CORRUPCIÓN, DROGAS Y MUERTE: EL INFIERNO QUE GOBIERNA EL PENAL NEZA-BORDO
Bajo la dirección de Merly Ingrid Cuéllar Romero, el reclusorio opera como un negocio criminal: extorsiones, narcomenudeo, cobros ilegales y violencia con total complicidad institucional
(PRIMERA PARTE)
NEZAHUALCÓYOTL, MÉX., A 30 DE OCTUBRE DE 2025.- La crisis en los penales del Estado de México no es nueva, pero el caso del Centro Penitenciario y de Reinserción Social Neza-Bordo se ha convertido en símbolo de la podredumbre institucional que las autoridades se niegan a enfrentar.
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Mientras el gobierno estatal presume avances en seguridad y combate al crimen, al interior de los penales crece un infierno controlado por mafias, funcionarios corruptos y un lamentable silencio oficial.
Bajo la dirección de Merly Ingrid Cuéllar Romero, el penal de Neza-Bordo opera como un negocio criminal en el que todo tiene precio: la seguridad, las visitas familiares, la comida, las llamadas telefónicas y hasta la vida de los internos.
Las denuncias públicas y mediáticas señalan que la directora mantiene vínculos con Fabián Torres Velázquez, alias «El Adrián», quien a pesar de estar recluido en otro penal, continúa manejando las redes de extorsión y violencia dentro de la cárcel, con total libertad y complicidad de Cuéllar Romero.
EXTORSIÓN INSTITUCIONALIZADA
Familiares de reclusos denuncian que cada visita conyugal se cobra hasta en 600 pesos por media hora, en el suelo con una cobija, mientras que una celda con cama y televisión cuesta entre 3 mil y 5 mil pesos.
Las tarjetas telefónicas que deberían costar 20 pesos, se revenden hasta en 100 pesos. Un grupo ligado a «El Adrián» controla además la distribución y venta de alimentos, decidiendo quién come y quién no.
Los reclusos de recién ingreso son sometidos a un supuesto exámen médico, donde se les interroga sobre su situación económica y familiar. Con esa información se elaboran perfiles para extorsionar a sus familias.
Quienes se niegan a pagar son golpeados o torturados y, además, están condenados a trabajar sin descanso. De todo esto, familiares de internos afirman que la directora Cuéllar Romero tiene pleno conocimiento.
PRIVILEGIOS PARA
LOS CABECILLAS
El penal también protege a reos peligrosos con privilegios evidentes. Uno de ellos es Manuel Castro Gerónimo, alias «El Manuelote», detenido el 5 de marzo de 2024 cuando trataba de despojar a una familia de su casa, en la colonia Tamaulipas, en Ciudad Nezahualcóyotl. Recientemente el peligroso delincuente fue sentenciado a 40 años de prisión.
Elementos policiacos aún recuerdan que «El Manuelote», al tiempo de ser detenido, gritaba que la gobernadora Delfina Gómez Álvarez tenía conocimiento de aquellos hechos y que la iban a pasar muy mal, porque la mandataria era su amiga.
«El Manuelote», sigue portando el uniforme azul reservado a los reos procesados, sin embargo, a pesar de estar sentenciado, camina libremente al lado de la directora Cuéllar Romero, luciendo sus joyas de oro, sin restricción alguna, y junto con otro interno apodado «El Melvin», coordinan las extorsiones, golpizas y violaciones dentro del penal.
DROGAS: EL NEGOCIO
MÁS RENTABLE
A todo esto, se suma el negocio del narcotráfico dentro del penal. Internos y custodios han denunciado que la venta de drogas es libre y constante, con precios hasta cinco veces más altos que en las calles. Un cigarro de marihuana puede llegar a costar 500 pesos y una dosis de cristal supera los mil.
Las ganancias se reparten entre custodios corruptos, internos ligados a las mafias y, presuntamente, las autoridades penitenciarias que se encuentran en la Ciudad de Toluca.
La droga no sólo genera dinero, sino violencia interna. Las disputas por el control de la venta han provocado enfrentamientos, palizas y hasta asesinatos dentro del penal. Pese a las evidencias, la directora del penal ha permitido la operación del narcomenudeo, sin que exista acción alguna de supervisión o castigo.
COMPLICIDAD Y OMISIÓN
El 21 de mayo de 2025, diversos medios de comunicación denunciaron la red de corrupción en Neza-Bordo: abusos sexuales, cobros ilegales y torturas. Sin embargo, ni el subsecretario penitenciario Víctor Manuel Martínez Mendoza, ni el secretario de Seguridad estatal Cristóbal Castañeda Camarillo, ni la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, han tomado medidas reales.
Recientemente se publicó el caso de Jesús Vera Franco, un interno que murió tras ser brutalmente golpeado por no poder pagar las extorsiones, el hecho fue difundido en medios informativos a nivel nacional e internacional, pero ni siquiera eso bastó para separar del cargo a Cuéllar Romero.
Sin embargo, a partir de estas publicaciones, Merly Ingrid Cuéllar Romero ha tratado de tener un acercamiento con diferentes medios de comunicación, para tratar de evitar que se siga publicando el horror que viven los internos detrás de las rejas. En relación a estos hechos, las autoridades se limitaron a emitir comunicados sin consecuencias.
LA RAÍZ DEL CRIMEN
ESTÁ TRAS LOS BARROTES
El penal Neza-Bordo no es una excepción, sino un reflejo del sistema penitenciario mexiquense: un negocio clandestino sostenido por la corrupción y el miedo. La impunidad de sus directivos y la indiferencia del gobierno confirman lo que muchos sospechan: mientras la delincuencia siga controlando las cárceles, el crimen seguirá dominando las calles.
En los penales del Estado de México, la ley no se cumple; se vende al mejor postor.


