La Orquesta de la Luz, el grupo de salsa de Japón que se hizo famoso en América Latina casi sin saber español

Apenas unos meses después de lanzar su primer disco, la Orquesta De La Luz, un grupo japonés de salsa, tocó en uno de los escenarios más importantes del mundo: el Madison Square Garden, en uno de los epicentros salseros del planeta: Nueva York.

El concierto, ocurrido en 1991, fue uno de los momentos más inolvidables de la carrera de La Luz. No solo cantaron el que ya era su gran éxito, “Salsa caliente del Japón”, sino que compartieron micrófonos con dos leyendas del género: Oscar D’León, el faraón de la salsa, y Tito Puente, “el rey de los timbales” (fallecido en 2000).

“Es el concierto más grande que hemos tenido”, dijo en inglés la japonesa Nora Suzuki, vocalista de la Orquesta De La Luz, en una entrevista esa noche, en la que también actuaron El Gran Combo y el Grupo Niche.

Casi 30 años después, Suzuki le dice a BBC Mundo en una videollamada que el recital es uno de los recuerdos más especiales de su trayectoria.

La presentación, ocurrida durante el XVI Festival de la Salsa de Nueva York, precedió varios tours de la Orquesta De La Luz por Estados Unidos, Europa, y América Latina, donde se hicieron famosos en la primera mitad de los años 90, cantando en español.

¿Cómo lo lograron si casi no sabían el idioma?

Origen
La Orquesta De La Luz tal vez no hubiera existido si es que Tito Puente y la Fania All Stars no hubieran ido desde los años 60 y en 1976, respectivamente, a Japón.

Puente ayudó a popularizar la música latina en Japón, recuerda el Centro Hunter de Estudios Puertorriqueños de la City University of New York (CUNY), y la Fania All Stars sirvió de influencia para que el músico japonés “Pecker” Hashida creara en 1978 la Orquesta del Sol, el primer grupo de salsa japonés.

Con los ritmos tropicales ya sonando en Japón, a inicios de los 80, Suzuki y un amigo de ella, el percusionista Gen Ogimi, pertenecían a un grupo de R&B llamado Atom.

Pero Ogimi también se interesó en la salsa. Así que introdujo a Suzuki al ritmo latino cuando ella tenía unos 21 años, y según cuenta la cantante a BBC Mundo, se “enamoró”.

También les empezó a gustar la Orquesta del Sol y Gen quiso tocar salsa con Atom, pero la banda se disolvió.

“Gen quería crear un nuevo grupo de salsa conmigo, así que en 1984 fundamos la Orquesta De La Luz. Gen y yo escogimos ese nombre porque ya existía la Orquesta del Sol. Fue como un nombre de hermanos, sol y luz”, cuenta Suzuki a BBC Mundo.

Al inicio, La Luz sacaba al oído salsas de artistas como Celia Cruz y otros.

“No sabíamos español y yo escribía las letras por fonética. Luego llevé una clase de español gratuita”, cuenta Suzuki.

“Al inicio intentábamos y no podíamos tocar una canción completa. Era difícil para nosotros”, recuerda.

Pero después de un tiempo, no solo reproducían las canciones de sus ídolos, sino que ya componían sus propios temas, por lo que se plantearon un objetivo más ambicioso: tocar su salsa en Nueva York.

El agente de Willie Colón y Héctor Lavoe
Alrededor de 1987, Suzuki ahorró y viajó sola a Nueva York, para buscar managers que pudieran financiar un tour de La Luz en esa ciudad. Esta decisión, según Nora, marcó la diferencia entre La Luz y la Orquesta del Sol, que no se hizo tan famosa fuera de Japón.

Suzuki llevó con ella un casete con un par de canciones que La Luz había grabado: “Cúcala”, de Celia Cruz, y una propia.

“Llamé a varios agentes. No quería rendirme. Hasta que encontré una agencia, conseguí una cita para ir a sus oficinas y me encontré con un agente latino alto, muy alto”, cuenta Suzuki.

“Escuchó el casete, le enseñé las fotos de La Luz y entendió que éramos una orquesta japonesa que tocaba salsa. Primero no lo podía creer. Estaba muy sorprendido”, recuerda.

“Le dije que tocar nuestra salsa en Nueva York era nuestro sueño y me prometió que organizaría presentaciones de la Orquesta en vivo”, dice Suzuki.

“Fue un momento muy feliz, uno de los más felices”, señala Suzuki.

