La interminable campaña electoral

ADRIANA SARUR

No hay nada que mejor retrata de cuerpo entero a López Obrador como su manera de hacer campañas electorales. Lo ha hecho toda su vida, desde su natal Tabasco, después en el otrora Distrito Federal (antes, durante y después de ocupar el cargo de Jefe de Gobierno) y posteriormente a lo largo del territorio nacional. Si alguien creyó que esto se terminaría cuando, por fin, logró ser mandatario, hoy está más que claro que se equivocó. Al presidente solo le interesa una cosa, seguir en campaña. Llenar los encabezados en toda la prensa, escucharse todo el tiempo, mirarse al espejo todo el día. Él, él, él y solamente él.

Cada vez es más evidente que aquellas luchas por las que peleó en décadas pasadas, como por la democracia, los contrapesos, la corrupción o la pobreza, solo eran trampolines para acceder al poder y, una vez estando ahí, convertirlo en un poder absoluto, sin combate a la corrupción, sin empatía con los desposeídos, aplastando cualquier contrapeso, y así, terminar con la democracia en nuestro país, para seguir ostentando -la silla presidencial-.

Lo anterior lo podemos observar de cara a los comicios venideros el próximo 6 de junio. El presidente y toda la maquinaria gubernamental se encuentran en campaña. Las mañaneras se han convertido en un spot electoral de manera cíclica, ataques en contra del INE y vejaciones a partidos y candidatas de la oposición. Sus giras presidenciales no son más que mítines y eventos para “apoyar” a sus candidatos en las diferentes regiones del país y asegurarse que estos le brinden más poder. Hoy aquello de “primero los pobres” se ha convertido en “primero los votantes, mis votantes”.

Los estragos que ha causado la pandemia -en salud y economía-, el nepotismo llevado al terreno de burla electoral ocurrido en Guerrero, la violencia hacia las mujeres, el crimen organizado y la inseguridad en niveles máximos históricos, la tragedia de la Línea 12 (con decenas de muertos y centenares de heridos) no son temas que le ocupen, la llamada Cuarta Transformación, necesita tener más gobernadores y seguir controlando la Cámara de Diputados, para no “molestar” al inquilino de Palacio Nacional y así poder llevar a cabo sus designios.

Ante esta dura realidad no se puede mirar hacia otro lado. Las distintas problemáticas que aquejan a todas las y los mexicanos se profundizan y tenemos que hacer algo para remediarlo. Restablecer los contrapesos, hacer valer la separación de Poderes, apoyar de manera sistémica a quienes menos tienen, fortalecer el marco institucional, empatizar con las demandas urgentes de las niñas y mujeres, detener la inseguridad rampante que se vive, señalar y evitar la corrupción y los nepotismos, comprometernos con la salud y la educación de todas y todos lo mexicanos, brindar oportunidades reales a las y los jóvenes, respetar el medio ambiente y, sobre todo, salvaguardar la democracia mexicana. Temas que aquellos que hoy prometieron hacerlo, simplemente se les han olvidado, por lo que las y los mexicanos tenemos que salir a votar y exigir que lo que se dice en campaña se cumpla. De ese tamaño es lo que está en juego las siguientes elecciones.