Narcos México 3, una historia balanceada: José María Yazpik

A mediados de la década de 1990, Amado Carrillo Fuentes se convirtió en uno de los mayores narcotraficantes de México. Su toma de decisiones para ascender en el poder, el contraste de su vida delictiva con su vida personal y el porqué del mote de El señor de los cielos serán expuestos en la tercera entrega de la serie Narcos: México.

José María Yazpik es quien nuevamente da vida a este personaje ficcionado, basado en el narcotraficante, en la serie de Netflix, disponible el 5 de noviembre. Representarlo y cerrar tal etapa dejó en el actor un sabor agridulce.  

“El reto es darle verdad al personaje que uno está interpretando. En el caso de Amado Carrillo, en esta temporada los escritores optaron por darle un viaje más existencial y no sólo hablar de su ascenso al poder, sino también el que se cuestionara sus acciones y su vida. Eso detonará muchas de las decisiones que tomará en esta temporada. Es un personaje con más profundidad y más complejo, porque está atrapado viviendo en estos dos mundos, tanto el criminal, como el personal.

“Es agridulce esto. Me llevo un crecimiento profesional, haber conocido y trabajado con gente maravillosa y, al mismo tiempo, me da gusto haber terminado de hablar de este tema que duele. Las heridas siguen abiertas. Tengo esta sensación agridulce de haber terminado esta etapa de mi vida y estoy muy agradecido, pero también me siento liberado de seguir echándole limón a la herida en este asunto”, expresó José María Yazpik en exclusiva a Excélsior.

A la trama de esta última temporada se unen los actores Luis Gerardo Méndez, como el policía Víctor Tapia; Alberto Guerra como Ismael El Mayo Zambada; Luisa Rubino, como la periodista Andrea Núñez; Benito Antonio Martínez Ocasio, mejor conocido como Bad Bunny, como el narcotraficante Arturo Kitty Paez, miembro de la pandilla de Ramón Arellano Félix; y Fernando Bonilla, como Vicente Carrillo.

“Algunos podrían argumentar que se está glorificando a este tipo de personajes (narcotraficantes) o se está haciendo una apología del crimen. Yo creo que no es el caso, pues se está contando la historia tal y como fue, con ciertas variantes, porque está ficcionado. Si estos personajes terminaran en la gloria, viviendo y siendo felices para siempre, entonces sí sería una glorificación, pero se está contando la historia tal cual fue”, detalló.

El actor y también director de cine no juzgó al que fuera líder del Cártel de Juárez para recrearlo. Así explicó la responsabilidad de interpretar a un narcotraficante que fue parte de la realidad mexicana.

“Un actor nunca debe juzgar a un personaje, no importa de dónde venga, si es ficticio o no, y no importa lo que haya hecho, porque el actor en cuanto empieza a censurar se  limita. Los personajes no se juzgan para poder tener esta gama que se necesita para poderles dar profundidad y realismo. Es complicado en este caso, porque es un personaje que le hizo daño al país.

“Es difícil el tema. Entiendo a la gente que pueda criticarlo y que nos diga que ya no hagamos ésto, por la influencia que podría tener en personas sobre todo en jóvenes”, señaló.

UNA ANÉCDOTA

Durante su infancia, cuando vivió en Tijuana, Yazpik observó de cerca a niños, y luego a jóvenes, que optarían por caminos intrincados en la ilegalidad e incluso tuvo roces con los narcojuniors, algunos miembros de la familia Arellano Félix, como compañeros de escuela. Algunos de ellos o están muertos o en prisión.

“Ellos eran parte de los Arellano y aquí yo interpreto al Cartel de Juárez. Simplemente eso me ayudó a entender o a reconectar con el lado humano de estas personas que hicieron cosas terribles, porque la mayoría ya están muertos. Como conocí a estas personas en la escuela y en restaurantes o llorando por una exnovia; sus miedos y aspiraciones, todo eso ayuda a complejizar la manera desde donde los vemos en la serie”, dijo.

PANORAMA COMPLEJO

Narcos: México, en esta tercera entrega, busca abrir los ojos del espectador a problemáticas alternas a consecuencia del narcotráfico como la desaparición y feminicidios de mujeres en Ciudad Juárez, así como el riesgo de coberturas periodísticas ante ambos temas. Es por ello que en esta ocasión cobra relevancia la voz de una narradora, la actriz Luisa Rubino, quien recrea a la periodista Andrea Nuñez, cuya línea de trabajo es descubrir los nexos entre el narcotráfico y los políticos mexicanos de aquella época.

“La serie ha destapado cosas que ya sabemos. Basta con ver el periódico, las noticias, escuchar la radio, para enterarte del caos que es todo esto: que la guerra contra las drogas no ha funcionado, que el narco está infiltrado en las instituciones, tanto en México como en Estados Unidos, pues también hay corrupción del otro lado; y que la estrategia de la guerra con el narco va cambiando según las conveniencias del gobierno en turno.

“Es importante hablarlo y saber que México es tan culpable como Estados Unidos, que la estrategia no ha funcionado y que hay que revisarla, cuestionarla y readaptarla, porque nosotros estamos viviendo una tragedia. Sigue habiendo muertos, se sigue asesinando a periodistas y en Estados Unidos sigue muriendo gente por sobredosis. Es un tema complejísimo. Eso me atrae de esta serie, es su principal atributo”, concluyó.

La serie contará nuevamente con las actuaciones de Scoot McNairy, como el agente de la DEA; Alfonso Dosal como Benjamín Arellano Félix; 

Mayra Hermosillo, como Enedina Arellano Félix; Manuel Masalva como Ramón Arellano Félix y Alejandro Edda, como El Chapo Guzmán. Habrá escenas que remitan a las temporadas anteriores en las que participó Wagner Moura como Pablo Escobar.