Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez buscarán ganar 1.5 millones de votos migrantes

20 octubre 2023

Sheinbaum y Gálvez buscan conquistar una porción sin precedentes del electorado, seis veces más que la ventaja que Calderón obtuvo sobre López Obrador en las elecciones de 2006.
La contienda por la Presidencia de México está adquiriendo un carácter internacional, ya que el interés de la ciudadanía en elegir al sucesor de Andrés Manuel López Obrador está creciendo al otro lado de la frontera, en los Estados Unidos.

En este contexto, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez buscan conquistar una porción sin precedentes del electorado, estimada en 1.5 millones de votos, seis veces más que la ventaja que Felipe Calderón obtuvo sobre López Obrador en las elecciones de 2006. En un escenario de competencia reñida, su papel se torna esencial para determinar a la ganadora de las elecciones presidenciales de 2024.

Entre semana, Elvira Arellano cuida a una anciana como parte de su trabajo diario en Chicago, pero los sábados y domingos es activista de Sin Fronteras y militante de Morena. A unos kilómetros de ahí, Artemio Arteaga forma parte de una organización que promueve los derechos de los refugiados y realiza acciones en favor del Frente Amplio por México en Estados Unidos.

No son los únicos que están en labor proselitista. Sin horario específico, Raúl Torres apoya leyes para beneficiar a los migrantes oriundos de la Ciudad de México que lo eligieron como su diputado en el congreso local o busca votos en diferentes países para el Partido Acción Nacional (PAN) y sus aliados; los fines de semana, Maribel Solache se convierte en nana mientras piensa en estrategias para retener el voto en el exterior a favor del movimiento encabezado por el presidente de su país.

Estos migrantes con nombre y apellido son parte de una red de simpatizantes y militantes de los partidos políticos de México en Estados Unidos, tentáculos de dos proyectos de país que se disputarán el poder en 2024: unos apuestan por Claudia Sheinbaum, otros por Xóchitl Gálvez.

Ambos bandos combinan su día a día en Estados Unidos con el activismo político vía remota y en territorio estadunidense, sea para buscar la continuidad o para cobrar facturas como oposición.

Organizan foros presenciales y vía Zoom, empujan la credencialización en el Instituto Nacional Electoral (INE) directamente en los consulados, debaten pliegos petitorios, demandan en tribunales por sus derechos políticos y organizan comités que cada día exigen más.

La batalla política mexicana se extiende al mundo a través de los connacionales desde que en 1996 una reforma constitucional eliminó el requisito de poder ejercer el voto siempre y cuando se emita en el mismo distrito en que se realizó el registro ante la autoridad electoral. Nueve años después se permitió el sufragio desde el extranjero, pero sólo con credencial tramitada en México y a través del voto postal, pero de a poco han ido mejorando las posibilidades hasta que en 2024 se podrá votar por correo, vía internet y de manera presencial en 23 consulados: 20 en Estados Unidos, además de uno en Montreal, Canadá; uno en Madrid, España y otro en París, Francia.

Morena o PAN

Mientras Xóchitl Gálvez visitó California y Texas hace unos días, Claudia Sheinbaum llegará a Los Ángeles mañana sábado. La panista apuesta por convencer a los mexicanos inconformes con el obradorismo que no logró empujar una reforma migratoria que mejore sus condiciones de vida en Estados Unidos. La morenista busca refrendar la idea de continuidad del proyecto de uno de los presidentes más populares de la historia.

Hasta 2018, el voto de los mexicanos en el exterior había favorecido al PAN, pero a partir de entonces los apoyos se volcaron hacia López Obrador. Si en 2012 votaron 40 mil 714 personas en el exterior, para 2018 esta cifra se disparó a 98 mil 470 votos. En 2024 esa cosecha puede alcanzar 1.5 millones de sufragios, una tajada jugosa del pastel electoral.

