.
Von der Leyen ha reclamado un “cambio” de actitud y recalcado que la migración “es un hecho para Europa y siempre lo será”, que es un fenómeno que “enriquece” a las sociedades y aporta talento, pero ello solo “si está bien gestionada”. De lo contrario, ha añadido, “tiene el potencial de dividirnos”.
Además, la jefa del Ejecutivo comunitario ha lamentado que apenas tengan eco “muchas historias de éxito” de migrantes o refugiados que se integran en la Unión Europea y ha incidido en la necesidad de contar con procedimientos ágiles para tratar las demandas de asilo, para asegurar procesos “rápidos” y que los migrantes que reciban protección “se sientan bienvenidos e integrados”.
Con todo, la política alemana ha advertido de que este enfoque y la apuesta por crear nuevos canales fiables para la entrada legal de migrantes debe conjugarse también con mayor firmeza en la política de retornos y una mejor coordinación entre Estados miembro y con países terceros para agilizar las expulsiones de los migrantes que sean rechazados en la UE.
“Quienes no sean elegibles para obtener asilo o la protección internacional deben regresar a sus lugares de origen, es la única manera de romper el círculo vicioso de las mafias”, ha defendido.
Durante el intercambio con parlamentarios nacionales y organismos internacionales, Von der Leyen también se ha pronunciado sobre el papel de las ONG que participan en el Mediterráneo en operaciones de rescate en alta mar y ha pedido una mayor claridad jurídica para ellas. “Nadie debe ser criminalizado por salvar vidas en el mar, creo que hay que aclarar esto”, ha remachado, para pedir pleno respeto a los derechos fundamentales.
Los 27 países deben negociar la reforma
El pasado mes de septiembre, Bruselas presentó su propuesta para diseñar un Pacto de la Migración con el que aspira a lograr el apoyo tanto de los países en primera línea de entrada, como Italia, Grecia y España, que reclaman una mayor solidaridad por parte de sus socios en el reparto de la acogida y quienes, como Hungría o Polonia rechazan de plano a recibir en su territorio a ningún migrante.
Los Veintisiete apenas han iniciado las discusiones para negociar su posición sobre la reforma, que deberá ser negociada entre el Consejo y la Eurocámara antes de ver definitivamente la luz.
Tras más de un año de contactos con las capitales, el Ejecutivo comunitario finalmente ha presentado una revisión de la política migratoria que aparca la idea de cuotas obligatorias, pero plantea un sistema voluntario con varios niveles de solidaridad y apuesta por reforzar la frontera exterior de la Unión Europea y agilizar las expulsiones de los migrantes que lo logren estatus de refugiado.
Von der Leyen ha defendido durante el debate en la Eurocámara que esta propuesta es “equilibrada” entre la solidaridad que reclaman los países más sometidos a la presión migratoria, como España, y aquellos que replican reivindicando la “responsabilidad” de acogida de los países de entrada.
“Es un equilibrio justo entre solidaridad y responsabilidad”, ha argumentado la presidenta de la Comisión, quien ha asegurado que la solidaridad será “obligatoria” porque ningún Estado miembro podrá elegir si ser solidario, aunque “sí podrá elegir cómo serlo”.
La flexibilidad que plantea Bruselas para salvar el pacto migratorio pasa por permitir que, en un momento de fuerte presión sobre un Estado miembro, el resto de socios puedan elegir entre acoger a parte de los migrantes llegados a ese primer país de la UE o “asumir la responsabilidad del retorno” de los que sean deportados, algo que la Comisión define como expulsiones “patrocinadas”.