Los médicos británicos dan la voz de alarma por el desbordamiento ante el Covid-19: “Algunos hospitales se están quedando sin oxígeno”
La sanidad pública del Reino Unido soportó la primera ola, pero el aluvión repentino de contagios atribuibles a la nueva cepa, con más de 50.000 casos diarios, amenaza con colapsar los hospitales
Los médicos han dado la voz de alarma ante la situación límite de los hospitales británicos por los pacientes ingresados por coronavirus, que han llegado esta semana a los 20.426 y han superado el “pico” de la priera ola del mes de abril. El número de casos diarios ha alcanzado el récord de 53.135 contagios, ante la creciente inquietud por la nueva cepa más contagiosa del virus y las peticiones de los expertos por introducir aún más restricciones y cerrar incluso las escuelas en el mes de enero.
El Sistema Nacional de Salud (NHS) soportó la primera ola del coronavirus la pasada primavera por el aumento más prolongado en el tiempo de las infecciones. En el Reino Unido no hubo apenas escenas de enfermos en los pasillos o en el suelo de los hospitales, como ocurrió en España o en Italia. Pero el aluvión repentino de casos atribuibles a la nueva cepa amenaza esta vez con desbordar los hospitales públicos.
De los siete hospitales de campaña habilitados entonces como emergencia, tan sólo uno (en Exeter) ha vuelto a estar operativo desde noviembre, mientras que el resto está en fase de desmantelación por falta de personal (en el Excel de Londres se han retirado incluso las camas y los respiradores).
Con 71.109 muertes desde que arrancó la pandemia, el Reino Unido es el segundo país europeo -después de Italia- con un mayor número de fallecimientos. La propagación de la nueva cepa en el sur del Inglaterra desató hace dos semanas una nueva alerta mundial, con el cierre temporal de las conexiones en el Canal de la Machan y más de 50 países imponiendo restricciones totales o parciales a los vuelos desde las islas británicas.
“Estamos entrando en una peligrosa nueva fase de la pandemia y vamos a necesitar una acción rápida y decisiva a nivel nacional para evitar una catástrofe en enero y febrero”, declaró a The GuardianAndrew Howard, profesor de epidemiología en el University College de Londres. “Un aumento del 50% en los niveles de trasmisión (atribuibles a la nueva cepa) significa que las medidas que funcionaban antes no funcionan ahora, y que vamos a tener que movernos hacia una situación cercana al confinamiento total, con las lecciones aprendidas del primer confinamiento”.
Según The Daily Mirror, el Gobierno de Boris Johnson estudia incluso la implantación de un “nivel cinco” en Inglaterra (actualmente en el “nivel cuatro”), que incluiría el cierre casi total de las escuelas en enero y la vuelta, aún más estricta, a la consigna “Quedarse en casa”, con severas limitaciones a las salidas al exterior.
“La evidencia de que esta nueva variante es aún más trasmisible es muy clara y estamos empezando a verlo con la avalancha de nuevos casos”, admitió Jeremy Farrar, director del Wellcome Trust y miembro del comité científico Sage, que asesora al Gobierno británico. “Estamos empezando a ver un aumento de ingresos por esta nueva variante. Las próximas semanas de enero van a ser extremadamente difíciles”.
“La presión sobre los servicios médicos empieza a ser muy alta”, reconoció a Matthew Kershaw, director ejecutivo de salud pública en Croydon. “Hemos ampliado nuestra capacidad y eso mismo están haciendo en muchos hospitales en todo el país. Hasta ahora hemos respondido bien, pero estamos viviendo un momento muy difícil”.
Según The Daily Mail, una cuarta parte de los hospitales han entrado en “zona de peligro” con al menos el 20% de las camas ocupadas por pacientes de Covid. En un solo hospital en Kent, en el sur de Inglaterra, la cifra asciende al 45%.
“Algunos hospitales se están quedando sin oxígeno, otros están sin equipamientos no invasivos, o están pidiendo voluntarios y estudiantes de Medicina para poder atender la cantidad de pacientes o para trasladarlos a centros con unidades de cuidados intensivos”, alertó Samantha Batt-Rawden, presidenta de Doctor Association UK, en una serie de mensajes en las redes sociales. “Somos parte de una red de 46.000 médicos en primera línea y necesitamos ayuda”.
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