Reino Unido cambia las leyes que violan el Acuerdo con la UE y las negociaciones del Brexit dan un paso adelante clave
Bruselas y Londres resuelven flecos vitales, pero el acuerdo para la relación futura sigue encallado en la pesca, la gobernanza y las condiciones justas para competir.
Es probablemente la primera vez que se puede escribir esta frase en los últimos 10 meses, pero tras la tormenta llega la calma y hoy, de Bruselas, salen buenas noticias y un mensaje de optimismo en la negociación del Brexit.
Los dos responsables del llamado Comité Conjunto UE-Reino Unido, el vicepresidente comunitario Maros Sefcovic y el canciller del Ducado de Lancaster, Michael Gove, han llegado este martes a un acuerdo clave para desbloquear las conversaciones.
Tras un avance prometedor ayer, que llevó a la publicación de un comunicado interpretado en el continente como una oferta de paz de Boris Johnson, las dos delegaciones han resuelto hoy los flecos pendientes y con su entendimiento se consigue lo que era pieza indispensable: que Londres retirae las cláusulas 44, 45 y 47 de la llamada Ley del Mercado Interior, anunciadas hace unos meses y que rompían lo pactado en el Acuerdo de Salida respecto a Irlanda de Norte, en una evidente e indiscutible violación de la legislación internacional.
Este compromiso no resuelve en absoluto los problemas pendientes para lograr un acuerdo sobre la relación futura, pues los equipos de Michel Barnier y David Frost llevan meses enfangados en tres temas muy concretos: la gobernanza de esa relación, el llamado terreno de juego justo y las cuotas pesqueras en aguas británicas. Pero al menos quita un palo gigantesco en las ruedas que impedía cualquier entendimiento.
Al introducir esas cláusulas Reino Unido perdió buena parte de su capital político y el propio equipo de Barnier, aunque nunca ha tirado la toalla, admitía que era complicado cerrar algo creíble con quien rompe la palabra dada a las primeras de cambio. Hoy es un poco más fácil, pero sólo un poco, pues no hay ninguna garantía de que no vaya a ocurrir de nuevo.
JOHNSON VISITA BRUSELAS
El lunes, en una jornada intensa. Barnier y Frost se vieron las caras en la Comisión Europea. En otra sala, Sefcovic y Gove trataban de resolver todas las aristas pendientes sobre ese protocolo irlandés. Y la presidenta Ursula von der Leyen y Boris Johnson, en una llamada de tres horas por teléfono, buscaron romper el impasse. No se logró todo, pero si al menos facilitaron esto.
El resto queda pendiente para la inminente visita del británico a Bruselas y para el Consejo Europeo, la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que este jueves y viernes podría dar alguna directriz al tema, si bien oficialmente no está en la agenda. Por ahora.
La buena noticia la ha comunicado Gove en un mensaje y en un comunicado en el que señala que “tras un trabajo intensivo y constructivo durante las últimas semanas, los dos copresidentes pueden ahora anunciar su acuerdo de principio sobre todas las cuestiones, en particular con respecto al Protocolo sobre Irlanda e Irlanda del Norte”.
El documento explica que “se ha llegado a un acuerdo en principio en las siguientes áreas: Puestos de control fronterizo / Puntos de entrada específicamente para controles de animales, plantas y productos derivados, declaraciones de exportación, suministro de medicamentos, suministro de carnes refrigeradas y otros productos alimenticios. a los supermercados, y una aclaración sobre la aplicación de ayudas estatales en los términos del Protocolo (…). “En vista de estas soluciones mutuamente acordadas, el Reino Unido retirará las cláusulas 44, 45 y 47 de la Ley de mercado interior del Reino Unido y no introducirá disposiciones similares en la Ley de impuestos”.
Es un paso importante pero que tiene que ser contextualizado más en clave política que técnica. El Comité Conjunto tiene como misión precisamente limar asperezas y facilitar la transición que tendrá lugar el 31 de diciembre, cuando Reino Unido deje el mercado interior, la unión aduanera y el paraguas del Tribunal de Justicia de la UE y las leyes comunitarias. Sin embargo, lo logrado estos días es resolver un problema creado, ex nihilo, por Londres. Ellos decidieron sacar adelante las nuevas leyes y han jugado una baza muy peligrosa.
El compromiso se interpreta positivamente, pues Barnier afirmaba que no se podía negociar de verdad con una amenaza en la mesa. Pero resolver problemas creados no es lo mismo que encontrarse a medio camino. Y los 27 no quieren hacer cesiones en tema como el de la pesca o la gobernanza a cambio de este gesto. Francia sigue repitiendo cada día que prefiere que no haya un acuerdo a que haya uno muy malo para ellos, en especial en los temas pesqueros.
Las negociaciones siguen a nivel técnico en Bruselas y en las próximas horas subirán el terreno político. Von der Leyen tiene más nivel para la interlocución, pero tampoco puede ir mucho más allá que Barnier, porque el mandato del galo emana del Consejo Europeo, de los 27 líderes, no de la propia Comisión. La presión es muy grande y ella puede identificar áreas concretas e informar después a los jefes de Estado y de Gobierno. Pero si cruza demasiadas líneas rojas se puede encontrar con la furia de sus propias filas. Como pasó hace año y medio cuando España descubrió lo que consideraba una mina peligrosa en la cuestión de Gibraltar.
el mundo.