“LO QUE VEO EN MÍ”
RAZÓN, TESÓN Y CORAZÓN
Por Alejandro Ruíz Robles
“… ¡Y AQUÍ ESTOY!”
Ha transcurrido un año y con éste, alegrías y tristezas, sonrisas y lágrimas, júbilo y duelo. En el recuento de los momentos, destaca la manera en que se ven los resultados.
Partir de una vida positiva y una visión congruente desde luego disminuirá mucho del impacto negativo que pudo haber resultado y como consecuencia, habrá más oportunidades de mejora y fe en que todo podremos lograrlo con esfuerzo y preparación; no debiera haber lugar a la crítica destructiva.
Por otro lado, destacar únicamente lo malo, nos llevará a ahogarnos en los problemas, con la correspondiente depresión y autodestrucción, dando a nuestro ambiente un generador de emociones tóxicas. No hay peor daño para una persona que el qué éste se infiere directamente por decisión.
Tender hacia un punto magnánimo, nos mantendrá en una zona de confort y mostrará atracción a la indefinición y mediocridad. De hecho, quizás esto sea tan peligroso que nos lleve a aferrarnos en el presente irreal del “si hubiera”.
En fin, con la sinceridad que nos da la nostalgia por lo vivido … ¿cómo crees que calificarías tu pasado reciente?
EL LADO BUENO.
Independientemente de la visión que se tenga, resulta muy importante destacar que pese a las complicaciones que nos ha puesto la vida, tener salud y contar con vida y medios para generar riqueza, ya es una contribución positiva de arranque, de cara al inicio de una nueva aventura llamada “año nuevo”.
Ahora bien, si comparamos nuestro hoy con el de hace un año, sólo por el número de personas que han partido, enfermado o alejado, resulta grato saber que aún estamos aquí en este mundo con la oportunidad de continuar nuestro camino.
Siempre será grato conservar la esencia de quienes nos dieron valor con su presencia pese a su ausencia, más si esta es definitiva, y así llenar de alegría nuestro andar.
En los casos en que podamos intervenir para enriquecer con la compañía de otros seres nuestra existencia, valdrá la pena intentarlo todo para lograrlo.
Sin embargo, no todo depende de los demás, nosotros también necesitamos contar con nosotros mismos y atender a todas estas opciones … ¿estaremos en posición de aportar brillo a la vida de quienes nos importan?
¿QUÉ HAGO YO?
Si mi cuerpo y actitud son mis únicas posesiones … ¿por qué no convertirlo en herramientas para construir un presente acorde a mis sueños, valores y educación; de ser el caso, mejorar en lo posible y pertinente la realidad de otros.
Mi hoy ahora debe nutrirse de metas que realizar y lograrlas, de alegrías que disipen las lágrimas propias y ajenas, de palabras de aliento que inhiban el desencanto y lo más importante … ¡de actitud positiva que influya en mi entorno!
Es decir, buscar que mi existencia se justifique en función a la aportación que yo haga en beneficio de mi ambiente y, como congruencia de vida, mi ser debe encontrarse en el equilibrio adecuado para compartir, toda vez que nadie da lo que no tiene.
Una persona que se ama es propensa a dar amor; lastimosamente, quien no tiene afectos para sí, no puede ofrecer nada.
Ante este contexto, surge la interrogante a resolver … ¿estás listo para contribuir a mejorar a quienes te rodean?
¿ME PERDONO?
Usualmente, escuchamos que las personas tendemos a considerar nuestras acciones u omisiones, reflexionar al respecto y arrepentirnos si no estamos satisfechos; ante ello, es común que pretendamos perdonarnos por no haber alcanzado los resultados deseados o bien, los mínimos necesarios.
Nadie está exento de lastimar a otro; lo que es determinante es la intención de hacerlo. Quien vive y actúa estará expuesto a todo tipo de situaciones que lo lleven a tomar decisiones que involucren a terceros; las cuales, podrán ser definitivas en la relación que se intenta desarrollar.
