OPINIÓN: LA NIÑA KATIA Y JOSE LUIS ABOYTES, VÍCTIMAS INOCENTES DE LA VIOLENCIA EN CHALCO ¿CUÁNTOS MÁS?

Miercoles 23 de agosto 2023

Katia Irene, una niña de 5 años de la colonia Tres Marías y José Luis Aboytes, dirigente de la Ruta 36, miembro distinguido de la sociedad de Chalco, fueron víctimas inocentes de grupos criminales que se disputan el control del territorio municipal y de esta parte del estado de México.

Sin embargo, a pesar de esos crímenes violentos las autoridades municipales de Chalco y las del gobierno de Alfredo del Mazo, permanecen pasivos y sin dar resultados positivos en el seguimiento y captura de los agresores.

El 18 de agosto, dos sicarios en moto llegaron al pequeño tianguis, ubicado a un costado de la óptica de Chalco, un lugar muy concurrido por pasajeros que bajan del transporte público y consumidores que llegan a suministrar sus alimentos.

Ahí llegaron los «moto asesinos», la tarde del 18 de agosto para acribillar a Luis Moisés Torres alias «El Moy», de 49 años de edad y cobrador del sindicato 22 de Octubre.

El «Moy» era muy conocido entre los tianguistas y su muerte se debe a la disputa de dos grupos criminales que bien conoce la Fiscalía General de Justicia del estado de México, pero que no procede legalmente contra sus líderes por impunidad política.

En esta orden de ejecución, una de las balas de los matones se incrustó en la pequeña Katia Irene, que casualmente estaba en el lugar equivocado con su madre.

Katia y su familia pagaron por la inseguridad en Chalco; Katia y su familia fueron víctimas inocentes de la impunidad de la delincuencia.

Pero, también de la indiferencia de las autoridades de Chalco que representa el alcalde morenista, Miguel Gutiérrez y el gobierno del Edoméx de Alfredo del Mazo.

¿Impunidad? Si, por qué jamás se persiguió y capturó a los agresores de «Moy», a pesar de que las cámaras del C5 de la policía estatal captaron el momento en que ocurrió la agresión.

Y las cámaras de seguridad grabaron la forma y la ruta en qué huyeron, sin que se activara alguna patrulla municipal o estatal para perseguir y capturar a los agresores.

Las patrullas municipales llegaron tarde a la escena del crimen, solo para dar parte a sus mandos y los mandos a sus superiores, sin hacer absolutamente nada.

Y tampoco harán nada a pesar de que los sicarios y asaltantes se desplazan tranquilamente en motos, para facilitar su huida ante la falta de operativos para detectarlos y detenerlos.

En el caso de José Luis Aboytes, un líder del transporte público de la zona oriente del Edoméx, también fue víctima de la impunidad delincuencial.

¿Por qué? Pues por qué la policía no se dio cuenta de que por el territorio de Chalco cruzó un grupo armado y llegó fácilmente a las oficinas de la Ruta 36, para acribillar a José Luis Aboytes.

¿Impunidad? También por la fácil forma de huir de los delincuentes con su armamento.

Ahora ya sabemos, por indagaciones de la FGJEM, de que el 12 de julio pasado a las oficinas de la Ruta 36, ubicadas sobre la carretera Chalco -Tlahuac, llegaron ocho sujetos en cuatro motos y con armas largas, para atentar contra la vida del líder de la ruta.

Era un comando criminal que había recibido la orden de asesinar a José Luis Aboytes, posiblemente por no dejarse extorsionar.

Los «moto sicarios» cumplieron sus órdenes y también huyeron fácilmente sin que alguna patrulla se moviera para ubicarlos y detenerlos.

Afortunadamente, la FGJEM tiene a un sospechoso detenido con lo que se puede aclarar el crimen, pero de los demás sicarios nada se sabe.

Pero también hay que reflexionar que ni la policía de Chalco, ni la estatal hacen operativos para detectar a esos agresores y asaltantes que se desplazan tranquilamente en motos para cometer sus ilícitos.

De la Guardia Nacional ni hablar, ni siquiera se sabe de su presencia en Chalco a pesar de la inseguridad y los grupos criminales.

Ya pronto estará en vigencia el gobierno de Delfina Gómez y veremos cómo atacará la inseguridad porqué la administración de Alfredo del Mazo fue un fracaso.

Del gobierno federal y del presidente Andrés Manuel López Obrador no podemos esperar ayuda, ya que él prefiere darle abrazos a los delincuentes.