DeberíaSerMonreal
lunes, 19 de diciembre de 2022
Inmediatamente deberá decidir sobre la validez de las reformas que permitieron ampliar la participación de las fuerzas armadas en el combate a la inseguridad pública.
2023 será el quinto año de gobierno, prácticamente el último que realmente gobernará el presidente Andrés Manuel López Obrador, antes de que el país entre de lleno en la sucesión presidencial.
Año para el que está prevista la entrega de la mayoría de obras monumentales del gobierno; además de modificaciones en piezas claves del andamiaje político del país; elecciones, y decisiones judiciales y cumbres internacionales de alto nivel.
Para empezar el año, el primer lunes, será la elección del ministro presidente. Los ministros que se candidatearon son: Yasmín Esquivel Mossa, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Javier Laynez Potisek, Alberto Pérez Dayán y Norma Lucía Piña Hernández.
Inmediatamente deberá decidir sobre la validez de las reformas que permitieron ampliar la participación de las fuerzas armadas en el combate a la inseguridad pública.
La semana siguiente se llevará a cabo la Cumbre de Líderes de América del Norte, en la Ciudad de México. El presidente López Obrador será el anfitrión de los líderes de Estados Unidos y Canadá, Joe Biden y Justin Trudeau, respectivamente.
En febrero todo indica que se analizará la Reforma Electoral que se quedó atorada este año por la cláusula de la “vida eterna”.
En marzo será convulso por la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, día en el que miles de mujeres tomarán nuevamente las calles, en demanda de seguridad.
Los tres primeros meses del año estarán sometidos a la turbulencia por la elección de quienes relevarán a los consejeros electorales Lorenzo Córdova, presidente del INE, Adriana Favela, Roberto Ruiz y Ciro Murayama. La votación se realizará en la Cámara de Diputados el 28 de marzo, pues el relevo debe darse antes del 3 de abril.
En la última semana de mayo se frenan las campañas electorales en el estado de México y Coahuila. Morena irá con Delfina Gómez y Armando Guadiana, respectivamente, mientras que la coalición Va por México aún no define a su candidato. La elección es el primer domingo de junio.
Durante este año, el gobierno federal busca concretar grandes obras: el Tren Interurbano, el Corredor Transístmico, el Parque Ecológico del Lago de Texcoco, y la presa El Zapotillo, en Jalisco, entre otros.
Igualmente, la Suprema Corte tendrá gran relevancia, por las decisiones que tomará, como la validez o no de la reforma electoral.
El año no será ajeno a movilizaciones estudiantiles, toda vez que en noviembre será el relevo de Enrique Graue en la rectoría de la UNAM.
En diciembre, el gobierno ha anunciado la inauguración del Tren Maya.
Para ese entonces ya se habrán definido las corcholatas y sus oponentes. Y entonces sí, abróchense los cinturones.
Monitor republicano
Ricardo Monreal se ganó el respeto de muchos por el sentido de su voto, su argumentación y su gallardía para enfrentar las inevitables consecuencias de su decisión. Por lo pronto, el presidente ya lo echó a los leones del “tribunal popular”. No lo quitará de la coordinación morenista en el Senado, porque no lo convertirá en víctima útil para la oposición, donde la caballada no está flaca sino en los huesos.
Con los mismos dídimos por delante debería arriesgarse por la libre. A este país le falta lo que ya sabemos todos.
Y como me siento generoso por las fiestas decembrinas, hasta les regalo un hashtag a sus simpatizantes: #DeberíaserMonreal.
P.D. Mis mejores deseos, amables lectores. Dios mediante, aquí nos reencontraremos el 7 de enero. Abrazos para todos.