El Conjuro 3 se inspiró en esta “verdadera” historia de posesión demoníaca

El próximo 2 de junio llegará a las salas de cine una de las películas de terror más esperadas del año: El Conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo (The Conjuring 3: The Devil made me do it) y se prevé que su nivel de sustos supere a sus predecesoras, y aunque mantiene la misma temática, el caso en el que se inspiraron para llevar a la pantalla te parecerá aún más aterrador.

Ed y Lorraine Warren fueron dos de los investigadores estadounidenses de fenómenos paranormales más conocidos en ese país y gracias a las películas sus casos se han conocido en todo el mundo, pero sin que exista cierto escepticismo por parte de los espectadores, sin importar lo que ambos documentaron a lo largo de su carrera.

El relato está basado en el caso de Arne Cheyenne Johnson, quien en 1981 aseguró que cometió un asesinato porque estaba “poseído“, argumento que fue llevado ante los tribunales de Estados Unidos por primera vez en la historia de ese país. 

De acuerdo con James Wan, productor de esta tercera entrega de “El Conjuro“, trabajaron arduamente para que la historia mantuviera su esencia, además de que tuvieron que llevar a cabo una amplia investigación del caso, con el objetivo de “ser fieles a los hechos reales” y a todo lo que ocurrió dentro y fuera de los juzgados.

Primer homicidio en Brookfield

Todo inició cuando Arne Cheyenne Johnson fue arrestado el 16 de febrero 1981, quien en ese momento tenía tan sólo 19 años de edad, cuando éste caminaba sobre la carretera y con manchas de sangre en su ropa, sin embargo, a más de 3 kilómetros de donde fue ubicado el joven, estaba el cuerpo de Alan Bono, a quien había asesinado de varias puñaladas. 

Al ser el primer asesinato en la historia de Brookfield, Connecticut, las autoridades estaban sorprendidas por los hechos, además de que adquirió importancia mediática, debido a que cuando se llevó el caso a juicio para explicar lo que había ocurrido, la defensa de Johnson dijo que el acusado estaba “poseído por un demonio“.

Según las palabras de testigos y del mismo Johnson, todo ocurrió cuando Debbie Glatzel —novia de Arne—, su hermana Wanda y su prima Mary fueron invitados a comer a un bar por su casero Alan Bono. Durante el momento en que convivieron, los dos hombres bebieron un poco de más. Sin embargo, al volver al departamento de la joven pareja, los ánimos subieron de tono.

Las tres jóvenes salieron rápido a comprar unas pizzas y regresaron lo antes posible. Mientras conversaban Bono y Johnson, las chicas atestiguan que ambos levantaron el tono de voz, por lo que Debbie le dijo a su hermana y su prima que salieran, pero el casero retuvo a Mary, lo que hizo que la discusión subiera de nivel. Antes de que todos pudieran reaccionar, Johnson sacó un cuchillo de más de 16 centímetros de entre sus ropas y se la clavó en repetidas ocasiones a Alan, incluso, de acuerdo con los médicos forenses, le hizo un corte que iba del abdomen hasta el corazón. La víctima murió unas horas después.

Los 43 demonios

Durante el juicio, David Glatzel, de 11 años, presentó su testimonio, quien dijo que había sido poseído por demonios, los cuales fueron expulsados con ayuda de Ed y Lorraine Warren, así como de sacerdotes, pero que una de esas “fuerzas demoníacas” había encontrado en Johnson un nuevo anfitrión. 

Por este hecho, la defensa de Johnson pidió que también se tomara en cuenta el testimonio de los Warren, quienes al asistir al estrado afirmaron que estuvieron presentes durante uno de los rituales para sacar a los supuestos 43 demonios que se albergaban en el cuerpo del pequeño de 11 años. Incluso, señalaron que “Johnson saltó y le gritó al demonio: ‘Ven a mí, te combatiré, ven a mí”, y desde ese momento fue que el joven de 19 años se encontraba poseído.

A pesar de que los abogados y los mismo Warren afirmaron que las autoridades eclesiásticas estaban al tanto del ritual, cuando se les pidió que rindieran su testimonio se negaron. Únicamente se conoció la versión de un vocero por parte de la Iglesia, quien dijo a un medio local de Brookfield que “la diócesis había asignado un investigador para indagar una posesión diabólica”, pero sin precisar el caso, ni la persona. 

El juicio se prolongó hasta el 24 de noviembre de 1981, fecha en que el juez Robert Callahan dictó sentencia de 20 años de prisión para Arne Cheyenne Johnson, debido a que el argumento de posesión demoníaca se le hizo “irrelevante y sin sustento científico”.

De la sentencia que debía cumplir, Johnson únicamente estuvo recluido cinco años, ya que tuvo buena conducta, además de que “aprovechó” su tiempo, pues se casó con su novia Debbie Glatzel, concluyó sus estudios de bachillerato y también llevó a cabo varios cursos para entrar a la universidad, de acuerdo con una serie de testimonios que brindó a su salida de prisión.

Jamás se supo si en verdad estaba poseído Johnson, lo que es un hecho es que el joven era conocido por su personalidad tranquila y que la diócesis realmente estaba investigando un caso de “posesión demoníaca” en Brookfield, lo que da mucho en qué pensar. Ahora que se estrena El Conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo (The Conjuring 3: The Devil made me do it), el espectador podrá hacerse una idea mayor de lo que ocurrió en 1981 en aquel poblado.