Pinta un mal primer trimestre

Han transcurrido ya 36 días de 2021 y podemos empezar a dibujar cómo pinta para la economía el arranque de este año.

La más reciente encuesta de expectativas que dio a conocer el Banco de México indicaba que durante el primer trimestre, el PIB caería a una tasa anual de 4.15 por ciento respecto a los primeros tres meses de 2020. Pero ello también significaría un crecimiento de 0.88 por ciento respecto al cuarto trimestre del año pasado.

La encuesta no pregunta respecto a la composición de los movimientos de este indicador, pero lo que cada vez resulta más claro es que tendremos una economía que se mueve en dos direcciones.

La parte de ella que tiene que ver con el mercado interno tuvo un arranque muy poco alentador.

Terminamos enero con 13 entidades del país en semáforo rojo; 17 en naranja; 2 en amarillo y ninguna ya en semáforo verde.

Aunque cada gobierno estatal interpreta a su manera lo que significa en concreto cada color, en términos generales se percibe un incremento del riesgo epidémico y por lo tanto, o mayores restricciones a la movilidad o menores incentivos a normalizar la actividad económica en caso de que la autoridad no imponga restricciones.

Aunque las hospitalizaciones de pacientes con Covid-19 han descendido un poco, nos encontramos aún en niveles semejantes a los de la primera semana del año, superiores a las de todo el año pasado.

Es decir, todavía se ve distante que regresemos a los niveles que existían en octubre o noviembre.

El primer indicador económico relevante de enero que se dio a conocer esta semana fue el de la venta de autos, la cual cayó en 22 por ciento respecto al nivel del mismo mes de 2020.

La caída anual en diciembre había sido de 19.4 por ciento, por lo que el freno se acentuó en el primer mes del año.

En la medida que surjan diversos indicadores del mercado interno, seguramente veremos una caída más acentuada en bienes duraderos, en ciertos tipos de servicios y en casi todas las compras que requieran crédito.

Un ingrediente adicional del mal momento son las nuevas restricciones en materia turística de países como Estados Unidos o Canadá, que van a frenar una incipiente recuperación de la ocupación que se empezaba a dar en algunos destinos.

No obstante, cuando se den a conocer las cifras del empleo formal se va a presumir la recuperación. A diciembre del año pasado, la caída fue de 3.2 por ciento. Si ese ritmo de caída se mantuviera constante en enero, habría una recuperación de poco más de 60 mil empleos por puro efecto estacional.

En el sector en el que los resultados serán más prometedores es el de la exportación de manufacturas.

Hoy conoceremos los datos de empleo de Estados Unidos para enero, pero todo apunta a que mostrarán una recuperación.

Desde diciembre, la producción industrial de EU demostró una renovada fortaleza, la cual seguramente se va a consolidar cuando se apruebe el paquete de rescate económico del gobierno de Biden que se negocia en el Congreso.

Sin embargo, el aliento positivo de las exportaciones no va a ser suficiente para compensar la caída del mercado interno, lo que apunta a un mal primer trimestre en materia económica.

El lento ritmo que ha tenido la vacunación convertirá a este proceso en un factor poco relevante para la recuperación de la economía. La inmunización mediante la vacuna puede empezar a tener un efecto económico importante hasta el segundo semestre… si las cosas salen conforme a lo previsto.

Así que en este año de contrastes tendremos un primer semestre con malos resultados económicos en lo general y con fuertes contrastes entre sectores y entre regiones del país.

De acuerdo a donde uno esté parado, habrá buenas o malas noticias en los próximos meses.