En #Veracruz el terrorismo sí existe… pero solo si hablas de #Morena
Nahlismo puro: en Veracruz la justicia no persigue criminales, persigue periodistas. La Fiscalía General del Estado fabricó un expediente y detuvo al periodista de nota roja Lafita León, acusándolo nada menos que de terrorismo, encubrimiento por favorecimiento y delitos contra las instituciones de seguridad pública.
Delitos de alto calibre, diseñados para mafias… pero aquí el “crimen” fue informar.
No hay rifles.
No hay bombas.
No hay comandos.
Hay notas, publicaciones y periodismo. Pero en la nueva era del “orden” eso parece más peligroso que los verdaderos delincuentes.
La detención se dio en #Coatzacoalcos, territorio donde Nahle presume arraigo… aunque lo que sí arraigó fue el miedo. Porque hoy el poder prefiere encarcelar periodistas antes que tocar a los criminales.
Y qué casualidad: Rocío Nahle no estuvo en la Mesa de Coordinación para la Paz. Vacaciones primero. La sesión quedó en manos de Ricardo Ahued Bardahuil, ahora convertido en portero del Palacio, tomando lista mientras la Fiscalía se encargaba del trabajo sucio.
El mensaje es clarito, sin necesidad de subtítulos:
En Veracruz, informar se castiga.
Investigar incomoda.
Publicar se paga caro.
Un déjà vu institucional.
El mismo manual que dejó Cuitláhuac García con el delito de “ultrajes a la autoridad”: acusaciones infladas, garrote político judicial y un sistema dispuesto a callar a quien estorbe. Cambia el nombre del delito, pero no la intención.
Antes “ultrajes”. Hoy “terrorismo”. Como en los tiempos de Javier Duarte. Vaya evolución.
Porque sí, Veracruz vuelve a ser territorio hostil para la #prensa: publicar es provocación y decir la verdad parece delito. El terrorismo existe… pero solo si te atreves a hablar del partido en turno.
Este es el sello del #Nahlismo: autoritarismo con maquillaje legal, persecución disfrazada de justicia y una Fiscalía al servicio del poder político.
El que dude… que publique.
Seguiremos informando…
Tomado de en la mira política.
