¿Litio? Lo que vale es la gente
‘Los chinos se hicieron ricos por su tecnología, no por vender tierra o lo que la compone. Por eso casi nadie conoce aquí a Gangfeng, pero probablemente todos ubican a Huawei.’
México puede crear una empresa estatal vendedora de litio. Luego, convertirla en una de las más grandes del mundo, rentable, ganadora. Esperar 20 años, y encontrarse con que sí da, como para una semana de ingresos de Pemex…
Lo que vale hoy y desde hace décadas es la gente, no las piedras. La apuesta más valiosa, más urgente, está en los mexicanos, que bien cuidados y entrenados terminarán entregando más dinero. Muchos clientes, mayoritariamente foráneos, demandan ‘skills’ y pagan bien.
Le pasó a los chinos. Hace 22 años fundaron Gangfeng Lithium, quizás la principal vendedora de litio en el mundo. Está muy bien valorada por las agencias calificadoras y por los inversionistas de Hong Kong.
Ante el repunte de los precios en esa materia prima, sus ventas alcanzaron un récord por el equivalente a mil 700 millones de dólares en 2021. Eso es lo que Pemex vendió durante una buena semana del año pasado. Ojo, a diferencia de la petrolera que enfrenta pérdidas, la asiática sí dejó ganancias que repartieron a sus accionistas casi 500 millones de dólares durante esos 12 meses.
Para un mortal como el que escribe esto, eso es una fortuna gigante. Para un país como México, es un bocado, para China, una pizca.
Los chinos se hicieron ricos por su tecnología, no por vender tierra o lo que la compone. Por eso casi nadie conoce aquí a Gangfeng, pero probablemente todos ubican a Huawei.
“La idea es que América Latina en los próximos 10 años pierda su principal fuente de ingresos, que es el petróleo y el carbón”, dijo Freddy Vega en diciembre. “Tenemos economías que se basan en los recursos naturales”, añadió el CEO de Platzi, una plataforma que ofrece cursos en línea para una generación que necesita más habilidades, que títulos universitarios. Más skills, que litio.
Esta compañía vende cursos de programación básica, economía digital… a cambio de unos 300 dólares anuales por persona.
Esta semana he publicado aquí sobre la revolución del trabajo remoto que demanda un volumen enorme de gente capaz de cumplir el interés de empresas y gobiernos de hacerse más digitales. En México, empresas de tecnología como Dacodes, y pequeñas reclutadoras como Gringojobs, no se dan abasto. Esperen lo que anunciará esta semana Google y la cosa crecerá más.
Este mercado no pasa desapercibido. Platzi recibió 62 millones de dólares el año pasado provenientes de inversionistas. Los usará para llegar a más jóvenes profesionales, incluso estudiantes de secundaria, a conseguir empleos en las nuevas empresas tecnológicas.
No es la única en el negocio. Coursera ha levantado ya 460 millones de dólares de inversionistas y su valoración supera los 3 mil millones de dólares, de acuerdo con la consultora neoyorquina CB Insights. También vende entrenamiento que paga la gente de su bolsillo lo necesario para competir en un mundo laboral que ya no tiene fronteras.
Para muchos mexicanos representa la diferencia entre ir a pelear una plaza en empresas del gobierno, en CFE, en una maquiladora… o llevar una vida acomodada como un asesor en tecnología que ofrece sus servicios en Linkedin.
La oferta de servicios de capacitación ha alcanzado a los niños. Algunos de ellos cierran libros y abren Byjus, la empresa india multimillonaria creada por Byju Raveendran, que en México encabeza Carlos Lieja.
Los papás que pueden, pagan unos 2 mil pesos mensuales para que sus hijos se “alfabeticen”. A diferencia de sus familiares, esta nueva generación aprende a leer y diseñar código, que es el lenguaje de las computadoras y del dispositivo en el que probablemente están leyendo este texto.
De esa manera escapan de la dependencia que significa ser consumidores de tecnología, para comenzar a crearla. Ellos, como los adolescentes y adultos que egresan de Platzi o Coursera, podrán vender sus servicios en dólares o su equivalente en moneda nacional, y en línea.
Sin corrupción, el litio puede generar ciertos empleos, pagar algunas cuentas del gobierno. La educación y el entrenamiento, puede cambiar vidas de familias enteras.