YURIRIA SIERRA

El almacenamiento promedio de los tres principales embalses del Sistema Cutzamala está al 49.1%.

“Durante años, las guerras se han peleado por el petróleo; en poco tiempo será por el agua potable…”, palabras expresadas por Kamala Harris. Se encontraba en Oakland, a donde acudió a presentar el plan de infraestructura de Joe Biden.

Para los más radicales, esta frase es una advertencia, una amenaza del “imperialismo”; para los más sensatos, es una obviedad. Y esto último no implica que esté bien, simplemente se asume el camino natural bajo el sistema en que todo se ha construido. Y si en Estados Unidos ya tienen eso entendido, ¿qué haremos en México?

Apenas ayer, Claudia Sheinbaum pidió a la población que denuncie si algún candidato condiciona el abastecimiento de agua a cambio de votos. Hace una semana, solicitó también el racionamiento, el uso adecuado de este recurso ante la baja en la distribución del sistema Cutzamala, provocada por una sequía grave en la cuenca, la más intensa en los últimos 30 años y que se agudizó tras un 2020 en el que llovió menos que en otros años. Cruce de factores. 

El 23 de marzo pasado, el Comité Nacional de Grandes Presas reportó: “El almacenamiento promedio de los tres principales embalses del Sistema Cutzamala (El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria), que abastece a una parte de la Zona Metropolitana del Valle de México, al 22 de marzo de 2021 se ubicó en 49.1%, cifra menor al promedio histórico para esta fecha (…) El almacenamiento de la presa El Bosque se ubica en 41.7%, con 84.4 millones de metros cúbicos (Mm3); Valle de Bravo en 58.2%, con 229.7 Mm3, y Villa Victoria en 37.6%, con 69.9 Mm3…”.

Y no sólo se trata del centro del país: “Uno de los 210 principales embalses del país está al 100% de su llenado (con un volumen total de 826.76 Mm3); 43, entre 75 y 100% (con 14 mil 599.37 Mm3); 57, entre 50 y 75% (con 24 mil 204.69 Mm3), y 15 tienen menos del 50% (con mil 454.88 Mm3)…”.

A esto, hay que sumarle más factores: los incendios que deben, sí o sí, combatirse con millones de litros de agua; auxilio al riego agrícola para salvar las cosechas de miles de familias que dependen de esta actividad, así como el abastecimiento de agua a las comunidades que aún no conocen los sistemas de agua potable que se tienen en las grandes urbes. 

Al inicio del 2021, cuando recién se anunciaba el plan de vacunación contra covid-19 en el país, Miriam Veras Godoy renunció a su cargo como directora del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia; entre sus varias encomiendas, tenía a su cargo la estrategia de Vacunación Universal en México. Circuló la versión de desacuerdos con el encargado de la pandemia, Hugo López-Gatell. La versión oficial es que salió por temas de salud, para reducir el estrés. 

Ayer, en Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador informó que Blanca Jiménez, directora de la Comisión Nacional del Agua, es la propuesta de su gobierno para la embajada en Francia: “Tiene que dejar la Conagua y el país…”, afirmó. ¿También desacuerdos o mera promoción? En los próximos días se tomarán decisiones importantes sobre el abastecimiento de agua para los siguientes meses y que podrían no ser tan populares, menos en época electoral. Jiménez ya no estará en esas reuniones. Aquí parece no haber guerra, pero sí movimiento de piezas para dejar el camino libre y que no le cambien ni una coma a lo que desea el Presidente.