México: tan lejos de Estados Unidos y tan cerca de China
LILA ABED
En su gira a Nueva York para asistir a una sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el canciller Marcelo Ebrard informó que México buscará restablecer relaciones diplomáticas con Corea del Norte. El anuncio fue inesperado, pero el mensaje de fondo es claro: los intereses de la 4T se alinean a los de China y se aleja de Estados Unidos.
Hay varios aspectos de esta decisión que indican que esta medida tiene un trasfondo político más profundo. Ebrard sostuvo que México mantiene una posición abierta para “reabrir embajadas en cada país y para abrir comercio y actividades entre nuestros países”.
El intercambio comercial entre México y el gobierno de Kim Jong Un no es un buen argumento para reanudar la relación diplomática. La economía mexicana ocupa el 12º lugar global como economía exportadora, mientras que Corea del Norte se encuentra en la posición 114. Si bien es cierto que, en 2014, las exportaciones mexicanas con este país fueron de 45.7 millones de dólares, las exportaciones norcoreanas a México alcanzaron apenas el 0.49 por ciento de sus ventas totales al exterior, con un valor de 13.8 millones de dólares.
El líder supremo Kim Jong Un encabeza un régimen socialista y representa una amenaza nuclear para el mundo. Tiene fama de aniquilar a sus adversarios políticos y su pueblo sufre de una escasez de alimentos. Los constantes ensayos nucleares, violatorios de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU- al cual México fue electo como miembro no permanente en junio- causó que la administración del expresidente Donald Trump hiciera un llamado urgente a países en América Latina, como Chile, Brasil, México y Perú para que cortaran relaciones con Pyongyang. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, México respaldó el esfuerzo de Estados Unidos y rompió relaciones con Corea del Norte.
El anuncio del gobierno mexicano llega en un momento geopolítico delicado. México se abstuvo de rechazar la represión política en Nicaragua, se pronunció a favor del régimen de Díaz-Canel en Cuba, será la sede para las negociaciones entre Nicolás Maduro y la oposición venezolana y remata con restablecer relaciones con Corea del Norte.
En el marco del 60 aniversario del Tratado de 1961 entre China y Corea del Norte, Xi Jinping y Kim Jong Un reafirmaron su compromiso para fortalecer la cooperación entre ambas naciones frente a fuerzas extranjeras hostiles. Mientras la administración de Biden explora opciones para convencer a Corea del Norte que renuncie a su programa de armas nucleares, China apoya al régimen norcoreano como su fuente principal comercial. En 2017, cuando el Consejo de Seguridad Nacional de la ONU impuso sanciones a las exportaciones norcoreanas, China mantuvo su relación comercial con el país. Actualmente, el gigante asiático representa más del 90% del comercio exterior de Corea del Norte.
Cada vez más, México se acerca a un bloque de países con ideologías socialistas, liderados por autócratas. Estas medidas resultan particularmente preocupantes cuando la Casa Blanca ha posicionado la lucha entre las democracias y las autocracias como eje central de la política exterior de Estados Unidos. Sumado a esto, el gobierno de JoeBiden mantiene que la mayor amenaza a su seguridad nacional es la creciente influencia de China en el mundo.
China es la antítesis de Estados Unidos. Por cada acción que toma Estados Unidos, China tiene una reacción contraria. Por ejemplo, el Ministerio de Relaciones Exteriores chino instó a Washington a poner fin al embargo hacia Cuba, cuando la Casa Blanca y la mayoría de los republicanos, al igual que los demócratas, apoyan la continuación del bloqueo económico.
La política exterior mexicana marca distancia de su primer socio comercial y confirma, con sus decisiones, a qué lado pertenece.