A propósito de la Carta de AMLO al poder judicial
Crónicas Ausentes
Lenin Torres Antonio
La pasada Carta que el presidente de la república mexicana dirigió al presidente de la suprema corte de justicia de la nación y del consejo de la judicatura, pidiéndolo se haga una investigación al amparo otorgado a un ciudadano mexicano y hecho extensivo a otros, que suspende provisionalmente la reciente Ley aprobada de la Industria Eléctrica, por el juez Gómez Fierro, resulta ser muy reveladora y nos permite entender las condiciones que prevalecen en la política en México, y las poderosas fuerzas económicas que directamente se meten en la competencia política en la defensa de sus intereses particulares. Una misiva que podremos analizar desde diversos tópicos.
Uno, con respecto a la división de poderes y la autonomía que cada uno de ellos debe tener, por primera vez los asuntos entre los poderes se transparentan y se hacen públicos, contraviniendo los aciagos tiempos del esplendor presidencialista en que los asuntos de la nación que incumbían a los poderes públicos se esgrimían en “lo oscurito”, y que la división de poderes era un mero formalismo ante el avasallador poder presidencialista, así que el hecho que AMLO asuma la división de poderes como una constante de respeto y necesidad para el correcto desempeño de la república, estamos hablando de una salud democrática que no vivíamos, y el ejercicio de un gobierno federal responsable y apegado al derecho y al deber.
Dos, esta carta también evidencia y descalifica la demanda que hace poco tiempo hicieron algunos intelectuales y medios de comunicación de que México carecía de división de poderes y pluralidad, queda demostrado que con el gobierno de la república de obrador hay respecto a la división de poderes, y libertad para las opiniones diversas, incluso se constanta en la toma de posición política que casi todos los medios de comunicación ejercen contra la Cuarta Transformación pacífica que encabeza AMLO, contrario a la imparcialidad, objetividad y veracidad con que debieran conducirse el poder mediático, la libertad que hoy tenemos para opinar jamás ocurría en otrora tiempos del poder presidencialista de los gobiernos prianistas, los demás poderes públicos eran una extensión del poder presidencialista.
Tres, que está en su derecho se investigue el actuar del juez Gómez Fierro que otorgó dicho amparo, ya que todo apunta a que el susodicho juez está respondiendo a intereses particulares de los grandes oligopolios energéticos que la reforma eléctrica afecta, y no a los intereses de la sociedad mexicana.
Cuatro, también esta carta echa abajo la acusación de los opositores a la Transición Democrática que encabeza AMLO, de que vivimos un régimen presidencialista autoritario y déspota, acusaciones que nada tiene que ver con el auténtico presidencialismo déspota que se vivía en México, dónde los otros poderes el ejecutivo y el legislativo estaban controlados por el poder ejecutivo, el presidente tenía el control total, los otros poderes eran comparsa del poder presidencialista, nada se movía si no era por la gracia del “señor” presidente, hasta los intelectuales, los medios de comunicación y la sociedad civil callaban y no se atrevían a criticar y ensuciar la imagen intachable e inmaculada del presidente. Pero las fuerzas retrogradas del poder económico en movimiento, quieren hacer parecer y hacer creer que vivimos los mismos tiempos de autoritarismos presidencialista, pero un ligero repaso por la historia nos dará los elementos para ver que es todo lo contrario. Para muestra basta recordar cuando en México, había un día cada año de sus seis años del presidente de la república, en que el Tlatoani (presidente de la república) nos permitía verlo, tocarlo, oírlo e incluso orar, era un espectáculo el informe del gran Tlatoani, recorría con su descapotable las calles de la capital del país para que sus súbditos y esclavos les rindieran pleitesías, igual en cada rincón del mundo, los políticos han sido y son vistos como una clase de humanos diferentes. Así también la visita del “señor presidente” era motivo incluso de ocultar las carencias con una buena repintada y una fastuosa fiesta de bienvenida, su extensión o su representante, o su tentáculo se encargaba de los preparativos procurando la mayor perfección, aunque después del evento, todo volviera a “la normalidad”, a la verdad ocultada, la pobreza, el hambre, la marginación, la violencia, la hipocresía, etc.
Hago un paréntesis para recodar algo que escribí sobre la secularizamos el poder público, la desmitificación de la imagen del presidente de la república, del político, que por cierto, la derecha desvergonzada critica como populismo, siendo esta secularización del poder público el aporte revolucionario de Andrés Manuel López Obrador, nunca México había tenido a un presidente cercano, con los pies en la tierra, honesto y capaz de entender que los grandes cambios pueden hacerse sin violencia, luchar contra el equilibrio pernicioso entre los intereses privados y los públicos, que usaban a la política para mantener los privilegio de unos cuantos, no ha sido fácil para AMLO, ni lo es todavía. En los gobiernos decadentes prianistas todos los medios de comunicación se movían a favor del poder económico y el poder político en turno, y ocultaban y callaban, y con ellos se volvieron cómplices del deterioro de nuestras instituciones públicas, ahora, esos mismos medios de comunicación se mueven en contra del presidente porque la caída del régimen político anterior les afectó sus intereses y grandes fortunas.
Escribí en un texto anterior, “la imagen del presidente inmaculado y perfecto, cuasi Tlatoani quedó en el pasado, ahora se le puede criticar, mirarlo a la cara, ya no hay toda la comparsa alrededor de él, se ha mantenido lejos de la tentación del poder, es el primer presidente que “manda obedeciendo” como lo escribe Enrique Dussel en la introducción de 20 tesis de política, pero obedeciendo no a las grandes élites del poder económico ni a los grandes consorcios mediáticos de comunicación, incluso, se le puede insultar, cosa que ha sucedido de sobremanera y de forma despiadada, inédito en la historia de los presidentes de México, y es que cambiar el statu quo, ha golpeado a intereses ancestrales del poder en México, que tiene que ver con la casta que históricamente ha dominado el poder público y económico en México, y que perderlo ha sido su gran quebradero de cabeza, y recuperarlo su misión imposible”.
Quinto, esta Carta refleja el parteaguas histórico que vive México, el reacomodo de las fuerzas retrogradas, poder económico, mediático y político, y ahora el poder judicial, en un solo frente, contra la propuesta histórica de una transición democrática hacia un nuevo régimen democrática verdadero.
Las fuerzas reaccionarias que históricamente simulaban democracia se han quitado las máscaras, y se funden en un solo rostro de nostalgia por el poder económico y de privilegios perdidos, negacionismo, apátrida, perverso al usar la mentira como su principal arma de lucha. Fuerzas que buscan a toda costa desbarrancar la 4ª Transición de México hacía un nuevo régimen político y democrático verdadero.
No sé si podrán esas fuerzas oscuras perversas volver al poder público otra vez, pero lo que sí sé, es que el México que encontrarán no será el mismo, porque el México bronco ahora que probó la libertad será más exigente y espero que no retorne ese México bronco pulsional y violento. Espero y deseo que las fuerzas progresistas y la 4ª T. se consoliden por el bien de nuestros hijas e hijos que perdieron su certeza de futuro.
Marzo de 2021