La hora de la definición: ¡se está a favor del pueblo o se está en contra!

A propósito de quienes han escrito las páginas más negras de la historia de México.

Crónicas Ausentes

Lenin Torres Antonio

Hace 521 años arribaron los españoles a nuestras tierras, y se inició el proceso violento y a la fuerza de dominación y explotación de nuestros recursos naturales y la esclavitud de los pueblos originarios, hace 211 años se consumó la Independencia como colonia española y México emergió como una nación libre con la capacidad de escribir y hacerse cargo de su propia historia, y decidir su destino y su lugar en el mundo.
Desafortunadamente desde que México emerge como una nación independiente ha habido fuerzas oscurantistas y retrógradas, movidos por el poder y la ambición de riquezas de tirar en sentido contrario de la emancipación de nuestro México, apátridas, conservadores, usureros, emisarios del status quo que impone el sistema dominante, emisarios del pasado, y traidores a la patria.

No ha sido fácil escribir nuestra propia historia, y que esta sea una historia de progreso, bienestar, valores y de cuidado de sí. La colonia fue violenta y vil, que costó mucho sufrimiento y dolor a nuestros originarios, el mestizaje mantuvo el sistema de castas, y pese de haber compartido la sangre los españoles, el mestizo siempre fue un casta inferior al peninsular y a la aristocracia local; esa casta superior se tradujo en pocas familias que fueron construyendo los poderes locales y que utilizaron sus riquezas para aplastar las voces discordantes de los hombres visionarios e históricos, Juárez perseguido político, Francisco I. Madero asesinado a mansalva, entre otros muchísimos ilustres mexicanos y mexicanas que lucharon por hacer real una México independiente y justo, un México próspero y humano; y la historia nos muestra que los apátridas, que no tienen más nación que el dinero, siempre han estado ahí, echando en sentido contrario, buscando el poder para el servicio de unos cuantos, controlando los medios de comunicación para distorsionar y ocultar la verdad, esa verdad que habla de los miles de mexicanos en la pobreza, la marginación, y la desigualdad, los miles de mexicanos que aun sin nacer están condenados a sufrir hambre y morir por no tener lo mínimo para una vida digna y decente, y un estado que hasta hace poco estaba al servicio de los intereses trasnacionales y locales, y nunca al servicio del bien de la gente.

Esa otra colonia fue el poder local que dejaron construidos los españoles, y que luego fue alimentado por el Imperio Norteamericano, que se hicieron dueños de México.
Esa otra lucha de independencia que vivimos en la actualidad contra los conservadores rapaces neoliberales de alcurnia, que libran una guerra sucia contra el gobierno progresista de nuestros presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, quien está destapando las cloacas construidas en los últimos 6 gobiernos apátridas prianista, quienes que con el falaz argumento de la modernización global de México, implementaron la privatización de las empresas estatales y la rapiña legalizada de nuestros recursos naturales, que deberían haber sido para generar plusvalía para beneficio de los mexicanos y que sirvieron para enriquecer a esa clase política conservadora neoliberal, y que en ningún caso, se ha demostrado que sirviera para generar bienestar a los mexicanos y una mejor vida y certeza de futuro a nuestras nuevas generaciones.

Así vimos exultante a Ricardo Anaya, cuando se aprobó la reforma energética y quien era el que presidía la cámara de diputados, aseguraba las bondades que generaría de beneficio a los mexicanos abrir la inversión privada la explotación del petróleo, y que a la postre ni siquiera bajaría las tarifas eléctricas, y si vimos como poco a poco las grandes empresas trasnacionales se hacían con las riquezas y la plusvalía de dichas reformas; aún recuerdo las afirmaciones del prófugo canallín, “la legislatura (que él presidía) ha escrito una de las páginas más brillantes en la historia del congreso mexicano”…y en contraste, la realidad que dicha reforma como se ha demostrado ni sirvió para el crecimiento económico, ni para la generación de empleos, ni para bajar la tarifa de luz, ni para mejora la calidad de vida de los mexicanos, y si sirvió para enriquecer los bolsillos de los legisladores corruptos como él, y para darle más poder a las compañías energéticas extranjeras que operan en México, y que incluso, como el ex presidente, el generalísimo Felipe Calderón, terminaron por contratarlo la empresa española Iberdrola como miembro del consejo de asesores para seguir la rapiña de los recursos naturales no tan sólo en México sino también en todo Latinoamérica, y otras latitudes.

