En los últimos 24 años, 32 periodistas han sido asesinados en Veracruz por ejercer su profesión

Vaya caso, de acuerdo con el observatorio de periodistas de la UNESCO, Veracruz encabeza la lista nacional como la entidad más peligrosa para ejercer el periodismo en México. Y es que, en los últimos 24 años, 32 periodistas han sido asesinados en Veracruz por ejercer su profesión. El más reciente caso, el de Avisack Douglas, ha vuelto a encender las alertas sobre los riesgos que implica hacer periodismo en la entidad. La reportera gráfica fue atacada a balazos la noche del pasado lunes mientras se encontraba en las oficinas de campaña de Movimiento Ciudadano en Rodrí-guez Clara. El crimen aún no tiene responsables detenidos.
De los 171 periodistas asesinados en todo el paí¬s desde 2000, casi una quinta parte fueron en Veracruz, pero no se trata solo de homicidios, pues durante los primeros meses de 2025, al menos 34 periodistas en Veracruz han requerido apoyo institucional tras sufrir agresiones relacionadas con su trabajo. La mayoría enfrentó amenazas, mientras que otros 16 tuvieron que ser incluidos en esquemas de protección por riesgo inminente. Según datos recientes de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas (CEAPP) detallan 74 agresiones en lo que va del año.
Estas ocurrieron en 30 municipios y abarcan distintos tipos de violencia: 47 fueron ataques verbales, 17 afectaciones patrimoniales y 20 a través de medios digitales. Los municipios donde se concentran más incidentes son Xalapa, Poza Rica, Tantoyuca, Veracruz puerto, Las Choapas, Acayucan, Coatzacoalcos, Córdoba, Altotonga y Coatepec. Especialmente preocupante es la situación en Poza Rica, zona identificada como la más riesgosa para el ejercicio periodí¬stico actualmente. Aunque existen mecanismos de protección, la percepción entre el gremio es que llegan tarde o no son suficientes. Cada nuevo ataque evidencia la fragilidad del sistema y la impunidad que lo alimenta. Veracruz se mantiene como un escenario adverso para quienes buscan contar lo que ocurre sin filtros ni intereses.