La violencia en campañas electorales

ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO

Estamos a un mes de que se lleven a cabo las elecciones más grandes de México y, contrario a lo que muchos podrían creer, el nivel de violencia en las campañas electorales ha crecido considerablemente. El debate de altura, las grandes propuestas o las ideas inteligentes brillan por su ausencia.

Ni viejos ni jóvenes candidatos llaman la atención por ser unas lumbreras. Por el contrario, cada vez recurren a lo más bajo con tal de ganar una elección.

Desde poner a tu hija como candidata, porque tú no pudiste llegar, hasta responder a la gente con mentadas de madre y matar a un adversario, son prácticas registradas en el proceso electoral en curso. Pero lo más grave es que en la última semana se dispararon tremendamente las agresiones.

De acuerdo con el reporte más reciente de la empresa Etellekt, desde que arrancó el proceso electoral, en septiembre, se han registrado 476 agresiones globales, con un saldo de 79 políticos asesinados, 31 de ellos aspirantes a un puesto de elección popular.

Además, la violencia contra opositores anda en niveles de 75%, cuando hace tres años fue de 69%.

De los políticos asesinados, 49% formaban parte de la alianza opositora al gobierno federal, mientras que 28% pertenecían a la alianza oficialista Morena-PT-PVEM.

Sea como fuere, no hay partido político que se salve de la violencia, como víctima o como victimario. El punto es que conforme se acerca la elección, más arrecian los ataques por un pedazo de poder que, cuanto lo tienen, no saben qué hacer con él.

Ahí están los diputados violadores, los ladrones o los negligentes que a la primera petición de rendición de cuentas se echan a correr, lo mismo de Morena que de la oposición.

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Desde el INE me dicen que no tiene ni pies ni cabeza la teoría del gobierno federal en el sentido de que está en construcción la candidatura presidencial de Lorenzo Córdova.

Un alto funcionario del máximo órgano electoral me aseguró que el consejero presidente dejará el INE y regresará a la UNAM, a su cubículo de investigador, por lo que en sus decisiones recientes no ha influido un ánimo de revancha y mucho menos un interés político. Hasta ahí el comentario sobre lo que publiqué en este espacio la semana pasada.

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Faltos de estatura política y oportunistas, así se vieron los panistas que acudieron ayer al lugar del accidente en el Metro, encabezados por su dirigente local, Andrés Atayde.

Nadie puede medrar con la tragedia, propia ni ajena. Mucho menos imberbes aprendices de político. Lo que se espera de ellos es decoro y propuestas de avanzada, no ansias de novillero para cachar un voto fácil que no son capaces de obtener con ideas y trabajo intelectual.

•••Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “ Ganarás el pan con el sudor del de enfrente”.