Este agente era Richie Bonilla, que había lanzado las carreras de artistas como Willie Colón y Héctor Lavoe.

Bonilla consideró que la banda era buena, según le dijo a BBC Mundo. Pero le puso una condición a Suzuki: el grupo debía pagarse sus pasajes a Nueva York.

Así que de vuelta en Japón, Suzuki y la Orquesta tardaron “casi dos años ahorrar cerca de US$2.000 cada uno” para los gastos de su primera gira.

Mientras tanto, en Nueva York, Bonilla iba a los principales clubes de la ciudad para coordinar las presentaciones de La Luz y les hacía escuchar el casete a los encargados.

“La música era tan buena, que nadie creía que fueran japoneses. Creían que eran puertorriqueños viviendo en Japón, así que Nora tuvo que mandar un video”, dice Bonilla.

Finalmente les consiguió seis presentaciones. Luego de ayudar a construir algunas de las principales figuras de la salsa, estaría por lanzar a La Luz también a la fama.

Primera gira en Nueva York
El grupo tocó por primera vez a Nueva York en 1989. Pero la salsa no pasaba por su mejor momento.

“Cuando vinieron, la salsa estaba por el piso, a causa del merengue. Pero cuando La Luz apareció en escena, todo el mundo quería verlos. Llenaban todo. Ellos ayudaron a traer de vuelta a la salsa con fuerza”, dice Bonilla a BBC Mundo.

Ya tenían el que sería uno de sus principales éxitos, “Salsa caliente del Japón”, escrita por Suzuki.

“Yo hablaba más inglés que español. Así que la escribí en inglés y usé un diccionario para traducirla al español, y le cambié algunas palabras para que tuvieran rima”, cuenta la vocalista.

Bonilla recuerda que “la gente se emocionaba tanto viendo a la banda, que supe que algo estaba pasando”.

El último concierto de la primera gira fue en el emblemático Palladium Ballroom, ubicado en el corazón de Manhattan, y donde habían tocado músicos como el mismo Tito Puente.

Esa noche, La Luz tuvo un espectador especial: Ralph Mercado, fundador del mítico sello discográfico RMM, y promotor de artistas como Celia Cruz, y más adelante de Marc Anthony y La India.

Mercado ya había escuchado sobre ellos y no quería solo verlos. También quería ofrecerles un contrato para que grabaran su primer disco.

Pero La Luz ya había terminado su gira y debía volver a Japón.

Primer disco
“Entonces Ralphie dijo ‘que alguien los grabe en Japón y yo los distribuyo'”, cuenta Bonilla.

Ralph Mercado mandó al productor Sergio George, posteriormente ganador de cuatro Grammys, a Japón, para grabar el primer álbum, “De La Luz”.

El disco salió en Japón con el sello BMG Víctor y RMM lo distribuyó en América Latina en 1990.

El álbum encabezó la lista Billboard de música latina durante 11 semanas.

George produjo otros dos álbumes de La Luz en Japón: “Salsa no tiene frontera” y “Somos diferentes”.

La primera mitad de los 90, Bonilla organizaba tres tours, de cinco semanas al año, por varias ciudades de Estados Unidos, Europa, y países de América Latina y el Caribe como Perú, México, Puerto Rico, Colombia, Venezuela, Panamá, Ecuador, Chile, Costa Rica, Guyana Francesa, Martinica, Aruba, Curacao, Saint Marteen.

En 1993 La Luz recibió la Medalla de la Paz de Naciones Unidas.

“Tocaban tan bien como la banda de la mejor categoría”, dice Bonilla. Hasta que el grupo se separó en 1997 porque sus miembros querían desarrollar una carrera como solistas.

“Latinización” de Japón
Pero volvieron a juntarse en 2002 y desde entonces siguen actuando juntos en Japón y otros países.

En 2019 lanzaron un álbum para celebrar su aniversario número 35, “Gracias Salseros”, y desde 2015 tienen un plan para “latinizar Japón”.

Suzuki explica que la frase “es una forma atractiva de decir que queremos promover la salsa en Japón”, donde la cantante cree que la gente es muy “seria y pesimista”.

“Quiero que sean más optimistas. Creo que yo también era así. Pensaba mucho. Estoy más latinizada que antes. Soy más feliz ahora”, asegura Suzuki, que cree que la salsa hace feliz a la gente.

“Cuando toco, el público está sonriendo, bailando, olvida las cosas tristes, siente la música y disfruta”, dice. “Es por eso que no dejo de cantar salsa. Amo la salsa. Siempre me ha producido felicidad”.