El día después… ¿con quién y cómo?

Viernes 09 de junio 2023

Es claro, que una cosa es Morena con López Obrador y otra cosa será Morena sin López Obrador.

La sucesión presidencial comenzó el lunes. Ese día, por la noche, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, aspirantes a la candidatura presidencial de Morena.

En el restaurante “El Mayor”, refrendó su poder como el mandamás al interior del partido que él mismo fundó hace menos de 12 años.

Aunque en el papel Mario Delgado es el presidente de Morena, indudablemente Andrés Manuel López Obrador es el líder, y él es quien pone el ritmo al que bailan todos, incluso sus opositores.

Es ostensible el poder del presidente López Obrador en su partido, pero justo esto puede afectar la anhelada hegemonía política de Morena en el país. Una espada de doble filo, pues.

Al interior de Morena hoy por hoy no hay ningún liderazgo que se equipare al de López Obrador, no hay ninguna figura que pueda ya no digamos reemplazar, sino mantener la unidad, por lo que el anunciado retiro del presidente pondrá irremediablemente en problemas a su propio partido.

Ya lo vimos con el PRD, del cual fue presidente del 2 de agosto de 1996 al 10 de abril de 1999. AMLO puso a ese partido en el mapa. Convirtió al sol azteca en segunda fuerza política del país, cuando en 1997 alcanzó a ocupar 125 curules en el Congreso, y ganó las elecciones en el Distrito Federal con Cuauhtémoc Cárdenas como abanderado.

Un año después el PRD se hizo de las gubernaturas de Zacatecas y Tlaxcala y para 1999 se embolsó Baja California Sur.

También con su expartido, López Obrador obtuvo 37.70 por ciento de los votos de la elección del año 2000 para el Gobierno de la Ciudad de México. Con más de un millón y medio de votos, el tabasqueño derrotó a Santiago Creel en el ex Distrito Federal y contrarrestó la ola del cambio azul del PAN con Vicente Fox que parecía imparable.

Luego de dos descalabros y con una dirigencia encabezada por un Jesús Ortega cada vez más distanciado de él, en 2012, López Obrador anunció que dejaba el partido en el que militó por 23 años.

“Voy a dedicar todo mi trabajo a la causa de la transformación de México desde el espacio que representa Morena”, dijo en un mitin en el Zócalo ante cerca de 40 mil personas, que militantes o no decidieron irse con AMLO.

Después de eso, el PRD se derrumbó. Ahora el sol azteca está eclipsado, obteniendo incluso menos votos que el PT y el Verde —los “infantes terribles” de la política acomodaticia— y con el riesgo de perder su registro en el Edomex y en Coahuila al no alcanzar ni siquiera el 3.0 por ciento de la votación total.

Paralelamente, Morena sigue creciendo. Y con el Estado de México ya gobierna en 21 entidades, caminando hacia una nueva hegemonía, con un López Obrador que se convirtió en el presidente mexicano más votado de la historia con la friolera de 30 millones de sufragios en su favor.

La historia nos enseña que el arrastre y el carisma de López Obrador lo mismo levantan que tiran partidos. Porque es claro, que una cosa es Morena con López Obrador y otra cosa será Morena sin López Obrador.

Morena tendría que estar pensando en eso y en la precisión quirúrgica necesaria para sanar las heridas y raspones, que sin duda alguna quedarán tras la elección del 2024 y evitar un vacío de poder.

Mientras tanto, en la oposición siguen perdidos. Quién sabe si el tiempo y la disputa entre Alito Moreno y Marko Cortés les alcance para salir del laberinto en el que se metieron, hasta hoy, con pésimos resultados.

SOTTO VOCE

El que se posiciona cada vez más como una opción es Movimiento Ciudadano, de Dante Delgado, que está desde la barrera observando a los toros y toreros de la oposición, sentado junto a su matador, quien probablemente dará la última estocada… Trascendió que en la cena del pasado lunes con el presidente López Obrador ya se repartieron entre las cuatro ‘corcholatas’ las rebanadas del pastel, independientemente de cuál sea el resultado de la encuesta… Las reglas puestas sobre la mesa para decidir las candidaturas de Morena también resuenan en la Ciudad de México, donde los aspirantes ya preparan sus estrategias para una batalla que no será menor. Es sabido que el secretario de Gobierno de la CDMX, Martí Batres, legalmente heredará la estafeta de Claudia Sheinbaum. ¿Tendrá que renunciar para competir en el 2024?… Parece que la única voz autocrítica que está poniendo atención a la falta de apertura de los partidos de Va por México es el senador panista Damián Zepeda. El legislador ha acusado a la alianza de administrar la derrota y está urgiendo a dar un cambio de dirección y estrategia. La verdad no peca, pero incomoda. A lo mejor por eso mismo no lo quieren.

https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/colaborador-invitado/2023/06/09/el-dia-despues-con-quien-y-como/