De más está hablar si la intención es en contra de alguien, en ese caso, deberás analizar la razón y las consecuencias de tu intervención, para así tomar en cuenta el resultado. Queda en el entendido que no hay lugar a perdón si no hay un real arrepentimiento de corazón, cualquier otra cosa es ficción y obvio, vivir en la mentira.
¿Estás preparado para arrepentirte y perdonar a todos, incluyéndote a ti?
VIVIR … ¿EN EL PASADO O PRESENTE?
Cada nueva temporada, etapa o fase en nuestra vida, nos da la oportunidad de adecuarnos a las circunstancias.
No necesariamente lo que era útil en el pasado debe mantener su misma eficacia y ante ello, es conveniente analizar lo que acontece y la manera como nos afecta y como actuar o responder a ello.
Las circunstancias y la madurez que tengamos nos mostrarán cual es el camino más adecuado, ya sea activo o reactivo, pero lo que es más importante es tomarnos el tiempo para estudiarlo y decidir, evitando siempre las sorpresas.
Es común que en el medio del entretenimiento veamos como artistas, cantantes, jugadores, se reúnan después de años para hacer lo que en su momento era un atractivo. Ese espectáculo de nostalgia puede ser de alegría para muchos por cierto tiempo, pero de más esta encerrarse en el pasado para vivir de la nostalgia o bien, para convertirnos en productos obsoletos.
Siempre es lindo revivir los momentos que nos dieron alegría en el pasado, pero de más está encadenarse a ellos; las alegrías de ayer no necesariamente son las sonrisas de nuestro hoy.
En la medida que entendamos el significado de las lecciones que nos enseñan los momentos que vivimos, estaremos en posición de disfrutar al máximo cada momento.
Y tú … ¿cómo te preparas para tu presente?
RENOVARSE Y … ¡VIVIR!
A cada paso que damos, el camino puede presentar variantes … ¿por qué no hemos de ajustarnos a ellos?
Si algo tiene la vida es que es dinámica, la cual quizás no siempre entendamos, pero se hace presente y en atención a ello, debemos adaptarnos a vivirla.
Cada mañana tenemos la oportunidad de reinventarnos y en nosotros está hacerlo de la mejor manera; en el entendido que vivir con miedo no es vivir y sobrevivir no es un fin en sí mismo.
No hay lugar para banalidades o distracciones como constantes al construir nuestra forma de vida; sin embargo, éstas siempre serán bienvenidas como mera anécdota que estropee cualquier rutina.
Tan válido es que la vida nos sorprenda como nosotros sorprender a la vida y en nuestras manos está hacerlo con la mejor actitud.
¿Reinventarte es una prioridad en tu vida?
A MI MODO.
En fin, estas líneas son solo reflexiones que nos invitan a meditar nuestro hoy ahora, sin que haya pretensión alguna por imponer o estructurar formas de vivir. De hecho, cada uno de nosotros tiene la posibilidad de crear su camino y llenarlo de sonidos, colores, olores que lo hagan irrepetible.
El modo en que satisfagas tus expectativas es único y tú eres quien tiene la facultad de condimentar tu andar con tu receta.
Alguna vez escribió Pablo Neruda: … “Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no escucha música, quien no halla encanto en sí mismo” … En ese contexto … ¿tú vives para morir o mueres por vivir? … ¿sientes amor por ti?
¿Tienes un estilo de vida o solo estás pasando los momentos de vida de la manera en que puedes?, ¿estás feliz por estar ahí para ti?
Tú tienes todo para encontrar la plenitud en tu vida, sólo abre tus sentidos, usa tu razón y permítete seguir tu intuición. Tú eres el arquitecto de tu día a día.
Vivir es mi realidad y ser feliz es mi opción, razón por la cual … ¡YO ELIJO SER FELIZ! … ¿TÚ QUE ELIGES?
… ¡AHORA … HAZLO!
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Posdata: Agradezco a la licenciada Myriam Salgado, su invitación a su programa “Portadas”, con el tema “Motivación para el Año Nuevo”, para la Radio Prensa.ec, Ecuador.
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