Los activistas de Morena en aquel país ya están construyendo una red de movilización que incluye la creación de un comité con al menos cinco personas en cada uno de los 50 estados de la Unión Americano, al tiempo que los panistas hacen sus esfuerzos por convencer a los migrantes de que es tiempo de un cambio.

“A pesar de todos los límites que les han puesto, los migrantes han sido muy activos en la lucha y protección de sus derechos políticos a través de muchas estrategias y con buenos resultados”, observó Daniel Tatcher, catedrático de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y colaborador experto del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
“Actualmente hay 1.5 millones de credenciales que se han solicitado fuera de México y eso es importante, no es poca cosa, si todos dan de alta su credencial para votar sería un padrón que representa el doble de estados como Colima o Baja California Sur”, subraya.
Hasta el corte de junio pasado, el INE informó que prevé que el número de solicitudes de credenciales en las sedes diplomáticas se incrementará conforme se acerquen los comicios. Ante estas posibilidades los partidos apuestan por activar sus células de operación, comités, congresistas y estructuras fuera de México además de las giras presenciales de sus candidatas.

Xóchitl Gálvez apostó por visitas tempranas a los paisanos, particularmente a los estados de Estados Unidos con mayor presencia mexicana: Texas y California. El 18 y 19 de septiembre pasados cosechó fresas con campesinos en Oxnard y se reunió con otros mexicanos en Los Ángeles –ambas ciudades californianas– donde prometió dar respuesta puntual a inquietudes como inseguridad en comunidades de origen o falta de atención consular.

La senadora se lanzó a la conquista del voto migrante después de que estos participaron en la elección interna de su candidatura con 45 mil firmas reconocidas por el Frente Amplio por México. Esa cifra es la única que se tiene hasta el momento de simpatizantes migrantes de esta corriente porque no hay un padrón oficial de militantes, como tampoco lo tiene Morena. “Apenas se está integrando”, coinciden.

Poco después de la gira californiana de Gálvez, Claudia Sheinbaum hizo un guiño a los suyos en busca de conservar la ola lopezobradorista en el exterior: anunció en la red social X que visitará Estados Unidos el próximo 21 de octubre.

“En esta nueva etapa ustedes serán una pieza muy importante para la transformación. Contamos con todas y con todos ustedes. La Cuarta Transformación es un movimiento de lucha y de dignidad para todas las y los mexicanos, sin importar dónde radiquen”, dijo.

Buscan morenistas comité en Estados Unidos

En los últimos tiempos, los morenistas en Estados Unidos buscan tener al menos un comité con cinco integrantes en cada uno de los 50 estados de la Unión Americana. En ese camino están de acuerdo, aunque divergen en otros: para algunos, la prioridad es empujar una regularización migratoria de millones de indocumentados con apoyo del gobierno mexicano y un cabildeo en la Casa Blanca; para otros, el objetivo es tener más peso político en México.

“Queremos empujar más la Reforma Migratoria, pero cuesta trabajo porque muchos de los compañeros quieren que nos involucremos más en las elecciones de México y está bien, es válido, pero no tenemos que olvidar cómo nació Morena, del movimiento social y ahora hay muchos movimientos sociales que son parte tanto aquí como allá”, dijo Elvira Arellano, congresista de Morena en Illinois.
Asumidas las diferencias, el año pasado los militantes del exterior comenzaron a tener una estructura formal en Estados Unidos. Morena lanzó una convocatoria para que todas las personas inscritas en los comités del exterior votaran vía electrónica y elegir así a quienes los representarán en el Tercer Congreso Nacional del partido en la Ciudad de México. Así emergieron 11 congresistas migrantes.

A principios de septiembre de 2022 todos ellos se embarcaron a la capital mexicana con altas expectativas. Aunque faltaba Elvira Arellano (quien no pudo viajar porque se encuentra en un proceso de regularización migratoria) creyeron que de ese grupo saldría el titular de la Secretaría de Mexicanos en el Exterior de Morena. No contaban con el ‘colmillo’ de los gobernadores.

