Austria entra en confinamiento por covid hasta el 13 de diciembre
Desde la medianoche, Austria entró oficialmente este lunes en confinamiento, una medida radical que desató protestas el fin de semana.
Comercios, restaurantes, mercados navideños, salas de concierto y peluquerías cerraron este lunes en Viena sus puertas.
Pero las escuelas siguen abiertas y las calles de la capital estaban más bien animadas el lunes por la mañana.
La situación es un poco confusa”, consideró una habitante de Viena, Kathrin Pauser, tras haber dejado en el colegio a sus hijas de 11 y 9 años, ambas recientemente vacunadas.
Desde la llegada de vacunas anticovid y las vacunaciones masivas, ningún país de la Unión europea se había atrevido a imponer un nuevo confinamiento.
Como en confinamientos precedentes, los 8.9 millones de austriacos, en teoría, tienen prohibido salir de su casa salvo para hacer compras, practicar deporte o recibir atención médica.
También se permite ir a la oficina y llevar niños a la escuela, pero las autoridades llamaron a la población a permanecer en casa y a optar en la medida de los posible por el teletrabajo.
‘Caos’
Esta situación era impensable en Austria hasta hace algunas semanas.
El excanciller conservador, Sebastian Kurz, había dado por “terminada” la pandemia, al menos para los vacunados.
Su sucesor desde octubre, Alexander Schallenberg “mantuvo demasiado tiempo la ficción” de que todo iba bien, comentó el politólogo Thomas Hofer.
Ante el aumento de casos, que llegó a niveles inéditos desde el inicio de la pandemia, el gobierno se centró en los no vacunados, cuando solamente 66% de los austriacos han recibido las dos dosis, contra 75% en Francia por ejemplo.
Solo posteriormente optó por medidas radicales, como este confinamiento previsto hasta el 13 de diciembre, y la obligatoriedad de la vacunación para la población adulta desde el 1 de febrero de 2022, algo que muy pocos países han instaurado hasta ahora.
“Yo esperaba que no llegaríamos a eso, sobre todo ahora que tenemos la vacuna. Es dramático”, opinó Andreas Schneider, economista belga de 31 años que trabaja en Viena, y que habló justo después de los anuncios el viernes del gobierno austriaco.
La reacción no se hizo esperar: la tarde del sábado, unas 40 mil personas marcharon por las calles de Viena al grito de “dictadura”, convocados por el partido de extrema derecha FPO.
Al día siguiente, en la ciudad norteña de Linz se produjo también una movilización de miles de manifestantes.
En otras partes de Europa, que vuelve a ser el epicentro de la epidemia de covid-19, también sube el número de contaminaciones, vuelven las restricciones, y con ellas las frustraciones y la rabia.