Acompañamiento psicológico, otro componente de la atención al cáncer de mama: terapeuta
Las pacientes diagnosticadas con cáncer de mama, enfermedad que en 2020 cobró la vida de 7 mil 821 mujeres, deben tener acceso a un tratamiento médico, quimioterapias y acompañamiento psicológico, que le permita trabajar sus emociones, sentimientos y aprender estrategias para enfrentar los cambios en su cuerpo y su vida, declaró la terapeuta de la Universidad Hebraica, Shoshana Turkia.
En el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, que se conmemora el 19 de octubre de cada año, Shosha Turkia explicó en entrevista con Cimacnoticias que las pacientes y sus familias deben tomar terapia desde el momento en que reciben el diagnóstico para poder desarrollar herramientas de adaptación hacia la enfermedad.
La terapeuta mencionó que las mujeres que viven con cáncer de mama, la tercera causa de muerte entre mujeres en México, deben tener apoyo social para aceptar o expresar sus emociones, ya que recibir este diagnóstico puede ser uno de los momentos más angustiantes que hayan experimentado y su impacto suele ser devastador.
En 2020, 97 mil 232 personas fallecieron por tumores malignos, de las cuales 7 mil 880 fueron por cáncer de mama; la mayoría de las defunciones fueron entre mujeres de 45 a 59 años y de 60 años o más, quienes registraron las tasas más altas, con 26.7 y 49.08 defunciones por cada 100 mil mexicanas, respectivamente. Es decir, conforme aumenta la edad es mayor el riesgo de contraer este tipo de cáncer, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Con base en su experiencia como terapeuta de mujeres con cáncer de mama, Shosha Turkia detalló que las pacientes ven trastocadas sus relaciones personales, experimentan sensaciones de cansancio general y preocupación frecuente en torno a los síntomas; incluso pueden desarrollar estrés crónico, ansiedad o depresión.
En su opinión, lo más importante es que las pacientes puedan trabajar cuatro puntos: autonomía económica, autonomía emocional, autonomía erótica y autonomía espiritual. Esto las ayudará a sobrellevar esta experiencia de vida de la mejor forma posible, cambiando el sistema de toma de decisiones. “La terapia conductivo-conductual es la ideal para estos casos porque conlleva una metodología clara, precisa y con objetivos específicos”, añadió Turkia.
Para la terapeuta, las emociones son “mensajeros” que ayudan a las pacientes a entender cómo se están desenvolviendo en su entorno en relación con el cáncer de mama y de esa forma pueden decodificarlos y utilizarlos a su favor para conseguir vivir en mayor armonía con ellas mismas y con los demás. “Este acompañamiento hace posible ver cuáles son las necesidades, los recursos y la esperanza de las pacientes para acompañarlas en su propia narrativa y aumentar su bienestar”.
Shosha Turkia llamó a las mexicanas con esta enfermedad a acercarse a procesos de terapia y trabajar el autocuidado en ellas para así disminuir los desgastes que conlleva este tipo de cáncer y saber que no están solas.
Enfermedad que no espera
Pese a este panorama, a propósito del día para concientizar sobre este cáncer, diversas organizaciones civiles aseguraron que las pacientes no pudieron acceder a sus tratamientos, ya sea por desabasto de medicamentos en los hospitales públicos, por el retraso en la atención médica o por el alto costo que representa sin seguridad social. En la etapa I, un paciente de cáncer de mama puede gastar casi 74 mil 522 pesos y en la Etapa IV alrededor de 199 mil 274 pesos, de acuerdo con el Inegi.
Con la llegada de la pandemia, pacientes, fundaciones y organizaciones de la sociedad han denunciado en comunicados y a través de protestas la falta de medicamentos y tratamientos de cáncer de mama en las instituciones de salud pública, a pesar de que este tipo de enfermedad no puede esperar. En consecuencia, surgió el colectivo “Cero Desabasto”, integrado por 47 organizaciones. Este grupo recopila reportes de desabasto de medicinas en las instituciones de salud pública.
De marzo de 2020 a septiembre de 2921, según datos de “Cero Desabasto”, hubo 151 reportes ciudadanos de desabasto de medicamentos y materiales para tratamiento de cáncer de mama. “Esta escasez implica un daño a la salud de las personas porque interrumpen sus tratamientos, ya sea de forma permanente o intermitente”, enfatizó el colectivo en su página oficial.
¿Qué es el cáncer de mama?
El cáncer de mama es el crecimiento descontrolado e independiente de las células que forman un tumor maligno que puede invadir tejidos circundantes y también órganos distantes (metástasis), por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconoce como el tipo de cáncer más común en el mundo, ya que cada año se detectan 1.38 millones de casos nuevos y 480 mil muertes en promedio.
Esta enfermedad, de acuerdo con instituciones de salud, no tiene una causa única, sin embargo se ha identificado un serie de factores que contribuyen a su aparición, como la edad, el inicio temprano de la menstruación (antes de los 12 años), empezar la menopausia de manera tardía (después de los 55 años), antecedentes de cáncer de seno o de ovario, obesidad y el sobrepeso, el tabaquismo, la ingesta de alcohol y algunas terapias de reemplazo hormonal, entre otras.
Por lo general, según la OMS, los signos y síntomas de cáncer de mama son bolitas en el seno, alteración de tamaño, forma o aspecto de un seno, aparición de hoyuelos, enrojecimiento, grietas u alteración en la piel, cambio en el aspecto del pezón o piel circundante, y secreción anormal por el pezón, por ello es indispensable que las mujeres se realicen mastografías o autoexploraciones, pues permite que los casos sean diagnósticas hasta en un 95 por ciento.
A nivel nacional, resalta el Inegi, la tasa de incidencia de tumor maligno de mama es de 18.55 casos nuevos por cada 100 habitantes de 20 años y más y aunque esta enfermedad es más propensa en mujeres, también los hombres pueden padecerla. Por ejemplo: en 2019 se registraron 15 mil 266 casos de cáncer de mama, de los cuales 15 mil 119 fueron en mujeres y 167 en hombres.
En ese año las entidades con las tasas más bajas en defunciones con cáncer de mama fueron Guerrero, Quintana Roo, Chiapas, Yucatán, Oaxaca, Tlaxcala e Hidalgo y las más altas en muertes fueron Ciudad de México, Baja California Sur y Tamaulipas, según datos del Inegi.