Afganistán después de 20 años
El presidente Joe Biden afirmó que las fuerzas militares de Estados Unidos no pueden ni deben luchar y, eventualmente morir, en un lugar en donde las fuerzas armadas de Afganistán no están dispuestas a hacer lo mismo por sus ciudadanos. Es claro que no se podía seguir pidiendo a las tropas norteamericanas luchar indefinidamente.
La misión en Afganistán nunca fue construir una nación, sino evitar un ataque terrorista. Estados Unidos además gastaba miles de millones de dólares en recursos para estabilizar Afganistán. Situación que seguramente no desagradaba a China y Rusia.
Lo que queda claro es que para Estados Unidos hoy el conflicto no es de interés nacional. Pero que no venga Biden a decir que cuántas vidas de estadounidenses más se deben sacrificar para justificar el retiro de sus tropas, cuando nunca le ha importado eso a nuestro vecino del norte. Hoy, lo importante es que no se cometan crímenes de lesa humanidad, que se respeten los derechos humanos y, en particular, los de las mujeres afganas.
De acuerdo con el vocero del grupo extremista, Zabihulla Mujahid, la presencia femenina se dará según sus valores culturales. Incluso, los talibanes hablan de una “amnistía general” en la que no habrá hostilidades. Los talibanes prometen que no habrá represalias para los contratistas y traductores que trabajaron para las fuerzas internacionales.
Que no perseguirán a sus enemigos y a las mujeres se les permitirá trabajar de acuerdo a los principios del Islam. La comunidad internacional tendrá que estar muy atenta a estas promesas y velar para que al pueblo afgano no se le violen sus derechos, no se cometan crímenes contra la humanidad.
Hay suficientes elementos para dudar de sus promesas, ya que en 1996 el brutal régimen talibán masacró a sus oponentes, llevó a cabo ataques terroristas, oprimió a mujeres, además de que se involucró en violentas demostraciones de castigo. Por eso, en 2001 las potencias occidentales tomaron medidas para deponer al régimen talibán después de los ataques del 11 de septiembre contra Estados Unidos, que mataron a casi tres mil personas.
No olvidemos que los talibanes permitieron que Afganistán fuera un refugio para militantes islámicos, incluido el líder de al-Qaeda, Osama bin Laden. En última instancia, se debe respetar la autonomía de los pueblos para darse libremente su forma de gobierno. Ahora depende de los talibanes decidir la manera de llevar al país.
Esto no significa y no se debe permitir, abusos contra la población, genocidios o crímenes de lesa humanidad. El Consejo de Seguridad de la ONU, del que México forma parte, deberá estar atento a ese tipo de conductas y denunciarlas, de ser el caso, ante la comunidad internacional, a fin de que se tomen las medidas pertinentes por parte de los organismos internacionales competentes.