Arellano fue la congresista de Estados Unidos más votada y es un personaje símbolo de la lucha migrante desde que reactivó en 2001 el Nuevo Movimiento Santuario, cuando el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) intentó deportarla y ella se refugió en un templo hasta que su caso se volvió una lucha política entre republicanos y demócratas hasta que la deportaron a México. Pero luego volvió al país del norte para pedir asilo.

“Ya en el Congreso Nacional el gobernador de Michoacán [Alfredo Ramírez] dijo que él merecía asignar el puesto porque era el estado que más migrantes tenía y así nombraron a Nayeli Julieta Pedroza”, explicó a este diario José Jaques Medina, ex diputado migrante.
Nadie fuera del círculo del gobernador conocía a Pedroza. Cuando los migrantes se pusieron a investigar, descubrieron que tenía otro cargo en el gobierno de Michoacán y que ni siquiera tenía visa para viajar a Estados Unidos debido a una acusación de crimen organizado por parte de los estadounidenses en contra de su esposo. MILENIO intentó hablar con la secretaria, pero ella se dijo “ocupada”.

Posterior a la elección de Pedroza, la mayoría de los morenistas en Estados Unidos hicieron de tripas corazón y siguieron adelante. Elvira Arellano fue una de las primeras. Al final de cuentas, dice, se trata de fincar en Morena una lucha binacional que logre al menos un “parole” –permiso humanitario– como primer paso para la legalización de los más de 12 millones de mexicanos sin documentos en aquel país, entre otros objetivos.

La estrategia para ello es llevar a alguien de los suyos a LULAC (‘League of United Latin American Citizens’), la organización hispana más grande y antigua de los Estados Unidos y una de las más respetadas en Washington. “La pastora Emma Lozano ese ideal”, dijo sobre la fundadora de la organización Latinos Unidos y hermana de Rudy Lozano, el activista por los derechos de los trabajadores de origen mexicano asesinado en Chicago.

Por otro lado, Arellano cree que debe apoyar la continuidad del presidente López Obrador con Claudia Sheinbaum, igual que otros en Estados Unidos como Maribel Solache, militante en Los Ángeles. “Yo soy promotora permanente del voto exterior y nuestro plan es presionar para que no se complique tramitar la credencial para votar con fotografía en los consulados”, expresa.

Para ambas militantes, un sexenio no es suficiente para desmantelar la corrupción desde el interior de las instituciones. Hace falta “limpiar” el poder judicial, los estados, los municipios… “Ellos también son corruptos, no nada más el gobierno federal”, advierte Arellano.

“Hay que evitar que la inseguridad y la falta de oportunidades sigan empujando a la gente a salir. Los migrantes somos producto de esos gobiernos expulsores antes de Morena y los migrantes tenemos la responsabilidad de que esos gobiernos no regresen, como si vivieras con un esposo que te golpea: no vas a decirle que regrese”, argumenta Solache.

PAN creó voto migrante, pero recibió castigo en 2018

El Partido Acción Nacional (PAN) institucionalizó el sufragio de los mexicanos en el exterior desde tiempos de Vicente Fox. Fue durante su periodo presidencial cuando México se sumó a los más de 100 países que actualmente cuentan con legislaciones que permiten a sus ciudadanos votar fuera de sus lugares de origen.

Desde entonces y hasta 2018, el voto migrante fue blanquiazul. Luego se sumó a la ola del candidato López Obrador, para cobrar facturas. Para 2024, Xóchitl Gálvez y sus seguidores del Frente tienen fe en recuperarlo.

Artemio Arteaga, presidente de Casa Michoacán en Chicago y el director de la Coalición de Illinois para los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados, es uno de ellos. Considera que la 4T tiene muchas cuentas y agravios en contra de la diáspora que no pueden pasar por alto.