Como ven las páginas más tenebrosas y negras de la historia de México la han escrito la clase política conservadora prianista que gobernó México en los anteriores últimos 6 sexenios. Pero una de esas páginas negras y ominosas la acaba de desvelar hace poco el presidente Obrador, con respecto a la Comisión Federal de Electricidad.

En 1960 el presidente Adolfo López Mateo nacionalizó la industria eléctrica, “regresándole al pueblo de México la exclusividad para generar, conducir y abastecer energía para lograr nuestra independencia energética”, y México logró construir una industria eléctrica capaz de proveer electricidad a todos los hogares mexicanos, un logro de un gobierno progresista priista, pero los “modernos”, mejor conocidos como tecnócratas venidos a políticos, con sus títulos de Harvard, y al servicio de las políticas económicas y comerciales del Imperio con su visión de un mundo global, y obedientes a las indicaciones del Fondo Monetario Internacional, decidieron iniciar una ola de privatizaciones de las empresas estatales y la apertura a la inversión privada en la explotación de nuestros recursos naturales.

Fue así que aparte de abrir de forma abrupta y ventajosa a las empresas privadas en el negocio de la luz, dejaron de invertir en la CFE, e incluso, dejándoles la mesa servida para que utilizaran el tendido eléctrico que tanto le ha costado a los mexicanos para la distribución de la luz, y que esas empresas como Iberdrola, no tuvieran que invertir en ese tendido eléctrico e hiciera jugosos negocios.

Cuenta el presidente Obrador, que las inundaciones del estado de Tabasco una de las causas principales era que constitucionalmente tenía prohibido la CFE que sus hidroeléctricas pudieran poner en funcionamiento el total de las turbinas para generar electricidad, y que al no poder hacer funcionar las turbinas, al abrir las compuertas en época de lluvia las zonas bajas de Tabasco sufrían severas inundaciones, y que por decreto resolvió revertir esa injusta parte de la reforma energética de los gobiernos prianistas, y lograr que la CFE pudiera controlar de forma gradual y poner en funcionamiento las turbinas de las hidroeléctricas. Pero que para muestra de la pudrición del poder judicial, éste en lugar de velar por los intereses de las mayorías, del pueblo, resolvió otorgarles un amparo a las empresas extranjeras, volviendo a prohibir que la CFE tuviera el derecho de regular a su conveniencia el funcionamiento de las turbinas de las hidroeléctricas en el estado de Tabasco.

Como vemos México vive hoy una cruenta lucha por su Independencia del mundo rapaz neoliberal, y desafortunadamente, hay todavía algunos que lo defienden y piensan que es el mejor sistema económico y político para el mundo, pese a dejar en manos de unos cuantos países, sus empresas transnacionales, las riquezas del mundo, y en cada país, en manos de unas cuantas familias, las riquezas de las naciones, como es el caso de México, que el 50% del Producto Interno Bruto está en manos de unas cuantas familias.

Como dice el presidente Obrador, es hora de definirse, se está a favor del pueblo o se está en contra, no hay otro camino, o estamos del lado de consolidar un transición democrática y un nuevo régimen político y económico justo y transparente, o, estamos de lado del retroceso para seguir llenándoles el bolsillo a los pudientes de México, y las empresas extranjeras, y queriendo volver a ese pasado ominoso y corrupto de los salinas, los zedillos, los foxistas, los felipistas o los peñistas, la peor versión de la clase político en México, y quienes han escrito las páginas más negras de la historia de México.